EL VATICANO
El papa Francisco atrajo el triple de fieles al Vaticano en diez meses de pontificado que lo que consiguió su predecesor, Benedicto XVI, durante todo un año, indicó el jueves 2 de enero la prefectura de la casa pontificia.
Según el Vaticano, 6 millones 623,900 fieles se congregaron en las audiencias generales, las celebraciones litúrgicas y la plegaria del Angelus este domingo desde la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio como Papa el 13 de marzo, de acuerdo con “cifras aproximativas” suministradas a la prensa.
Tan solo en las audiencias generales semanales, que tradicionalmente tienen lugar los miércoles, la Casa Pontificia registró más de un millón y medio de participantes, o sea un promedio de 51,500 personas.
La plegaria del Angelus, que se realiza el domingo y en ocasión de las grandes fiestas, reunió a más de 2.7 millones de personas. En comparación, durante los 15 primeros meses del pontificado de Juan Pablo II (1978-2005), el promedio de fieles presentes era de 33,000 por audiencia.
Al comenzar el pontificado de Benedicto XVI (2005-2013), de abril a diciembre de 2005, unos 810,000 fieles habían participado en las 32 audiencias generales del miércoles (25,300 en promedio).
Esas cifras no tienen en cuenta las visitas del papa Francisco a la diócesis de Roma, la isla de Lampedusa, Cagliari (Cerdeña) y Asís, ni su participación en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Río de Janeiro, Brasil, en julio pasado, aclaró el Vaticano. “El efecto Francisco” se hace evidente en Roma: la Plaza San Pedro siempre está llena y la ocupación de los hoteles ha aumentado.
A diferencia de sus predecesores, el Papa saluda personalmente en sus recorridos a las personas que se reúnen en la Plaza de San Pedro, y es frecuente observarle saludando a personas enfermas y niños que se le acercan.
Responsabilidad por la desigualdad
En su mensaje de víspera de año nuevo, Francisco dijo que cada persona es responsable por el bien y el mal que ocurre en su localidad. El Papa advirtió que la mayor responsabilidad del contraste entre la riqueza y la miseria que existen en las grandes ciudades es de las autoridades públicas, “pero también cada uno de nosotros es corresponsable, en el bien y en el mal”.
En la primera parte de su alocución, el Obispo de Roma hizo un repaso del 2013 y aconsejó que los católicos recojan, “como en un cesto”, los días, las semanas, los meses que han vivido, para ofrecer todo a Dios. Y pidió que se pregunten cómo han vivido el tiempo que Dios les ha dado. Si lo han usado para ellos mismos, para sus intereses, o han sabido usarlo para el bien de los otros.
En la segunda parte de la homilía, el Papa hizo varias reflexiones sobre las diferencias sociales en la capital italiana extensibles a todas las grandes ciudades del mundo. “El rostro de una ciudad es como un mosaico cuyas piezas son todos los que viven allí”, refirió el Papa. Recordó a los presentes “que el que está investido de autoridad tiene mayor responsabilidad, pero también cada uno de nosotros es corresponsable, en el bien y en el mal”. (Fuente: NBC)