El Náufrago ya llegó a su casa

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EL SALVADOR

 Después de ocho años de no ver la costas de Garita Palmera, José Salvador Alvarenga retornó a su tierra natal de forma temporal

 

  Una relativa calma se respiraba en Garita Palmera, un caserío del departamento de Ahuachapán,  el día apenas comenzaba,  las bicicletas iban y venían sin mayor novedad. La tranquilidad solo era un disfraz para la algarabía que se avecinaba, el hijo pródigo como muchos le han bautizado, estaba por arribar a su tierra natal.

Hace quince años que abandonó el lugar para radicar en México, hace ocho años que su familia no sabía del paradero de José Salvador. La hazaña que cambió la vida del salvadoreño, también cambió la de su familia, que no perdía la esperanza de ver regresar al joven que un día decidió dejar las costas salvadoreñas.

La mañana transcurría y la prensa que ha seguido de cerca esta historia esperaba su desenlace, vecinos y amigos de José se acercaban al lugar que no le había visto durante mucho tiempo.

El  Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM), del municipio San Francisco Menéndez se mantenían alertas a la llegada del náufrago. Fátima Alvarenga  y Abigaíl Barrera, su madre, atendían el quehacer del hogar, el molino y la tienda, otras mujeres preparaban el almuerzo en la cocina de la estancia.

Una señal de alerta bastó para que agentes del CAM, se movilizaran y anunciaran la llegada del hijo prodigo. Escoltados por seguridad privada, José Salvador, en compañía de sus padres, bajó de un pick up 4×4, la prensa amuralló su entorno instantáneamente.

“Bienvenido a tu municipio, tu casa. Hemos seguido el proceso, Dios te ha dado vida. ¡Bienvenido!”, dijo Narciso Ramírez, alcalde de San Francisco Menéndez. “Gracias por el apoyo de todos, estoy feliz”, respondió Alvarenga, con una tímida sonrisa en su rostro.

Entre frases cortadas, nada diferente a los encuentros previos con la prensa, el héroe salvadoreño, como algunos le reconocen, dijo sentirse satisfecho de regresar a Garita Palmera. “Me siento feliz de estar acá, Dios me lo ha permitido, he esperado este día”, dijo el pescador.

Su madre, Julia Alvarenga,  con un semblante de cansancio, manifestó la felicidad de tener a su hijo nuevamente en casa. “Estamos felices, el amor es grande. Gracias a Dios que nos apoya”. Ricardo Orellana, el padre del pescador aseguró ver a su hijo igual que la última vez, hace ocho años. Como sí no era suficiente la emoción del momento, apareció en aquel escenario, Vicente Saavedra, un hombre de 83 años de edad,  aseguró conocer a Alvarenga desde que era un niño.

Con una voz tenue y una evidente emotividad, se acercó al náufrago y cantó una alabanza que aseguró, soñó hace seis meses. “Lo conozco desde pequeñito, fue un buen niño”, dijo Saavedra. El retorno que mantuvo a la expectativa ojos nacionales e internacionales,  se cumplió. Perlera, aseguró que esta solo fue una visita, el náufrago no se quedará en Garita Palmera de forma permanente.

El alcalde, mejor conocido como “Chicho”, reiteró que José Salvador inicia una nueva etapa y que las autoridades municipales harán todo lo que se pueda para apoyarlo, incluso brindarle un “capital semilla. Tiene una familia en el municipio, los habitantes de San Francisco Menéndez”, dijo Ramírez.

Entre abrazos y besos, la familia dijo estar dispuesta a recuperar el tiempo que la distancia e incluso el olvido, les robó durante ocho años, Alvarenga dejó claro que por hoy solo quiere recuperarse y que “Dios  dirá” qué será de su nueva vida. (Fuente: Contrapunto, por Ileana Corado)