CALIFORNIA
Un millar de agentes federales, locales y de fronteras de Estados Unidos lanzaron una operación a gran escala este miércoles10 de septiembre por la mañana en el centro de la ciudad de Los Ángeles, California, contra una red de comercios de venta de ropa al por mayor que presuntamente servía a los carteles mexicanos para lavar dinero del tráfico de drogas. En la operación fueron detenidas nueve personas y la policía se incautó de 65 millones de dólares.
Robert E. Dugdale, responsable de la fiscalía general en la región, dijo en un comunicado que “Los Ángeles se ha convertido en el epicentro del lavado de dinero del narco, con recaderos que llevan regularmente sacos y maletines llenos de efectivo a numerosos comercios”.
El llamado Fashion District de Los Ángeles es un barrio del centro histórico de la ciudad conocido por las tiendas de mayoristas de ropa. Según la investigación, los carteles lavaban el dinero comprando en dólares las mercancías para exportar a México. El importador mexicano paga en pesos a un intermediario, que se lo reembolsa al cartel tras quedarse una comisión. Este sistema de cambio de pesos por dólares en el mercado negro permite evitar atravesar la frontera con grandes cantidades de dinero.
Los carterles mexicanos empezaron a utilizar este método más a menudo cuando en 2010 se restringió la cantidad de dólares en efectivo que se pueden pasar por la frontera, lo que hace más difícil repatriar a México el dinero obtenido de la venta de drogas en EE UU. Cambiar esos dólares a pesos en bancos o realizar transferencias electrónicas levantaría sospechas.
La operación tiene origen en tres investigaciones diferentes dadas a conocer este miércoles. La primera de ellas es del FBI y asegura que uno de estos comercios, llamado Q.T. Fashion Inc., especializado en ropa para embarazadas, participó como intermediario en el pago del rescate de un ciudadano estadounidense secuestrado y torturado por el cartel de Sinaloa.
Se trata, según los investigadores, del caso de un distribuidor de droga al que EE UU interceptó un cargamento de 100 kilogramos de cocaína. Fue secuestrado y torturado en una finca de Sinaloa durante 62 días en una finca de Culiacán, Sinaloa. Allí recibió golpes, disparos, descargas eléctricas y se le practicó el ahogamiento conocido como waterboarding. Finalmente su familia pagó 140.000 dólares y actualmente se encuentra en EE UU.
En la trama para blanquear el pago del rescate también participó un comercio de Sinaloa, María Ferre S.A de C.V., según la investigación. La tienda Q.T. recibió el dinero y lo canalizó a través de otros 17 comercios. Tres de los detenidos en la operación están relacionados con este caso y se les acusa de delitos por los que podrían pasar 30 años en prisión. Otras tres personas están en busca y captura.
La segunda de las investigaciones que han dado lugar a la megarredada ha sido realizada por la agencia fiscal federal (IRS, la agencia que recauda los impuestos) y está centrada en la familia de Xili Chen, de 55 años, y sus dos hijos. A través de sus tiendas, recibieron paquetes de dinero en efectivo de traficantes de drogas. Uno de esos paquetes era de un agente encubierto. La familia Chen blanqueaba dinero de los narcotraficantes a través del sistema de cambio de pesos mexicanos descrito anteriormente, y después fragmentaba los depósitos bancarios para no levantar sospechas. Xilin Chen se puede enfrentar a una condena de 100 años de prisión.
La tercera de las investigaciones describe el mismo tipo de comportamiento delictivo en una tienda llamada Pacific Eurotex. Esta empresa llegó a blanquear 370.000 dólares entregados en cuatro ocasiones distintas por un agente federal que trabajaba inflitrado. Según la investigación, el comercio siguió adelante con el lavado de dinero incluso cuando algunos billetes parecían estar salpicados de sangre.
“Estas detenciones deberían servir como advertencia a empresas que buscan multiplicar su negocio haciendo tratos con narcotraficantes. Van a pagar un alto precio por su complicidad”, dijo el agente especial Claude Arnold, del Departamento de Homeland Security en Los Ángeles.
Entre los comercios registrados este miércoles por la mañana también había oficinas de cambio de pesos y dólares. El dinero fue hallado en un almacén, en una mansión de Beverly Hills y en cuentas corrientes congeladas en varios países.
En la operación participaron agentes del FBI (policía federal), la policía de inmigración y fronteras (ICE, en sus siglas en inglés) y la policía local de Los Ángeles. (Fuente: El País)