DEPORTES
“Los jugadores somos muy complicados”. La frase en boca de uno de los titulares indiscutibles del Real Madrid intimida al entrevistador. La vamos a tener difícil… Pero su franca sonrisa y su actitud relajada, un clásico en los futbolistas brasileños, restan rápidamente fiereza a la afirmación. Porque hablar con Marcelo es fácil ¡y divertido!
El carioca es un tipo feliz. Se le nota al hablar y más importante, se le nota al jugar. Cuando llegó a la capital de España en 2006, como un desconocido de 18 años, recibió una herencia pesada: un carril izquierdo que había pertenecido a un tal Roberto Carlos. Casi nada. Ocho años después, ¿ha conseguido ser su digno sucesor? “¡Me lo preguntan a menudo!”, dice riendo a FIFA.com.
“Yo respeto mucho a Roberto Carlos, es mi ídolo. Quiero jugar lo que él ha jugado y ganar lo que él ha ganado. Quiero hacer historia en el Real Madrid pero no quiero ser el nuevo Roberto Carlos. Quiero ser Marcelo”, afirma.
¿Cómo ser Marcelo?
A sus 26 años ya ha creado su propio sello, más allá de su inconfundible pelo crespo. Es el dueño y señor de la banda izquierda del vigente campeón de Europa. Tanto corta un balón en la zona de peligro como apoya a la línea medular o asiste al mismísimo Cristiano Ronaldo con un centro preciso al hueco. Ha sido una evolución constante hasta llegar a la conquista de la décima, de la mano de Carlo Ancelotti.
“El míster me pide que juegue para el equipo, que ayude en defensa y que dé intensidad en ataque”, explica. Él le cumple rigurosamente. Hay devoción en los futbolistas blancos por su entrenador. Marcelo nos da una clave: “Ha sido jugador y se nota. Nos entiende, sabe hablar en el momento justo y eso es muy importante porque nosotros, los jugadores somos difíciles”, repite.
“Yo sólo he estado en otro vestuario antes que el del Madrid (el Fluminense) No sé si éste es el más complicado… los jugadores, en general, somos complicados, pero en el Madrid se trabaja muy bien, es un lugar increíble para jugar al fútbol”, sentencia el carioca.
Y es un lugar donde, además, se juega un fútbol increíble… e implacable. El club blanco suma ya 19 victorias consecutivas en esta temporada, y peleará a partir de la próxima semana por un título inédito: la Copa Mundial de Clubes de la FIFA en Marruecos.
“En todos los campeonatos que disputamos intentamos dar lo mejor: llegar a la final y ganar. Hace mucho tiempo que el Real Madrid no disputa este título y le tenemos ganas”, dice Marcelo. El club cuenta con tres Copas Intercontinentales pero será la primera vez que dispute la versión renovada del torneo, auspiciado por la FIFA. Para el lateral, una cuenta pendiente también en su proyecto de emular a Roberto Carlos, que participó en dos de aquellas tres conquistas. Y marcó un gol en una final, aunque fue en la que perdieron por 1-2 ante Boca Juniors en 2000.
Los merengues son el rival a batir. Pero asumen el cartel de favoritos con la naturalidad de algo habitual: “Con tranquilidad. Todos los partidos son difíciles porque todos los equipos que juegan contra nosotros siempre dan lo máximo. Tenemos que jugar con humildad, trabajo y esfuerzo para poder ganar”, asume el jugador número 12.
En Marruecos, podrían pesar las ausencias (Sami Khedira, Luka Modric, James Rodríguez…) pero, tal vez, la principal amenaza sea lo desconocido: “Jugaremos contra equipos que traen una mentalidad diferente a la de los clubes que juegan en Europa y eso puede plantearnos un reto. Pero estaremos preparados”, analiza respecto a sus potenciales rivales en el camino al trofeo.
Así, con tranquilidad. La que les recomienda y contagia el técnico. Y con optimismo, el que irradia Marcelo. Porque, a fin de cuentas, el fútbol es un juego. (Fuente: FIFA.com)