EPIDEMIA
El niño guineano que se cree fue la primera víctima de la epidemia de ébola que estalló en África este año, llamado Émile Ouamouno, pudo haberse infectado al jugar en un árbol que albergaba una colonia de murciélagos.
Un grupo de científicos encontró la probable fuente del brote durante una expedición al pueblo de menor, Meliandou, durante la cual entrevistaron a los habitantes locales y tomaron muestras.
Meliandou es una pequeña localidad compuesta tan sólo por 31 casas, rodeada por tierras de cultivo de la palma del aceite y de árboles de gran tamaño, situada en la región boscosa de Guinea.
Esos cultivos parece que fueron los que atrajeron a los murciélagos de la fruta que trasmitieron el ébola a Émile.
Durante la expedición que el epidemiólogo Fabian Leendertz, del Instituto Robert Koch de Berlín, y sus colegas realizaron a la zona en abril de 2014, encontraron un tronco hueco de un gran árbol situado a unos 50 metros de la casa del niño.
Al parecer, Émile -quien falleció de ébola en diciembre de 2013- y sus amigos solían jugar en las inmediaciones del árbol. Este fue quemado en marzo de 2014 y, según los habitantes locales, de él salió “una lluvia de murciélagos”.
CARNE DE MURCIÉLAGO
Los científicos sospechan desde hace varios años que estos murciélagos -que migran largas distancias y forman grandes colonias en los bosques y cerca de ciudades y pueblos- son portadores del ébola.
Pese a ello, la transmisión directa a los seres humanos es rara, a pesar de que en países como Guinea maten a estos animales para comérselos.
En Meliandou habían cazado muchos ejemplares de murciélago, aunque los desecharon después de que el gobierno guineano prohibiera el consumo de carne de animales silvestres.
Pese a que la carne de animal puede ser fuente de propagación de ébola, los científicos no creen que ese sea el origen del actual brote, que ha causado la muerte de cerca de 8.000 personas en África Occidental.
En vez de eso, sospechan que Émile pudo infectarse al estar expuesto a los murciélagos y sus excrementos al jugar alrededor del árbol en el que vivían los animales. Los investigadores tomaron muestras de murciélagos que cazaron en las inmediaciones de Meliandou, sin encontrar rastro del virus del ébola.
Pese a ello, se sabe que estos animales pueden ser portadores de la enfermedad, aunque según el doctor Leendertz no es muy habitual. Si lo fuera, señala el especialista, con la gran cantidad de carne de murciélago que se consume en la zona se registrarían brotes de ébola todo el tiempo.
Leendertz cree que es importante seguir investigando a los murciélagos, que en muchas ocasiones viven bajo los tejados de las casas.
El experto no considera que matarlos sea la solución para acabar con el ébola, entre otras cosas porque estos animales se alimentan de los mosquitos portadores de la malaria y ello haría que los casos de esta enfermedad aumentaran.
MÁS DE 20 MIL INFECTADOS, SEGÚN LA OMS
El número de personas infectadas por el virus del ébola en África Occidental se sitúa en 20.081, según el último recuento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dado a conocer el 29 de diciembre.
De esa cifra, un total 7.842 personas ha muerto como consecuencia del virus en los países más afectados: Sierra Leona, Liberia y Guinea. Más de un tercio de los casos se han registrado en Sierra Leona, el país más azotado por la enfermedad, con 9.409 contagios y 2.732 fallecimientos.
Este es la peor epidemia de ébola desde que el virus fue descubierto en 1976 a 100 kilómetros del río Ébola, en la República Democrática del Congo. (Fuente: BBC)