América y Paraguay reconocen la grandeza de Cabañas con un empate

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América y Paraguay reconocen la grandeza de Cabañas con un empate

El mítico número 10 azulcrema volvió a rodar el balón en la cancha del estadio Azteca. El nido americanista recibió el miércoles nuevamente a uno de sus ídolos con una frase emotiva: Grandeza es no dejarse vencer por nada.

Salvador Cabañas regresó a la que fuera su casa durante más de tres años, después de haber sobrevivido a un ataque que lo obligó a alejarse del futbol. Pero su tenacidad y el buen avance en su recuperación lo han hecho un ejemplo de vida.

Cuando el Mariscal despertó, cinco días después del atentado, su primera palabra fue ipora, que en guaraní significa “estoy bien”, lo que se convirtió en un grito de sobrevivencia, y que estuvo presente en el homenaje que el club América y la selección de Paraguay, que le dedicaron al jugador con esa leyenda impresa en playeras blancas.

En un Coloso de Santa Úrsula a medio lleno, los ex compañeros de Chava lo escoltaron hacia el terreno de juego mientras el público asistente daba una gran ovación, una muestra de que sigue presente entre la afición, tal como lo señaló el entrenador del América, Carlos Reynoso, previo al encuentro: Cabañas es un referente de la afición y se merece lo mejor.

Rodeado en el centro de la cancha por los jugadores, así como su esposa María Alonso y el presidente del club azulcrema, ya reconciliados tras la batalla legal que libraron por el pago de sueldos del guaraní, dedicaron una oración por la salud del futbolista encabezada por un sacerdote.

En las tribunas destacaron las mantas con el rostro del que fuera el goleador americanista, quienjugó por última vez en el Azteca el 17 de enero de 2010 en la goliza 5-1 sobre el hermano menor del equipo, San Luis, cuando el paraguayo contri buyó con dos tantos.

Una tarde despejada en la capital mexicana fue el marco perfecto para un emotivo homenaje, que aunque terminó siendo un partido flojo sin goles, emocionó a la afición cada vez que Cabañas tocaba el balón. Tal como se preveía, el Mariscal jugó unos minutos, con el América en el primer tiempo y con la albirroja en la parte complementaria.

Su excompañero en el equipo de Coapa, Vicente Sánchez, colocó al paraguayo el gafete de capitán, para abrir junto a Matías Vuoso el duelo amistoso. Su paso era lento, pero al minuto 8 Chava estuvo cerca de abrir el marcador con un tiro que mandó por encima del marco defendido por su paisano Silva, y con esa acción se iba a la banca en la primera parte del partido.

Tras su salida, las figuras americanistas Vicente Sánchez, Vuoso, Montenegro, e incluso el portero Armando Navarrete abandonaron el encuentro para darle paso a nuevos jugadores que buscan una oportunidad en el primer equipo capitalino. Paraguay quedaba ante un equipo juvenil, lo que se reflejó en el tiempo restante con el dominio sudamericano.

Sin embargo, Paraguay no logró aprovechar las oportunidades de gol y regresaron al vestidor con el cero a cero, mientras el Mariscal saludaba a la gente en la tribuna que gritaba “olé, olé, olé, Chava, Chava”.

Para el segundo tiempo, Cabañas apareció con la playera de Paraguay con la que jugó once minutos, y mandó un tiro cerca de la portería americanista.

El homenaje no dio para más y tras varios movimientos por parte de ambas escuadras, ninguna pudo romper con la neutralidad del marcador, mientras los pocos asistentes al duelo abandonaban el Coloso. (Fuente: Jorge Eduardo Gómez, CNNMéxico).