DEPORTES
Los siete errores del Real Madrid
Tomado de El País / Eleonora Giovio
Mala suerte, falta de acierto y frescura, pequeños detalles. Son las palabras que utilizó Carlo Ancelotti para explicar la eliminación del Real Madrid. Cristiano había adelantado al equipo en el minuto 23, pero Morata castigó a los blancos en el 57. Los italianos jugarán la final en Berlín e, igual que su rival, el Barcelona, aspira al triplete (Liga, Copa y Champions). El Madrid está a cuatro puntos de los azulgrana y quedan dos partidos por disputarse, parece imposible arrebatarle el campeonato a Luis Enrique. Carlo Ancelotti cerraría así su segunda temporada en Chamartín con los trofeos del Mundial y de la Supercopa de Europa. El equipo que parecía imparable antes de Navidad –Mundialito y récord de 22 victorias seguidas- ha despilfarrado todas las ventajas que había ido acumulando y dice adiós a todos los títulos.
¿CUÁLES HAN SIDO LOS ERRORES QUE HA COMETIDO?
Falta de planificación
La repentina e inesperada marcha de Xabi Alonso –el centrocampista dejó colgado al equipo un par de días antes del cierre del mercado- obligó al Real Madrid a improvisar para cubrir la zona más delicada del campo. No había tiempo para rastrear el mercado y fichar a un sustituto de garantías. El club tuvo que pedir a Sami Khedira que se quedara. El alemán ya estaba con la cabeza en otro sitio y negociando su nuevo sueldo con varios equipos, pero accedió. No por convicción sino porque no le quedó más remedio. Resultado: 628 minutos disputados esta temporada. Ancelotti reinventó a Toni Kroos como mediocentro atrasado, pero sin recambios. Illarramendi nunca le ha gustado al técnico italiano y Lucas Silva, que llegó en el mercado de invierno, tuvo que hacer una pretemporada para ponerse a punto mientras el equipo afrontaba sus dos peores meses. El brasileño nunca ha sido una alternativa (ha disputado 425 minutos y ayer fue uno de los descartes de Ancelotti).
POCAS ROTACIONES Y DESGASTE
Ancelotti nunca ha sido de rotar mucho. Una vez que ha elegido a su equipo de gala, va tirando con él. Lo hizo la temporada pasada y lo ha vuelto a hacer este años. En algunos casos, las pocas o nulas rotaciones que ha hecho también han sido fruto de la mala planificación o de la falta de recambios de su agrado. No ha podido contar con Khedira –lesiones y pasotismo- ni con Lucas Silva –llegó fuera de forma- y no ha querido contar con Illarramendi. El centro del campo, zona fundamental del juego de un equipo, no ha tenido respiro. Mientras ha estado bien, ha jugado siempre Luka Modric. También Toni Kroos (4.286 minutos esta temporada, solo Cristiano suma más que él). Ante la ausencia de medios del gusto de Ancelotti, el técnico ha apostado por Isco de volante. También ha retrasado a James. Y, en ocasiones, ha recurrido a Sergio Ramos de pivote, con resultados nefastos como en la ida de las semifinales en Turín. El lateral derecho es el único sitio en el que el técnico ha tenido alternativas y, de hecho, ha ido rotando a Arbeloa y Carvajal (1.880 y 3028 minutos, respectivamente). Coentrão, que nunca se ha matado a entrenarse, no ha sido un recambio para Marcelo (930 minutos el portugués, 3870 el brasileño). Jesé (559 minutos), que regresó en diciembre de la rotura del cruzado, no ha tenido continuidad porque no había tiempo para ponerse a punto. Chicharito solo ha sido empleado cuando no ha habido más remedio (lesión de Benzema). El mexicano suma 1.241 minutos por los 3.423 del francés.
LESIONES EN MOMENTOS CLAVES DE LA TEMPORADA
Luka Modric, el cerebro del equipo, el que da orden y equilibrio táctico, que da pausa o empuje según requieran los partidos, se ha perdido casi 5 meses de competición. Se lesionó en noviembre y regresó a mediados de marzo. Entre medias, el Madrid se derrumbó. Ancelotti respiró con su regreso y el equipo y volvió a dar su mejor versión. “La vida con Modric es más fácil”, dijo. El croata jugó 8 partidos y volvió a lesionarse. El técnico no pudo contar con él en la vuelta de los cuartos ante el Atlético, ni en la eliminatoria contra la Juve. James y Sergio Ramos –se lesionaron en el mismo partido, a principio de febrero contra el Sevilla- también dejaron al Madrid huérfano. Ninguno de los dos estuvo, por ejemplo, en la debacle del Vicente Calderón. La ausencia del colombiano (dos meses y 9 partidos) y la del central (cinco semanas y 7 partidos) agravaron los problemas del equipo en febrero y marzo. Los meses en los que el conjunto blanco fue perdiendo ventaja.
DESACIERTO DE BALE
Gareth Bale, que en la Champions del año pasado marcó seis tantos, esta temporada apenas ha anotado dos. Hombre de la Copa en la final del año pasado y goleador también en final de Lisboa, no ha tenido peso en los partidos importantes –los de vida o muerte- del Madrid esta temporada. Su representante lo achaca a la falta de compañerismo. “El problema de Bale es que sus compañeros no le pasan la pelota”, dijo después del partido contra el Valencia. “Mejor que se hubiese quedado mudo, habla desde la distancia y sin saber las cosas”, le contestó Ancelotti. Metro Sport y el Daily Mail han titulado lo mismo en sus ediciones de esta mañana: “Gareth fail”. El galés habló anoche en los medios ingleses. “Mi finalización [de cara a portería] ha sido algo mala este año, hay que trabajarlo más para el futuro. Lo que no te mata te hace más fuerte y aprenderé mucho de esta temporada. No marqué tantas ocasiones importantes como me gustaría, pero siento que he jugado bien”, aseguró.
EL APAGÓN DE CRISTIANO
Ha habido un Cristiano Ronaldo antes del Balón de Oro y otro Cristiano Ronaldo después del Balón de Oro. El portugués (17 goles en Champions la temporada pasada, 10 esta) se ha ido desinflando a la vuelta de las vacaciones de Navidad. Un gol cada 61 minutos marcaba hasta Navidades, un gol cada 102 ha ido anotando a partir de 2015. Ha perdido brillantez, frescura física, habilidad en el uno contra uno, se ha enfadado con el público, ha tenido partidos en los que ha pasado desapercibido y ha fallado goles claves (como el penalti contra el Valencia). Por primera vez desde que llegó al Madrid ha dado la sensación de no conseguir subirse el equipo a la espalda y no dejar su sello. Anoche, por ejemplo, después de marcar el penalti que dio ventaja al equipo, desapareció durante toda la segunda parte.