EL SALVADOR
Óscar Romero, nuevo beato de la Iglesia Católica
Este 23 de mayo peregrinos de varios países y salvadoreños participarán en el solemne evento. Se espera que unas 285 mil personas –entre ellas 8 cardenales, 90 obispos y unos 3 mil sacerdotes− acudan a la plaza Salvador del Mundo, en San Salvador, donde se realizará la beatificación del asesinado monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Desde este sábado 23 de mayo, el nuevo beato subirá a los altares de la Iglesia Católica. Detalles de la vida y su historia han dejado huellas no solo en El Salvador, sino en toda en América Latina. Sus homilías y su lucha por defender a los más pobres y sus derechos humanos son de los aspectos más recordados. Así como también las denuncias sobre la injusticia social y el pronunciamiento que hacía contra la guerra civil que sacudía al país en ese momento.
Nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, San Miguel. El 4 de abril de 1942 fue ordenado sacerdote a la edad de 24 años.
Fue el impulsor de varios proyectos después que fue ordenado presbítero. La primera parroquia en la comenzó fue en Anamorós, La unión. Ahí impulsó varios movimientos apostólicos como Los cursillos de Cristiandad, los Caballeros de Cristo, La Legión de María. Además de obras sociales como Cáritas, alcohólicos anónimos y dar alimentos para los pobres.
A sus 59 años, en medio de un ambiente de violencia, injusticia y represión, fue nombrado Arzobispo de San Salvador, el 3 de febrero de 1977.
El lema con el que llevaba la pastoral de la Arquidiócesis fue “Sentir con la Iglesia”, con lo que trataba de decir que la Iglesia fuera fiel al Evangelio y al Magisterio.
También, una de las frases más recordadas por las personas seguidoras de monseñor Romero, fueron las que mencionó en la misa que ofició un día antes de que lo asesinaran:
“La iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona; no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios, en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, cese la represión”.
El obispo fue asesinado el 24 de marzo de 1980, en la capilla del Hospital La Divina Providencia, mientras oficiaba una misa. El 30 de marzo fue sepultado en una cripta en el interior de catedral Metropolitana, con alrededor de 100 mil personas que llegaron a la Plaza Cívica a despedir al religioso.
EL RECORRIDO PARA LLEGAR A BEATO
El 24 de marzo de 1990 fue la introducción del proceso de beatificación por todas las vivencias y acontecimientos que había tenido en su vida y muerte. Sin embargo, la solicitud formal fue presentada el 12 de mayo de 1994. Esta fue aceptada en 1996 por la Santa Sede como válida, pero quedó suspendida hasta el 2005 cuando se continuó el proceso gracias a la Congregación para la Causa de los Santos.
La razón por la que la causa estuvo estancada durante esos años fue por temor a una asociación con la Teología de la Liberación. En 2013 fue desbloqueado el proceso para su beatificación por el Papa Francisco y en 2015 aprobó el decreto en el que se reconocía el martirio del obispo, en donde se afirma que fue asesinado por “odio a la fe”. Por este motivo no fue necesario reconocer un milagro, ya que la declaración de martirio fue fundamental para la beatificación.
A UN PASO PARA SER SANTO
Monseñor Romero será convertido en Beato pero todavía no será Santo. El proceso para la canonización consta de 4 etapas que la Iglesia sigue en todos los casos:
1-Siervo de Dios. Si se comprueba por el testimonio de las personas que el comportamiento del candidato fue ejemplar, la Iglesia le declara “Siervo de Dios”.
- Venerable. La Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano aprueba la “positio” un documento en el que incluyen, además de los testimonios de los testigos, los principales aspectos de la vida, virtudes y escritos del Siervo de Dios. Si por estas detalladas averiguaciones se llega a la conclusión de que sus virtudes, fueron heroicas, el Santo Padre lo declara “Venerable”.
- Beato. Para que un Venerable sea Beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión. Dicho milagro debe ser probado a través de una instrucción canónica especial, que incluye el parecer de un comité de médicos y de teólogos.
- Santo. Para la canonización es necesario otro milagro atribuido a la intercesión del Beato y ocurrido después de su beatificación. (Con datos de diario1.com)