Incertidumbre y miedo entre familias de inmigrantes

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OPINION

Incertidumbre y miedo entre familias de inmigrantes

Por: Juan Escalante/ americasvoice.org

 

PAG 8El 23 de diciembre, cuando empezaba mi periodo de descanso por los días festivos, al igual que muchos de mis colegas quedé estupefacto por el encabezado del Washington Post: EEUU planea redadas para deportar familias que cruzaron la frontera en el último año.

¿Redadas? ¿Por el gobierno de Obama? ¿Otra vez?

Esa noticia cimbró a las comunidades de inmigrantes, mientras veíamos a la Casa Blanca dando el poder a los rudos agentes de ICE otra vez. Los funcionarios del  gobierno de Obama que tramaron este esquema conocen muy bien el devastador efecto que tiene la idea de las redadas en las comunidades inmigrantes.

“¿Crees que los agentes de ICE vengan por nosotros?”, me preguntó mi madre antes de salir de su casa.

Mientras permanecía en la entrada, visiblemente molesto, le dije a mi madre que nadie vendría a buscarla, y quien intentara deportarla tendría que pasar sobre mí.

Este no es un escenario desconocido. Mis padres me han hecho la misma pregunta desde que estaba terminando la preparatoria, y siempre les he dado cualquier tipo de respuesta con el fin de apaciguar su miedo de ser detenidos y deportados.

Sin embargo, tras recibir el siguiente mensaje de texto de parte de mi madre anoche, supe que no podía esconderles la verdad.

Mis padres son deportables desde que se levantan hasta que se acuestan. Este simple hecho es el que les causa preocupación mientras manejan al trabajo en las mañanas y el mismo que los mantiene despiertos en la noche preguntándose si los agentes de inmigración los persiguen.

Como muchas otras familias inmigrantes, mis padres tienen buenas razones para estar asustados. No califican para el estancado programa DAPA del presidente Obama, el que protegería a los padres de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes de la deportación, y ellos se sienten constantemente inundados de insultos y ataques por parte de los republicanos en los medios de comunicación.

A través de los años, le he dicho a mis padres con frecuencia que vean el lado positivo de las cosas, de que al menos el presidente Obama logró darnos el DACA, de tal manera que  mis hermanos y yo pudiéramos vivir una vida más o menos normal.

Pero al anunciar las redadas en las casas de las familias inmigrantes, el presidente Obama socava todos mis esfuerzos de mantener a mi familia esperanzada y fuerte. Con una fría bofetada en el rostro, le recuerda a los inmigrantes que pueden ser sacados a la fuerza de sus casas sin advertencia, y en consecuencia ser enviados a los peligros de los que escaparon en sus países de origen.

Presidente Obama, su personal de inmigración en la Casa Blanca y el secretario Jeh Johnson están tratando de protegerse a sí mismos tras comunicados en los que establecen que nosotros, la comunidad inmigrante, “no deberíamos sorprendernos” por esas redadas.

Pero yo digo lo contrario.

Cuando el gobierno de Obama aseguró que deportaría delincuentes, no familias, le creí —y convencí a mis padres de ello, casi como si les estuviese dando una justificación temporal— diciéndoles que tenían que vivir un poquito más con miedo antes de que pudieran obtener algún tipo de alivio.

Resulta que ese “poquito más de tiempo” se convirtió en ocho largos años con una cifra récord de deportaciones.

Tal vez el presidente Obama está tratando de escribir el último capítulo de su legado como “deportador en jefe”, o quizá está haciendo lo que ha venido haciendo todo el tiempo: continuar infundiendo miedo en cada hogar inmigrante de este país.

Aún estoy agradecido de que no me hayan quitado a mis padres, pero no puedo dejar de preguntarme lo que deben sentir las familias de quienes han sido detenidos y deportados.

Adjunto una rápida carta que mi madre escribió anoche, quizá ella puede transmitir mejor al presidente Obama el tipo de efecto que esas redadas le están produciendo:

 

RE: ¡Tengo Miedo!

Estos días, cuando las noticias hablan de redadas contra los inmigrantes, resurge en mí el miedo o la incertidumbre por no tener un estatus migratorio.

Es año electoral, y muchos candidatos quieren figurar y dan discursos, dan sus opiniones sobre sus futuros planes si ellos fueran presidentes… sus propuestas son diversas, pero ante una ley inmigratoria ¡la cosa se pone tensa!

Los demócratas dicen que van a ayudar a los millones de indocumentados arreglando la descompuesta y vieja ley de migración, pero no sé cuándo ni cómo, porque esta administración solo logró dar un alivio creando DACA, y ahí quedó todo. Lo demás está en veremos.

Pero lo que sí me asusta son los discursos republicanos, los candidatos, liderados por Trump y seguidos por Rubio y Cruz. Solo hablan de los indocumentados como si fuéramos una plaga, de botarnos a todos de un país que ha sido construido por inmigrantes. ¿Quién puede entender eso?  Todos nosotros hemos llegado a esta gran nación buscando nuevos horizontes y seguridad para nuestras familias.

¡Ya basta!

Sr. Presidente Barak Obama, usted también tiene raíces inmigrantes, y ahora es presidente del mejor país del mundo. Con su poder puede parar las deportaciones. Arregle el sistema migratorio, no cree más angustia entre las comunidades de indocumentados… la gran mayoría somos gente trabajadora y honesta, y cumplimos las leyes en la medida de lo posible.

Ustedes señores republicanos Trump, Rubio, Cruz, Bush, miren a sus familias, sus padres, abuelos, bisabuelos, todos fueron y son inmigrantes, llegaron a este país a trabajar y levantar a sus familias… Ya no den más discursos antiinmigrantes solo para buscar votos de las minorías racistas, no creen pánico y  angustia entre la población de indocumentados. Por qué mejor no juntan sus esfuerzos para buscar soluciones y crear una nueva ley de inmigración más digna y justa para todos.

Estoy cansada de despertarme todas las madrugadas y preocuparme porque mis hijos pierdan todos los esfuerzos que han hecho por ser hombres de bien, que se han formado aquí, que les hemos enseñado a querer a este país más que el suyo propio. Temo que a mi esposo y a mí nos puedan detener en una de esas redadas, y todos nuestros  esfuerzos y trabajo de 16 años luchando en este país como buenos ciudadanos se diluyan en nada…

Señores políticos “legales”, en lugar de hablar y crear pánico y desesperanza en las comunidades “ilegales”, pónganse  a trabajar juntos, unan esfuerzos por una Mejor Nación.