OPINION
Supremo golpe a las acciones ejecutivas; suprema importancia de la próxima elección
Por: Maribel Hastings y David Torres*
Tras conocerse que la Corte Suprema de la nación no destrabó las acciones ejecutivas migratorias de 2014, la Acción Diferida para Padres de Ciudadanos y Residentes Permanentes (DAPA) y la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA plus), éstas fueron algunas de las reacciones de los inmigrantes que aguardaban fuera del máximo tribunal por mejores noticias:
“Es una triste noticia, y aunque no nos rendimos, vamos a seguir viviendo con ese temor (a la deportación)…Ahora vamos a trabajar duro para las elecciones, ver qué podemos hacer y mandarles un mensaje claro de que aquí estamos..Con más temor, sí, pero el temor te hace reaccionar con más energía y sin cansancio hasta llegar a la meta. No nos vamos”, dijo Isabel Aguilar, una hondureña indocumentada con 13 años viviendo en Estados Unidos y dos hijos ciudadanos.
“Nuestras esperanzas estaban puestas en ellos (el Supremo) porque tenemos muchos años de vivir acá, pagamos impuestos, acatamos las leyes. Nos decepcionaron, pero en noviembre vamos a actuar. Desde hoy vamos a seguir para lograr esa victoria”, agregó María de León, una guatemalteca indocumentada, madre de hijos ciudadanos y con 13 años viviendo en Estados Unidos.
El empate 4-4 del Supremo supone que se mantiene vigente el fallo del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito que sostuvo el bloqueo de las acciones ejecutivas migratorias emitido por el juez federal de distrito de Texas, Andrew Hanen.
Aunque el empate mantiene el caso con vida y no sienta un precedente nacional, es sin duda un brutal golpe a los millones de indocumentados y sus familiares ciudadanos y residentes permanentes que llevan años aguardando por una solución que les permita seguir contribuyendo a este país sin el constante espectro de la deportación.
Y MÁS ALLÁ DEL TERRIBLE IMPACTO HUMANO, ESTÁ EL IMPACTO POLÍTICO.
La no decisión del Supremo resalta la enorme importancia que tendrá la próxima elección presidencial por lo que está en juego: no sólo el futuro de las acciones ejecutivas migratorias, sino el futuro de la reforma migratoria amplia por la vía legislativa, la única solución permanente.
Se refuerza además el peso del tema migratorio en medio de la agria campaña presidencial y es de anticipar que, a pesar de que el Supremo no falló en torno a los méritos del caso o la constitucionalidad de las acciones ejecutivas migratorias giradas por el presidente Barack Obama, el virtual nominado republicano, Donald Trump, y los detractores de las acciones ejecutivas echarán mano del empate para indicar que el presidente rebasó su autoridad constitucional cuando no es así.
De otra parte, este empate le agrega una arruga al legado del presidente Obama en materia migratoria. Primero no pudo promulgar la reforma migratoria que prometió en 2008, por las razones que fueran, y luego no fue hasta 2012 que giró el DACA original. Hay que aclarar, de paso, que lo ocurrido en el Supremo no afecta DACA 2012 en ningún modo.
Y Obama giró DACA plus y DAPA en 2014 luego de que en 2013 el Senado aprobara una reforma migratoria amplia que la Cámara Baja de mayoría republicana nunca consideró ni en 2013 ni en 2014. Cuando Obama giró las órdenes ejecutivas en 2014, entonces lo acusaron de saltarse al Congreso aunque ese Congreso de mayoría republicana claudicó a su responsabilidad de legislar y nunca hizo nada cuando tuvo la oportunidad.
Pero la realidad es que, de momento, el legado migratorio de Obama será DACA 2012, su intento de implementar DACA ampliado y DAPA, todo eso enmarcado en su récord de deportaciones.
Independientemente del fallo, se sabe que la única solución permanente que abarque al universo de 11 millones de indocumentados es una reforma migratoria por la vía legislativa.
Obama la prometió en 2008 cuando era aspirante presidencial, pero no la impulsó cuando su Partido Demócrata controló ambas cámaras del Congreso en 2009 y 2010, puesto que la economía y la reforma de salud se robaron todo el oxígeno.
OCHO AÑOS DE ESPERA
Tras casi ocho años de espera por una salida legislativa que todavía no llega, la comunidad inmigrante había cifrado sus esperanzas en las acciones ejecutivas que habrían ayudado a poco menos de la mitad de los indocumentados que residen en Estados Unidos.
Con la elección presidencial en puerta, el asunto ha cobrado mayor interés dada las marcadas diferencias de los dos virtuales nominados presidenciales de ambos partidos.
La virtual nominada presidencial demócrata, Hillary Clinton, aboga por la reforma migratoria amplia aunque ha indicado que tiene mayores posibilidades con un Senado demócrata. La ex-Secretaria de Estado defiende además las acciones ejecutivas migratorias giradas por Obama.
El republicano Trump, por su parte, ha propuesto la deportación de los 11 millones de indocumentados, levantar un muro en la frontera con México y revocar las acciones ejecutivas.
De ahí que los defensores de los inmigrantes insistan en la importancia de registrarse y votar, pues tanto el futuro de la reforma migratoria legislativa como el de las acciones ejecutivas migratorias, sobre todo DACA 2012 que se está implementando, estarían en juego.
El supremo golpe a las acciones ejecutivas migratorias subraya la suprema resistencia de los indocumentados y sus familias, y la suprema importancia de elegir candidatos en noviembre que respondan a las necesidades de los inmigrantes y sus parientes ciudadanos, incluyendo muchos que acudirán a las urnas. (*Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice y David Torres es asesor de medios en español de America’s Voice).