DEPORTES
El torneo de los desquites
Portugal tiene, al fin, su primer título de un gran torneo internacional. Al imponerse a Francia a domicilio en la final de la Eurocopa 2016, los hombres de Fernando Santos consiguieron dejar atrás las numerosas decepciones sufridas por los hinchas de la Equipa das Quinas a lo largo de su historia. Además, sellaron el billete para la Copa FIFA Confederaciones Rusia 2017 donde representarán a Europa.
Entre aquellas decepciones figuran, cómo no, las derrotas sufridas en dos semifinales de la Copa Mundial de la FIFA™, en las ediciones 1966 y 2006. En el certamen europeo, se produjeron hasta tres reveses en esa misma fase, en 1984, 2000 y 2012. Pero la desilusión más dolorosa fue la del 4 de julio de 2004, día en que todo un pueblo asistió petrificado al triunfo inesperado de Grecia y que supuso una verdadera tragedia para los portugueses, que ya apostaban por ver a la generación dorada de Luís Figo, Pauleta, Deco, Cristiano Ronaldo y compañía, coronada en Lisboa.
Doce años más tarde, el combinado luso ha infligido ese mismo castigo a los Bleus, que dominaron en su feudo de Saint-Denis, pero cuyo sueño se estrelló contra una defensa enorme, para luego estallar en pedazos tras un fulgurante disparo de Éder en la prórroga. La victoria portuguesa ha puesto fin a una serie negativa de diez derrotas consecutivas a manos de Francia, tres de ellas en semifinales de grandes torneos.
Esta Eurocopa 2016 sirvió, además, para conjurar varios maleficios, y deparó no pocos desquites. FIFA.com repasa lo más destacado de la competición.
EL CAMPEÓN
El título de Portugal tiene un sabor especial. Porque más allá de la revancha histórica, se logró después de superar no pocas dificultades. Luego de tres empates en la liguilla, contra Islandia (1-1), Austria (0-0) y Hungría (3-3), accedió a la segunda fase como uno de los mejores terceros, a pesar de partir como favorito en el Grupo F.
En octavos, atenazó a Croacia hasta el gol liberador de Ricardo Quaresma al final de la prórroga (1-0, t.s.). A continuación disputaría la tanda de penales frente a Polonia, en la que el propio Quaresma transformó sin titubear el quinto intento de los suyos (1-1, 3-5 PEN).
Hubo que esperar a la semifinal ante Gales para asistir a la primera victoria cómoda de los portugueses, gracias a dos goles tras el descanso de Ronaldo y Nani (2-0). En la final, CR7 volvió a ser un protagonista esencial, aunque de un modo bastante más insólito. Se lesionó en un choque con Dimitri Payet al principio de la contienda y terminó abandonando la cancha entre lágrimas al cabo de 25 minutos de juego. El capitán portugués, cojeando y con la rodilla vendada, animó a sus compañeros desde la línea de banda, hasta que llegó el gol de la noche, el lanzamiento de Éder desde 25 metros.
Ronaldo lloró entonces de alegría al alzar el codiciado trofeo. “Cuando explicó que no podía seguir, yo les dije a los compañeros que teníamos que ganar por él”, resumió el defensor Pepe, elegido mejor jugador de la final.
El 10 de julio de 2016, Portugal superó su maleficio, triunfó sobre la mala suerte y demostró que su destino no depende únicamente del talento del triple FIFA Ballon d’Or.
LAS LECCIONES
La desilusión es terrible para los franceses. Tras adjudicarse la Eurocopa de 1984 y el Mundial de 1998 como anfitriona, Francia sintió el dolor de caer en la final ante su público. “Es una enorme decepción. Es cruel perder una final así, hay que aceptarlo. Felicito a Portugal”, declaró Didier Deschamps al término del encuentro. “Nos hemos llevado un duro golpe. Pero tenemos un futuro interesante”, subrayaba el seleccionador, apoyándose en los aspectos positivos mostrados en el torneo.
La defensa francesa había causado preocupación por las ausencias de Raphaël Varane y Mamadou Sakho, pero demostró ser una línea repleta de recursos, al igual que el mediocampo. En el aspecto ofensivo, los Bleus presentaron el mejor ataque (13 tantos), con la notable contribución de Antoine Griezmann, mejor futbolista del torneo y autor de dos asistencias y seis goles, entre ellos un doblete contra Alemania en semifinales (2-0).
La victoria obtenida ante los campeones del mundo, desquite de la eliminatoria de cuartos de final de Brasil 2014, es la mayor proeza de los tricolores desde hace diez años, y la primera contra este adversario en una competición oficial desde el Mundial de 1958. Los discípulos de Joachim Loew cayeron de su pedestal, después de haber doblegado a su vez en cuartos de final a una bestia negra como Italia, que encadenaba ocho partidos sin vencer a la Mannschaft en duelos oficiales.
Pese a esa derrota, la Squadra Azzurra fue una de las sensaciones del torneo, con una brillante victoria sobre la defensora del título, España, con la que volverá a medirse en el Grupo G de la competición preliminar mundialista, en el inicio de un nuevo ciclo para ambas selecciones.
En cuanto a Bélgica, no pudo seguir la estela de su clasificación para cuartos de final en Brasil, y sucumbió en esta misma fase a manos de Gales, cuya presencia en semifinales fue una de las sensaciones de esta Eurocopa 2016, al igual que la trayectoria de Islandia, otro debutante en el torneo, que hincó la rodilla ante el país organizador después de dar la campana contra Inglaterra en octavos.
Para los ingleses, que se dieron de bruces con la realidad tras una trayectoria de ensueño en los clasificatorios y una laboriosa fase de grupos, la eliminación obliga a cuestionarse muchas cosas. En esa misma situación se halla Rusia, que hizo las maletas con un preocupante último puesto del Grupo B, a dos años de “su” Mundial. (Fuente: FIFA.com)