OPINION
Primera semana de Trump en el poder
Por: José Manuel Ortiz Benítez*
Lo primero que sienten unos cuando lo ven es rechazo, otros sienten miedo. Sin embargo, hay muchos que sienten grandeza, dignidad y decencia por el hombre, sin importarles en lo más mínimo los disparates que diga o las locuras que esté a punto de hacer.
Conozco a unos que saltan inmediatamente en su defensa cuando se le hace alguna crítica, por ejemplo que el personaje tiende a desvariar cuando se le confronta con los hechos, o que el hombre habla en términos peyorativos de las mujeres, de las minorías o de los minusválidos. “Disculpe, Ronald Reagan no era así” dice mi estimado tocayo Don Manuel. Pero sus bases ven en él la misma ilusión, esperanza y prosperidad que vieron en Ronald Reagan y lo defienden con uñas y dientes, como se les defiende a los miembros de las familias gitanas cuando alguien de fuera los ataca.
“Obama fue el peor presidente, no hizo nada por nosotros, no fue capaz de cumplir sus promesas, Obamacare fue un fracaso”, sostienen esos seguidores como si sacar los defectos del presidente anterior hiciera al presidente entrante más sabio, o más justo.
El hombre dice que va hacer un muro para frenar la entrada de gente peligrosa que ingresa fácilmente al país para cometer crimines y hacer daño contra Estados Unidos. Dice que por la frontera pasan alegremente cientos de miles de inmigrantes sin ser detectados, porque la frontera no está contralada por nadie. “Pasan por nuestras fronteras sin que nadie les pregunte nada”, afirma cada vez que sale el tema de su boca. Los datos demuestran, sin embargo, que el paso de indocumentados por la frontera es el más bajo desde que se tiene registro de los datos. Pero a él los datos, los hechos, las evidencias, no le importan, le importa lo que él cree, su olfato, su instinto ganador.
En contra de lo que le dice su partido y los expertos, insiste en institucionalizar la tortura porque le han dicho por ahí que la táctica de la tortura puede funcionar en algunos casos. “Nos pone al mismo nivel” en las tácticas que utilizan nuestros enemigos, sostiene el precursor del mundo libre, profundamente convencido de estar en lo correcto, en lo que más conviene al país.
El hombre dice que va a realizar una investigación masiva para erradicar la participación fraudulenta de 3 a 5 millones de personas que votaron ilegalmente en las elecciones el pasado 8 de noviembre. Su partido le ha dicho que supere el tema, que hay otros asuntos más prioritarios encima de la mesa, pero él insiste en que le robaron 3 millones de votos, que por eso perdió el voto popular, y por tanto hay que investigar.
El hombre dice que va a castigar, retirando los fondos federales que por ley tiene que conceder, a las ciudades y localidades que piensa que no le van a colaborar en la detención de inmigrantes indocumentados.
En contra de lo que le dice su partido, el hombre ha retirado a EE.UU. del tratado de libre comercio en Asia (TPP), que costó 8 años en construirse, y ha dicho que el siguiente en la guillotina es el tratado de libre comercio con México y Canadá (NAFTA).
El hombre dice que no va a desvelar su declaración de impuestos federales porque dice que los votantes ya lo validaron en el cargo, cuando lo eligieron en noviembre pasado, que ya no hace falta.
Presionado por su partido, el hombre eligió sabiamente al máximo dirigente del Partido Republicano, al Jefe del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, para ser el Jefe del Gabinete en la Casa Blanca.
En enero de 1981, Ronald Reagan eligió a James Baker como Jefe del Gabinete. En pocos días de aquella administración, Baker se había convertido en el hombre clave detrás del poder del presidente Reagan. Pero Priebus en esta administración está perdido. Donald Trump, desafortunadamente, está haciendo exactamente todas las locuras que dijo que iba a hacer durante la campaña: construir el muro, criminalizar la inmigración, penalizar el aborto, eliminar el comercio exterior, luchar contra los medios, aislar a las minorías, acercarse a Rusia, vetar a los musulmanes, castigar aquel que no esté de acuerdo con él, etc.
Reince Priebus necesita aparecer y hacer lo que tiene que hacer un Jefe de Gabinete: renunciar o poner orden y proteger la presidencia de EE.UU. aunque eso signifique protegerla del propio Donald Trump. *( José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño en la ciudad de Washington, DC. Twitter: @jjmmortiz)