LIGA DE CAMPEONES
Con los partidos celebrados esta semana, los dos grandes clubes españoles Barcelona y Real Madrid, aseguraron sus pases a los octavos de final de la Liga de Campeones que disputan los mejores equipos de Europa.
El Barcelona logró su pase al ganar 4-0 al Viktoria Plzen checo en la 4ª jornada del Grupo H, con un nuevo ‘triplete’ del argentino Leo Messi y el regreso del chileno Alexis Sánchez.
Con este triunfo en Praga, el equipo catalán acumula ya diez puntos de doce posibles y es líder de la llave, con dos más que el Milán italiano, que empató 1-1 ante el BATE Borisov bielorruso y también se clasificó, antes del duelo de los dos grandes favoritos el 23 de noviembre en San Siro.
Messi, que venía de conseguir el sábado tres tantos en la goleada 5-0 sobre el Mallorca, fue de nuevo el gran protagonista y encarriló el partido, marcando un penal (24) cometido sobre él y que supuso su gol 200 con el Barça y la expulsión del defensa eslovaco de los locales Marian Cisovsky. El propio astro argentino puso el segundo en el descuento de la primera parte (45+2) y en la segunda mitad Cesc Fábregas consiguió el tercero (72), antes del cuarto, de nuevo gracias a Messi, ya en el 90.
Real Madrid logra pase con triunfo 2-0 sobre Lyón
El Real Madrid venció por primera vez en su terreno, al Olympique Lyonnais, gracias a la puntería de Cristiano Ronaldo, autor de los dos goles.
Un doblete que clasifica matemáticamente al conjunto blanco para los Octavos de Final de la Liga de Campeones. Si bien, la primera plaza de grupo todavía sigue en juego debido a la victoria del Ajax ante el Dinamo de Zagreb.
El conjunto de Jose Mourinho no tuvo que realizar un gran partido para rubricar la abultada diferencia de calidad que hoy en día le separa con el Olympique, ahora condenado a ganar prácticamente sus próximos partidos para meterse en la siguiente fase.
A los 23 minutos una bonita combinación en la frontal del área finalizó con Benzema por los suelos, derribado por Gourcuff. Una falta directa que Cristiano Ronaldo se encargó en transformar, aprovechando el hueco que dejó en la barrera Khedira.
El gol de la tranquilidad llegó en una rápida combinación también en la frontal del área con Ozil a la batuta. El balón le llegó a Cristiano Ronaldo y éste tras regatear a Lloris se enganchó con Dabo. El árbitro señaló penalti y el portugués no perdonó.