INMIGRACION
Inmigrantes centroamericanos de varios estados se movilizarán a Washington la semana próxima y harán una vigilia frente a la Casa Blanca para solicitarle al presidente Donald Trump una extensión de un estatus de protección temporal hasta que el Congreso apruebe una ley que les conceda una residencia legal permanente, anunciaron el miércoles 18 de abril líderes comunitarios.
Tras una vigilia pacífica del lunes 23 de abril en la mañana, los inmigrantes visitarán las oficinas de congresistas para entregarles una carta en la que les expresan su preocupación por las políticas de inmigración del gobierno republicano y les solicitan que apoyen una legislación que les permita obtener la residencia y allane el camino a la ciudadanía de cientos de miles de centroamericanos que están en riesgo de ser deportados.
“Hay preocupación, miedo, incertidumbre”, expresó Francisco Portillo, presidente de la Organización Hondureña Francisco Morazán, con sede en Miami. “Los seis meses de extensión (del TPS de hondureños) que se dieron (en noviembre) vencen en julio y viendo los antecedentes, no deja de preocupar”, dijo refiriéndose a la decisión de Trump de cancelar la protección para nicaragüenses, salvadoreños y haitianos.
El gobierno estadounidense creó el TPS, o Estatus de Protección Temporal, en 1990 para conceder permisos temporales de residencia y trabajo a ciudadanos de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales. En la actualidad, ciudadanos de unos diez países están amparados por ese estatus. Entre centroamericanos y haitianos, son más de 400.000.
Sin embargo, Trump canceló el TPS para los nicaragüenses, haitianos y salvadoreños, concediéndoles unos meses de extensión para que busquen solucionar su situación migratoria por otras vías o abandonen el país. En el caso de los hondureños, que son unos 57.000 amparados, se los extendió hasta el 5 de julio.
Al anunciar la cancelación de los programas que amparan a los centroamericanos, el gobierno dijo que las condiciones en sus países habían cambiado y ya estaban en posibilidad de albergarlos nuevamente.
No obstante, activistas y expertos aseguran que Centroamérica no está en condiciones de recibir a estos inmigrantes. Estiman, asimismo, que muchas de las personas a las que no les han extendido el TPS quedarán sin otra opción más que irse del país o permanecer bajo las sombras.
En las actividades lideradas por la Organización Hondureña Francisco Morazán participarán inmigrantes centroamericanos de la Florida, Carolina del Norte y del Sur, Tennessee, Georgia, Virginia, Maryland y Washington D.C. Los organizadores esperan varios cientos de personas.
Los activistas alegan que se trata de inmigrantes que llevan décadas viviendo legalmente en Estados Unidos, que pagan sus impuestos, tienen casas y negocios propios. “Sería dramático deportar a estas personas a sus países, que no están preparados para recibirlos”, dijo Portillo en una rueda de prensa que ofreció junto a otros líderes comunitarios.
Advirtió además que los congresistas deberían estar atentos al voto de los hispanos en los comicios legislativos de noviembre. “A aquel que no apoye a nuestros hermanos indocumentados, en noviembre le vamos a pasar la cuenta”, manifestó.
Orlando López, un hondureño de 55 años que lleva más de dos décadas viviendo en Estados Unidos, delataba en el rostro su temor. El inmigrante tiene una compañía de transporte que emplea a unas diez personas y con sus ingresos ayuda a mantener a su familia y los estudios universitarios de sus dos hijos en Honduras.
“Estamos bien preocupados porque tenemos muy corto plazo con el TPS”, dijo el empresario refiriéndose a la incertidumbre sobre la extensión del TPS para los hondureños cuando venza en julio. “Esperamos que al presidente Donald Trump le toque el corazón y nos dé la residencia”. (Con datos de voanoticias)