Humor

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Estaba un día un rico y un pobre, en eso el rico dice: En mi casa comemos a la carta, lo que pedimos nos sirven. El pobre lo mira y le dice: En mi casa también comemos a la carta, el que saca la mayor, come.

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Llega un señor y le dice a su esposa: Vieja, ¿hiciste café? Y ella responde: No, hice verde, pero ya estoy mejor.

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Un día una chica le dice a su enamorado: ¿Por qué no le dices a mi padre para que nos casemos?
A lo que el enamorado contesta: ¡Está bien! Cuando llega el día de la pedida de mano el padre de la chica le pregunta al joven: ¿Y usted cuánto gana? Bueno, responde el muchacho, yo gano 500 dólares. Entonces, el padre exclama: ¡Eso no le alcanza a mi hija ni para el papel higiénico! Entonces, el joven ofendido se va de la casa, y cuando se va, la chica sale por la ventana y le dice: Carlos, ¿Por qué te vas? El joven se voltea, la mira, y le dice: ¡Perdona, pero no sabía que sólo en el baño te la pasabas, adiós!

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Están juzgando a un hombre por asesinato múltiple: Habla el fiscal: – Vean, señores del jurado, a este hombre frío y cruel que asesinó a su esposa, a sus hijos, hermanos y a sus padres. Pido para él la pena máxima. A continuación, habla el abogado defensor: – Señoras y señores del jurado les pido que tengan clemencia y compasión para este pobre hombre que ha quedado huerfanito.

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Miguel descubrió que heredaría una fortuna cuando su padre enfermo muriese. Entonces decidió que precisaba una mujer para hacer de ella su gran compañera. Así que una noche que se reunía el foro de abogados en un local se fijó en una abogada, la más bonita que jamás había visto. Su belleza natural era la admiración de todos. El se le arrimó y le dijo: Puedo parecer un abogado común, pero en pocos meses mi padre va morir y heredaré 20 millones de dólares. Impresionada, aquella noche la mujer fue a la casa con Miguel y … Tres días después se transformó en su feliz madrastra.

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Un muchacho latino en Maryland, quiso entrar a la marina y le tomaron un examen:  ¿Cuántas anclas tiene un barco?  Esteeee, mmmm, ¡Once! ¿Qué? ¿Cómo que once? ¡Claro! ¿No ve que siempre dicen: Eleven anclas?

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-Oye ¿Qué tal era el abogado que llevó aquél asunto tuyo de la herencia que tenías que recibir? -Buenísimo. Ahora todo es suyo.

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En la mañana no desayuno porque pienso en ti, al mediodía no almuerzo porque pienso en ti, en la tarde no ceno porque pienso en ti, y en la noche no duermo, ¡porque tengo hambre!

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FRASE DE LA SEMANA

“Una casa sin libros es una casa sin dignidad”: Amicis