Daniel Manzoni el arquitecto del Festival Argentino

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U.S. Department of Agriculture, 64th Annual Honor Awards Ceremony in the Thomas Jefferson Auditorium, in the South Building, Washington, DC.Ê Agriculture Deputy Secretary Kathleen Merrigan provided opening remarks and introduction of Agriculture Secretary Thomas J. Vilsack. USDA Photo by Lance Cheung.

BIOGRAFIA

  El logro de Daniel Rafael Manzoni, arquitecto del Festival Argentino, ha sido mantenerlo vivo, verlo crecer y mejorarlo durante casi 35 años, lo cual es toda una hazaña.

  Manzoni nació en 1953 en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires, en la zona conocida como Bajo Belgrano, cuando comenzó la erradicación de las villas de emergencias muy de a poco. El barrio cuenta con una amplia historia deportiva ya que allí se encuentran las sedes de los clubs de fútbol Excursionistas y River Plate, así como el conocido Hipódromo de Palermo. Cuando tenía siete años sus padres, Luis Manzoni y Teresa Alió, decidieron mudarse a Mar del Plata.

  Así fue como su educación primaria, iniciada en Buenos Aires, debió continuar en Mar del Plata, ciudad en la que en 1972 terminó la escuela secundaria recibiéndose de Perito Mercantil. Por ese entonces también comenzó a jugar al futbol en San Lorenzo de Mar del Plata. En 1973, la realidad argentina lo llevó a estudiar la carrera de Sociología en la Universidad Nacional de Mar del Plata. En 1974 hizo el servicio militar en la Marina. Participó activamente en círculos progresistas estudiantiles hasta 1975. Convivió con muchos jóvenes de su generación, algunos de ellos luego desaparecidos. En 1976 habría sido incluido en una lista parapolicial de la dictadura militar liderada por Jorge Rafael Videla.  Poco después del 24 de marzo agentes irrumpieron en el departamento de sus padres buscándole.

  El grupo invasor llevaba armas largas “Itackas” y sus miembros estaban encapuchados. Su objetivo principal esa noche era secuestrarlo, hacerlo “desaparecer”. Pero rápidamente se dieron cuenta de que no se encontraba en el lugar y procedieron a torturar a sus padres. Querían saber todo y no escatimaron en métodos para lograr su cometido. Después de tres horas de hostigamiento, advirtiendo estos sujetos que no podrían quebrar la dignidad de sus padres, cesaron en su práctica siniestra y, previo a desvalijar el departamento, se retiraron impunemente dejándole al actor una amenaza de muerte pintada en una de las paredes. Querían que revelaran si estaba en otro apartamento en el mismo edificio. Sus padres fueron hostigados e interrogados durante tres horas para que les dijeran donde vivía o estaba. Los hombres dejaron un grafiti en la pared: “Danielito, te vamos a matar”.

SE SALVA POR MILAGRO

  Se refugió en Buenos Aires y luego se trasladó a Montevideo, donde se exilió. El día de su cumpleaños, 18 de octubre de 1976, llegó a Barcelona y residió por dos años en Madrid. Allí participó como voluntario de la Red de Solidaridad Argentina en Europa. Buscó empleo de camarero en el Nuevo Gay Club, Disco Cerebro y Hotel Wellington, donde se reunía la juventud española, latinoamericana y de Estados Unidos, así como grandes artistas y periodistas de España. Lo motivaron de tal manera que le permitieron cumplir un sueño: jugar un partido de fútbol en el Real Madrid Castilla a puertas cerradas contra el Valencia de Mario Kempes. El famoso “Manolo Sanchis”, le ofreció dejar la disco e ir al Burgos de la 3ra división con coche, universidad y sueldo. Daniel estudiaba una hora de inglés a la semana en la Embajada de EE.UU. en Madrid.

  Sus amigos y clientes de “Cerebro”, como llamaban a Daniel, le recomendaron ir por una beca de jugador de fútbol a Washington DC. Decidió probar suerte en la capital de los Estados Unidos, a donde llegó el 25 de agosto de 1978, cuando Argentina había ganado su primer mundial de fútbol. Estudió inglés como Segunda Lengua en la American University a tiempo completo. Mientras sorteaba los obstáculos en el aprendizaje del idioma, logró que el “coach” le permita entrenar con el equipo de American University a las 11:30 de la noche y así prepararse para la beca deportiva.

LUCHA POR SUS SUEÑOS

  Debió sortear todas las vicisitudes propias de todo joven inmigrante que se instala en otro país. Sin embargo, ello no le impidió soñar y darle forma a su sueño. Superó el examen de ingreso en la Universidad del Distrito de Columbia y obtuvo una beca como jugador de futbol. Ayudó a estudiantes universitarios a practicar con él su idioma natal, el castellano. Ante la Guerra de Malvinas, en 1982, llamó a sus padres a la Argentina para averiguar cómo alistarse para ir a la guerra.

  La situación en Estados Unidos era de una gran inflación y crisis económica. La guerra termina, pero no lo llaman. Comenzó a transformar un puesto de “Hot Dog” en “Empanada Express”. Vendía empanadas desde un carrito de venta ambulante en K Street NW, corazón financiero de Washington, DC. Henry Kissinger lo felicitó en esa esquina durante la Guerra de Malvinas por estar la Argentina en Guerra y él tener que vender empanadas lejos de su familia.

  Luego de esta situación y debido al limbo legal tuvo que dejar ese puesto céntrico dado que había muchas razzias contra los inmigrantes. Por otro lado, la Amnistía Universitaria de Rafael Cortada, presidente de la Universidad del Distrito de Columbia, le ayudó a retomar las clases para el “College” graduándose en mayo del 1990.

  El Chairman del Partido Demócrata, Ron Brown le aconsejó cursar una Maestría en Transacciones Internacionales en la Universidad George Mason, en Virginia, donde obtuvo buenas calificaciones. Se graduó en 1995 e inmediatamente comenzó el postgrado en Comercio Internacional que fue subsidiado por el Estado de Virginia, debido a sus buenas calificaciones. Su buen rendimiento académico lo llevó a ser elegido para trabajar en el Departamento de Comercio de los Estados Unidos.

EN EL GOBIERNO FEDERAL

  De este modo comenzó su carrera de funcionario condicional el 27 de diciembre de 1993, como especialista de comercio internacional. En 1996 se convirtió en funcionario permanente del gobierno federal de los Estados Unidos, retirándose luego de 25 años de una carrera exitosa el 27 de diciembre de 2018.  Su obsesión por la perfección lo convirtió en un buen organizador de festivales, y desenvolviéndose muy bien en su carrera. Estuvo siempre vinculado con los mejores organizadores de la ciudad del Distrito de Columbia, Maryland y Virginia.

  El festival comenzó en 1987. La primera reunión tuvo lugar en una biblioteca pública, con empanadas y bebidas sin alcohol y alguien recitando algunas estrofas del “Martin Fierro”, poesía clásica, “La Biblia del Gaucho”. Desde entonces se celebra el festival anualmente. Reúne a distinguidos intérpretes de danza y música argentina y a, la diplomacia cultural. Además, es un espacio en el que se pueden apreciar las artes, la gastronomía, la artesanía y el turismo.

  Desde su inicio, se ha celebrado en una variedad de entornos, desde la biblioteca en Columbia Pike hasta las actuaciones al aire libre en Barcroft Park y espacios culturales como el Teatro Thomas Jefferson de Arlington. Así fue como tuvo origen el Día Argentino en Arlington, Virginia. También se realizaron actividades en la Embajada de Argentina en Washington DC. El tamaño y la diversidad de la población del Condado de Arlington hacen que este sea el lugar ideal para estos festivales en los que se celebra un gran intercambio cultural.

VOCACIÓN POR EL FESTIVAL ARGENTINO

  La vocación de Daniel por el festival es semi legendaria y le ha valido el premio de Servicio Voluntario del presidente de los Estados Unidos. Daniel Manzoni, la fuerza principal detrás del Festival anual argentino. Después de 35 años, el festival ha demostrado ser una creación singularmente duradera, una institución peculiar fundada en la pasión, el amor de él y de los participantes. Cuando comenzó el Festival Argentino, nos recuerda Daniel, deseaba honrar a aquellos individuos que lucharon por la democracia. Quería que la gente no tuviera miedo de su propia conciencia política y que compartiera una cultura común.

  Con solo unos meses para la próxima edición, Manzoni corre a toda velocidad por su lista de tareas pendientes. Saca montones de suministros del ático. Camina por las aceras y los centros comerciales del área metropolitana y contacta gente para informarles que se viene el Festival. Llegarán grandes artistas que reinventan el tango en el contexto del jazz, el blue, el folklore y la música mundial.

  Un hecho importante es que la misma esposa de Daniel, Andrea de Manzoni, es del Salvador y lo ayuda muchísimo en el día del evento. El éxito del Festival radica en el hecho de que la mayoría de los miembros de la audiencia y participantes representan una población diversa, no solo argentinos. Desde sus modestos comienzos con artistas en su mayoría locales y quizás algunos intérpretes conocidos internacionalmente, el Festival Argentino se ha convertido en un escenario para todos.

  Este año, la Embajada de Argentina y Univisión jugarán un papel importante en el auspicio del evento. “Suena el teléfono, y ahora Manzoni habla español en vivo con radio Belgrano, su rostro se suaviza y se vuelve más joven, con una sonrisa ansiosa. El locutor de radio parece tener todo el tiempo del mundo para escuchar sobre el entretenimiento, los invitados VIP, el sorteo de boletos aéreos de ida y vuelta entre Washington y Buenos Aires, las empanadas “artesanales” y los sándwiches de salchicha “Se venden todo tipo de comidas típicas. Si nunca has experimentado la cultura argentina”, dice Daniel. “esta es tu oportunidad. ¡No hay muchos bailes “más sexys” que el tango argentino y tenemos mucho tango por recorrer!”.

  Un reconocimiento por el gobierno federal es un sueño realizado. Una nominación por parte de la comunidad local de Washington DC sería un gran honor debido a que la trayectoria se construyó localmente y esa vocación comunitaria permite continuar sirviendo a todos con éxito.

Algunos links de referencias