La dispar vida de los Suárez

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DEPORTES

La dispar vida de los Suárez

Tomado de Elobservador.com.uy

 

  Luis vive en la comodidad y el lujo de Liverpool y Paolo, que hace poco se nacionalizó salvadoreño, residía hasta hace dos años en Metapán, ciudad Maya donde no había shopping y su diversión era el ciber de la zona.

Luis aterrizó en Liverpool. La primera sorpresa fue que manejaban al revés. La segunda, se hizo noche temprano y el frío pegaba. Pero como ya venía acostumbrado de Holanda, lo toleró. Además la calefacción central de su domicilio le devolvió el calor al cuerpo.

Paolo miraba con cara de sorpresa desde arriba del avión. La mayor parte de las casitas eran bajas. Cuando descendió el calor lo abrazó. Lo alojaron y lo primero que hizo fue prender un ventilador. Dormir se hizo insoportable.

Luis llegó a Inglaterra comprado en 26 millones de euros. Un fichaje estrella en Europa. “Yo llegué a El Salvador por medio de un amigo, Leo (Rodríguez), que conocía a un entrenador. Al principio fue dificilísimo por el clima. Hacía mucho calor y sentía que me moría en los entrenamientos. Me costó como un mes adaptarme”, rememoró Paolo.

 

La vida de los hermanos Suárez es tan auténtica como dispar. Como será la cosa que Luis está suspendido por un insulto racista y su hermano Paolo vivió una situación insólita: “Al principio creía que me daban para adelante y en realidad me estaban gritando idiota, maricón”.

 

Luisito ya se adaptó a vivir en la ciudad de los Beatles donde no falta absolutamente nada. De más está decir que puede optar por lugares para cenar, visitar parques o diferentes centros comerciales.

Paolo al principio vivió en Metapán, club donde juega. Es una pequeña ciudad de origen Maya. “El centro tiene cuatro calles. No hay cine, no hay shopping, apenas una plaza central. Cuando entrenaba de tarde, me levantaba a las 10, armaba el mate y me iba al cyber. Esa era mi diversión”, reconoció a El Observador. Ahora se mudó y se fue a Santa Ana, a 60 kilómetros de Metapán. “Tiene un buen shopping, se puede salir a comer, hay más diversión”, admitió el goleador que compró carro (vehículo).

Otro gran tema que diferencia el modo de vida de los Suárez es la seguridad. Una cosa es Inglaterra y otra totalmente diferente El Salvador, donde las maras (pandillas) siembran terror.

Entonces, mientras Luis sale tranquilo con su niña Delfina a pasear, Paolo tiene que pensarlo dos veces para salir con su hijo salvadoreño. Ahora vive en un barrio privado pero igual hay que cuidarse de los  secuestros. Luis también vive en un lugar privado, pero el nueve de la selección se debe cuidar en otros aspectos. Desde que cobró fama y notoriedad su vida varió considerablemente.

No puede hacer lo que una persona normal hace porque tiene muchos ojos encima. “Siempre trato de evitar el centro porque acá la gente es muy fanática. Una vez me pasó que salía de un parking, me reconoció uno y ya no pude salir. Otra vez me pararon y me preguntaron si era Suárez. Les dije que no, que era el hermano, pero me quedaron mirando y me reconocieron, entonces me tuve que quedar a firmar autógrafos y sacarme fotos”, admitió Luis a El Observador.

Como habrá cambiado la vida de Luis que Paolo lo invitó a visitar El Salvador, pero al final resolvieron que no era conveniente.

Por razones de seguridad, Paolo prefirió finalmente decirle que no viaje. “Me gustaría conocer porque es el lugar donde a mi hermano le fue bien”, dijo Luis.

También están las diferencias geográficas y culturales. El invierno se sufre en Inglaterra. En El Salvador el calor castiga.

Luis come lo que cocina su señora y los platos no varían mucho con relación a lo que habitualmente se cocina en Uruguay. El tema es el asado, conseguir el corte no es sencillo.
Pero en El Salvador, Paolo también tiene drama con el asado. Es que no lo hacen con leña sino que apelan al carbón. “Después que me acostumbré a hacerlo con carbón mis compañeros de equipo me invitaban todos los días a comer asado”.

Pero sus comidas predilectas son otras: “Las pupusas, los tamales, los frijoles con huevo y queso crema es lo que más me gusta. Eso jamás había comido en Uruguay”.

A nivel deportivo, Luis admite que uno de los beneficios del fútbol inglés es que no se concentra.  Lo citan tres horas antes de los partidos. Se le permite salir a cenar pero antes de las nueve de la noche debe estar en su casa.

Paolo tiene que concentrar como buen hijo de ciudadano de esa parte del mundo. Pero además sumó un nuevo vicio: Se levanta a las cuatro o cinco de la mañana para ver los partidos de Luis en Inglaterra. “Tiene cansada a la señora”, reconoció el goleador de Liverpool inglés.

El nueve de los diablos rojos está metido en medio de una polémica mediática por su insulto racista contra el francés Patrice Evra. Su regreso a las canchas será observado con lupa. A partir de ahora, cada gesto provocará un comentario. Lo filman con 10 cámaras y desde todos los sectores?

¿Se imaginan eso en El Salvador? Hace unos días Paolo fue a entrenar y le empezaron a decir Guanaco. Acá sería un insulto. Pero “Guanaco es ser puro salvadoreño”, contó.

Y esa es una de las últimas diferencias de la dispar vida de los Suárez. Mientras Luis es héroe en Uruguay. Su mano en el Mundial contra Ghana generó hasta una canción. Y fue el mejor de la Copa América y figura preponderante de la Eliminatoria.

Paolo se terminó de nacionalizar salvadoreño para jugar por la Selecta. Reconoció que, pese a que aún no lo sabe completo, canta el himno con su hijo.

Su primer día como ciudadano salvadoreño lo sorprendió: “Luis me dijo: te felicito mucho, hermano salvadoreño. Mi madre (Sandra Díaz) me expresó: nunca me imaginé que iba a tener un hijo salvadoreño. Y mi padre (Rodolfo Suárez) me dijo: bienvenido al mundo, centroamericano”.