El ayuno, terapia prometedora contra el cáncer

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SALUD

  Los ciclos cortos de ayuno parecen funcionar tan bien como la quimioterapia para evitar el avance de los tumores cancerosos, afirman científicos en Estados Unidos. Y combinado con la quimioterapia, el ayuno parece proteger contra los efectos secundarios del tratamiento.

Los investigadores de la Universidad del Sur de California que publican su estudio en Science Translational Medicine (Science, Medicina Traslacional) basaron este hallazgo en un descubrimiento previo llevado a cabo en una remota comunidad en Loja, Ecuador.

Los individuos de este pueblo están afectados por una forma de enanismo y parecen tener una inmunidad extraordinaria contra el cáncer y la diabetes. Tras analizar las muestras de sangre de estos individuos, el profesor Valter Longo y su equipo descubrieron que la responsable de esta inmunidad era la deficiencia en la actividad de la hormona de crecimiento (GHR).

Y también observaron que los sujetos de Loja tenían niveles muy bajos de insulina y una baja resistencia a los factores de crecimiento insulínicos, o IGF-1, lo cual explicaría la ausencia de diabetes.

Ahora en la nueva investigación, el mismo equipo de científicos parece haber encontrado la forma de simular este efecto protector entre la población general afectada por el cáncer.

 

Falta de nutrientes

La clave, afirma el profesor Longo, está en privar a las células de sus nutrientes con el ayuno.

En experimentos con ratones, los investigadores encontraron que un ciclo de ayuno antes de la quimioterapia protegía a los animales contra los efectos secundarios tóxicos del tratamiento.

E incluso sin el tratamiento de quimioterapia, observaron que los ciclos de ayuno de dos días lograron detener la progresión de los tumores en varios tipos de cáncer. Tal como explica a BBC Mundo el profesor Longo, “lo que pensamos que está protegiendo a la gente de Ecuador son los niveles sumamente bajos de GHR y IGF-1”.

 

“Con el ayuno podemos reducir el IGF-1 y GHR de forma muy efectiva”.

“La evidencia tanto en ratones como humanos indica que esta mutación protege de cáncer, aunque no necesariamente significa que ninguno de ellos desarrollará la enfermedad, pero si la desarrollan será a una tasa baja o mucho más baja”.

En el nuevo estudio con ratones, dice el científico, “vimos que ciclos cortos de ayuno (de entre dos y cuatro días) fueron tan efectivos como la quimioterapia”. “Pero juntos, el ayuno y la quimioterapia, funcionaron mucho mejor que cada uno por separado”.

Por ejemplo, agrega, en una forma de cáncer infantil altamente agresivo que ya se había extendido a otros órganos “los tratamientos juntos lograron curar entre 20 y 40% de los ratones”.

“Con solo quimioterapia ninguno de los animales habría sobrevivido”, agrega.

El científico cree que cuando las células se ven privadas de nutrientes y de factores de crecimiento intentan compensar esa falta consumiendo más energía, lo cual a su vez promueve un estrés oxidativo y la muerte celular.

Según Valter Longo , es “una cascada de eventos” que conduce a la creación de estas moléculas perjudiciales, las cuales destruyen el propio ADN de las células y esto causa su destrucción. Los científicos están probando ahora esta combinación con humanos y los resultados preliminares muestran resultados positivos.

“Ya reunimos datos de 10 pacientes que indican que el ayuno los logró proteger de los efectos tóxicos de la quimioterapia”, explica el investigador a BBC Mundo. “Actualmente se están llevando a cabo tres ensayos clínicos para ver si los ciclos de ayuno pueden hacer más efectiva la quimioterapia, como lo demostramos con ratones en este estudio”.

El científico subraya, sin embargo, que esta es sólo la primera etapa de la investigación y habrá que llevar a cabo más estudios antes de poder recomendar el ayuno como terapia. Además, el científico advierte que el ayuno podría no ser seguro para todos los pacientes porque además de los riesgos asociados a la pérdida de peso, puede causar una baja en la presión arterial, dolores de cabeza y otros síntomas. (Fuente: María Elena Navas, BBC)