Transforman residuos orgánicos en abono natural para ayudar al medio ambiente

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Texto y Fotos: Wilfredo Díaz-Editorial UES

  Los residuos orgánicos, se transforman en abono natural, técnica que se ha desarrollado desde hace 4 mil años aproximadamente. El proceso consiste en crear condiciones necesarias de luz, temperatura y humedad para que la materia orgánica se descomponga por microorganismos y oxidación biológica. Los primeros en utilizarlo fueron en China, India y Japón.

  Este abono orgánico natural, es conocido también como compostaje. Su elaboración, lleva un proceso interesante. Se mezclan residuos orgánicos como la cáscara de tomate, cebolla, papas, huevos, plátanos, guineos, brócoli, repollo, hojas secas y tierra.

  El inventor de hacer compostaje fue el inglés, Albert Howard, nació en 1873 y falleció en 1947. Fue un botánico, que hacía investigaciones y estudios de hongos de todas sus especies. Muchos lo consideraban como el padre de la agricultura ecológica moderna. Inventó esta técnica, para reducir la dependencia de fertilizantes químicos, ayudar a recuperar la fertilidad de los suelos, mejorar la retención de agua y la llegada de nutrientes a las plantas.

  Esta técnica, se practica en El Salvador desde hace muchos años y se considera como una de las mejores opciones para evitar la contaminación de la tierra y reducir los impactos ambientales. Hoy en día, estudiantes, docentes y personal administrativo de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de El Salvador, desarrollan el proyecto “Compostaje de Residuos Orgánicos del Comedor Universitario de la UES.” El objetivo, transformar los residuos orgánicos en abono natural.

  “Recolectar los desechos orgánicos de las cafeterías del Alma Mater, inicio en el 2019, con la Fundación para el Desarrollo Socio Económica y Restauración Ambiental, FUNDESYRAM, de El Salvador y la Brigada Ambiental de la Facultad de Ciencias Agronómicas, BACA de la UES.”

  “Este es un trabajo en equipo, recolectamos y separamos los residuos orgánicos, como residuos de tomate, cebolla, papas, huevos, plátanos, guineos, brócoli, repollo, entre otros. Este abono natural, sirve a los estudiantes para hacer investigaciones científicas, en el campo experimental, ubicado en Comalapa, donde se tiene una parcela agroecológica, desde hace tres años”.

  Este proyecto, lo coordinamos tres ingenieros, Juan Ricardo Vargas Estrada, Rodd Alberto Franco Portillo y mi persona Juan Carlos Romero Quintanilla, aseguró el coordinador de la Brigada Ambiental BACA.

AYUDA AL MEDIO AMBIENTE

  Transformar residuos orgánicos en abono natural, ayuda al medio ambiente y para verificar el desarrollo de este producto conocido como compostaje, me traslade al vivero de agronomía, ahí está un grupo de estudiantes y su docente, quienes paso a paso trabajan sobre el tema.

  Para dar inicio a la elaboración del abono orgánico, se reúnen, planifican el trabajo, lo distribuyen y se trasladan a la cafetería para recolectarlos. Con mucho detalle, seleccionan el material, asegurándose que no lleve plástico, carne, hueso y aluminio. Los pesan y trasladan al vivero, para colocarlos en los módulos, hechos por ellos mismos.

  Estos módulos están sobre el suelo y antes de depositar los desechos orgánicos, hacen una base de zacate. Los colocan, le tiran una base de tierra, líquido lixiviados, que sirven para acelerar el proceso de descomposición de los residuos orgánicos y sacar el compostaje. Para finalizar esta primera capa, le colocan hojas secas y zacate. Este proceso se repite semanalmente hasta tener una altura de un metro y medio.

  “El proceso de hacer abono orgánico es interesante. Me involucré en el proyecto, cuando me enteré de las actividades que hace la brigada ambiental BACA de la UES. Antes de meterme a este nuevo reto profesional, ya había terminado el “Curso de Especialización Gestión Integral de Sistemas Productivos Agroecológicos,” es una nueva modalidad que tiene la facultad para no hacer tesis y poderme graduar.”

  “Por el momento, estoy ayudando a la creación de este abono orgánico con mis horas sociales, me ayudará a adquirir conocimientos. Estoy en la fase de caracterización y cuantificación de los desechos orgánicos. Cuando tenga listo los resultados, haré una guía técnica para aprender a hacer compostaje, lo cual lo he titulado “Compostaje en Hilera Estática de Aireación Pasiva.” A este documento, tendrán acceso docentes, estudiantes y agricultores, que estén interesados en la agroecología y en la creación de abono orgánico.”

  “Hasta el momento, he recolectado varios miles de libras de residuos orgánicos, están concentrados en el módulo, haciendo su proceso de descomposición para convertirlos en composta. Ese material llevará unos meses ahí,” asegura Héctor Alcides Díaz, estudiante egresado de la carrera Ingeniería Agronómica de la UES.

SEGURIDAD ALIMENTARIA

  Si los seres humanos, aprendiéramos a hacer compostaje o abono natural, con conocimiento, ayudaríamos a tener una buena producción agrícola y la seguridad alimentaria sería más sana. Hacerlo, lleva un proceso y control de calidad. No solo es por producirlo, ya que, para aplicarlo a cultivos, se debe hacer un estudio en laboratorio para ver el tipo de nutrientes que tiene.

  “Para hacer uso del compostaje y aplicarlo en los cultivos, debo de hacer un estudio y sacar tres parámetros que son muy importantes como por ejemplo: Físico: ahí determino el olor, color y tamaño de partícula, el químico: donde veré el Potencial de Hidrógeno (pH), se trata de un valor utilizado con el objetivo de medir la acidez de una determinada sustancia, como el calcio, potasio, fósforo, hierro, zinc, cobre, entre otros. Por último, veo el biológico: en este evaluó presencia de bacterias, moho y levadura.”

  “Las evaluaciones químico y biológico, las envío al CENTA, con mis propios recursos económicos, para que hagan el estudio, porque la UES no cuenta con el equipo adecuado y durante este año no se está brindando el servicio. Antes de llevar el compostaje al laboratorio, recojo la muestra, que ha pasado en los módulos cinco meses. Los revuelvo, los cuelo y me traslado al laboratorio para colocarlas en una estufa, ahí permanecerá 24 horas, a una temperatura de 60 grados centígrados, para que seque bien.”

  “Después de secar la muestra, se pesa para determinar textura por el método de Bouyoucos y Tamiz, lo cual me ayudará a ver el tamaño de las partículas del compostaje, que se ha logrado sacar y poder aplicarlo con mucha libertad a los cultivos o plantas”, asegura Glenda Guadalupe Palma Melara, estudiante egresada de la carrera de Ingeniería Agronómica, de la Universidad de El Salvador, quien concluyendo esta investigación, podrá graduarse.