Fases de la consejería

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Por: Pastor Dr. Rolando Soriano*

  En algún momento de la vida toca a cada ser humano estar en la posición donde necesita recibir un consejo o aconsejar a alguien, sea que la persona se encuentre en pecado o momentáneamente pasando por un tiempo de angustia, de frustración, con dudas, con temor, sin esperanza, quizás con dolor en su alma o un dolor físico o simplemente en un callejón sin salida. Es entonces cuando uno no encuentra respuestas y no sabe qué hacer, exactamente allí donde uno necesita de un buen consejo o una palabra de sabiduría.

  Todos podemos ser de alguna forma consejeros sabios y bíblicos para ayudar a los hermanos en Cristo. Como creyentes debemos ser llenos del Espíritu Santo, tener conocimiento de la palabra de Dios y un amor profundo por nuestro prójimo. Es así que hay pasos que nos ayudan a ser más efectivos dando consejos.

FASES EN EL PROCESO DE CONSEJERÍA

  Casi todos estamos de alguna manera capacitados para dar consejos siguiendo ciertas pautas para prestar la mejor ayuda posible. Sin lugar a duda, el grado de dificultad del problema o la circunstancia, marcará el camino a seguir. Algunos problemas requieren la ayuda de un profesional calificado y otros abren la posibilidad de que nosotros podamos ayudar a la persona afectada directamente.

  LO PRIMERO que debemos entender es que debe de haber un proceso de desahogo. Donde la persona afectada saque toda la carga que tiene en su corazón completamente. En otras palabras, debe de abrir su corazón y descargar todo lo que lleva por dentro. Aquello que afecta su alma, su espíritu y probablemente su salud. Hay que darle la oportunidad de que saque todo su dolor, daño y frustración, de tal manera que el consejero junto con el afectado, puedan descubrir las raíces de todos estos síntomas que siente la persona que tiene los problemas.

  El consejero deberá escuchar pacientemente lo que la otra persona tenga que expresar y dándose cuenta de los puntos más relevantes para llegar así a la raíz de los problemas, al mismo tiempo de fomentar confianza, para que el proceso de sanación sea efectivo.

  LO SEGUNDO es analizar toda la información que se ha obtenido, desde una perspectiva bíblica. Debe de llevarse todo en oración, promover una relación más íntima con Dios, y aplicando las enseñanzas bíblicas a cada circunstancia, sin distraerse de cuál es el problema fundamental que ya fue descubierto. También es importante mantener la comunicación en un ambiente neutro donde haya libertad de poder hablar libremente.

  En esta fase se debe de analizar los problemas objetivamente, y la persona afectada debe de reconocer y confrontar su realidad y evitar negarse a la realidad. Así buscarán la mejor solución, y si por algún motivo no pueden ubicar la raíz del problema, es porque algo ha quedado oculto y no ha sido descubierto aún. Ya que hablar sin rodeos es la manera más efectiva de descubrir los detalles.

  EN TERCER LUGAR, corresponde la planificación y aplicación de los principios bíblicos, es decir, trabajar juntos entre el consejero y el afectado para tener un plan de acción, el cual debe de ser llevado a cabo poco a poco. Respaldando este plan de acción con versículos bíblicos que correspondan a esta nueva manera de actuar y de acuerdo con la palabra de Dios.

  Finalmente, si no existe la aplicación (una puesta en práctica) de las soluciones que previamente han sido planeadas, escasamente se podrá resolver el problema en cuestión, ya que hay que ser fuerte y muy valiente para ser efectivo en lo que se debe de hacer. La falta de compromiso trae retraso, dolor y pérdida de tiempo.

  Es importante entender que el conocimiento sin espiritualidad genera tropiezo y derrota. Tal y como dijo el escritor J. Adams, que todos los problemas personales se deben al pecado. Lucha contra el pecado y habrás luchado contra el problema.

  Todos los pecados deben de ser afrontados, algunos podrán ser resueltos y otros estarán fuera de tus manos, pero la Biblia nos traerá la solución a todos ellos a través de la obediencia a Dios, el crecer en el conocimiento de Cristo y llenarse diariamente del Espíritu Santo.

  Debes de tener en cuenta que la transmisión de espíritus es real e influye en tu vida con quien te reúnes a menudo, a quien escuchas y de que llenas tu corazón, porque eso también traerá bendición o maldición a tu vida, más el poder del Espíritu Santo es tan grande y la misericordia de Dios tan infinita que su amor y justicia no tiene límites.

  Nuestra vida constantemente puede ser mejorada, siempre y cuando andemos de la mano de Jehová. Pongamos en práctica lo aprendido y Dios respaldará todo lo que está de acuerdo con su voluntad.

*Las opiniones vertidas en esta columna no indican un consejo profesional, siempre recomendamos consultar con un profesional.

Si quieres comunicarte con el Pastor Dr. Rolando Soriano: revsoriano@yahoo.com

Facebook: Rolando Soriano Pastor

*El autor de este artículo es el Dr. Rolando Soriano, pastor, consejero bíblico y empresario. Es el Pastor de la Iglesia Buena Tierra en Woodbrige, VA, Director del Seminario Cristiano Internacional, y dirige programas de ayuda a la comunidad. Graduado de la Universidad Bautista Great Plains y actualmente estudia en el Seminario Teológico Bautista de Southwestern y el prestigioso Seminario Bautista Reformado de Londres, escuela que pertenece al Tabernáculo Metropolitano de Londres del ya fallecido Pastor Charles R. Spurgeon.