DEPORTES
El Real Madrid dio un paso en firme hacia los octavos de final de Liga de Campeones, con un triunfo contundente en su visita al Ajax (1-4), en una nueva resurrección de Kaká en plena exhibición de Cristiano Ronaldo de su mejoría física, para marcar un nuevo ‘triplete’.
El premio a la personalidad madridista llegaría antes del descanso. En una de esas transiciones que tan bien interpretan. Fue Benzema quien explotó su velocidad por el costado izquierdo, dejó un recorte exquisito antes de tener fortuna en un mal centro, que tras rebotar en tres defensas, cayó a Cristiano que solo tuvo que empujarla a la red.
En el segundo, nada más reanudarse el partido, en un contragolpe fugaz, Kaká puso el centro blando a la llegada de Benzema que la rompió con una plástica ‘tijera’.
Kaká estaba empeñado en firmar una gran noche. Mourinho recurría a Di María porque el partido comenzaba a romperse y los espacios aparecían. Es el escenario perfecto para Cristiano. Benzema y Di María seguían haciendo trabajar al portero del Ajax, que nada pudo hacer ante el disparo ajustado al palo de Ronaldo desde treinta metros. Y menos aún ante el mano a mano, tras pase de Khedira, en el que el portugués picó el esférico a la salida de Vermeer para llevarse un nuevo balón a casa con tres goles.
El Real Madrid camina con firmeza en el ‘grupo de la muerte’, que lidera para evitar sustos. Con incendios fuera del terreno de juego, recupera la estabilidad deportiva. Cuatro triunfos consecutivos son el mejor impulso para afrontar la visita al Camp Nou. Tras la goleada europea, el clásico asoma.
Barcelona vence al Benfica en la ‘Champions’, pero Puyol se lesiona
Los blaugranas se acercan a los octavos de final, aunque el duelo costó otra lesión de Carles Puyol, días antes del juego contra Real Madrid.
Dos asistencias de Leo Messi al chileno Alexis Sánchez (minuto 6) y a Cesc Fábregas (minuto 55) sirvieron para que el Barcelona venciera al Benfica en su estadio (0-2) y se abra camino hacia los octavos de final de la Liga de Campeones de Europa.
Los azulgrana se colocaron como líderes del grupo G, con dos puntos más que el Celtic de Glasgow. La lesión de Carles Puyol (minuto 75) y la expulsión por roja directa de Sergio Busquets (minuto 87) empañaron la importante y merecida victoria de los catalanes.
Puyol se lastimó un codo y tuvo que ser retirado en camilla el mismo día en que volvía a los campos de juego, tras dos semanas de recuperación.
Es la tercera lesión de Puyol esta temporada, después de fracturarse un pómulo y sufrir un estiramiento del ligamento cruzado posterior de la rodilla izquierda el pasado 15 de septiembre, en el encuentro disputado contra el Getafe.
El Barcelona se basó en su habitual posesión para desesperar a su rival y, como novedad, introdujo el recurso de pases largos en busca de las espaldas de los defensores locales.
El futbol de los catalanes resultó efectivo. Una incorporación de Jordi Alba propició una pared con Leo Messi, que a fin de cuentas definió el chileno Alexis Sánchez.
Barcelona logró lo que más le había costado en los últimos encuentros: marcar en la primera parte. El gol, que supuestamente le debía de aportar tranquilidad, le complicó las cosas.
En el 55, Messi firmó su enésima genialidad. Recibió en el centro del campo, se libró de la marca de al menos tres elementos y pasó a la derecha, donde Cesc definió con calma.