“Cien dólares, para mí sí cuentan”

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 EL SALVADOR

 

  Para muchos recibir cien dólares cada dos meses puede significar una burla o sumar muy poco a su presupuesto. Sin embargo, para muchos ancianos de las zonas más pobres de El Salvador, que no reciben ningún ingreso económico, ¿qué significa?

“Este dinerito para mi es más que una bendición, a mi nadie viene y me dice tome estos diez dólares para que coma, o para que compre medicinas o ropa, nada. Tuve hijos pero es como que no existieran”, dijo Marcelina Hernández de 75 años.

Chávez Pérez, un anciano de andar cansado, mirada cubierta por las cataratas, de rostro lleno de arrugas que delatan que los 77 años que tiene le han pasado la factura, no contuvo las lágrimas  cuando dijo que le alegraba ser parte de los beneficiados del Programa Pensión Básica Universal, que es para adultos mayores, ejecutado por el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL).

Chávez Pérez repartió su trabajó por más de 50 años en aserraderos y cultivando milpas, acciones que han dejado una severa artritis, remarcada en los dedos de sus manos, asevera que nunca tuvo acceso a un empleo en que se le dieran las prestaciones de ley. “Trabajaba para comer, para mi familia, para mí, no hice ni un ahorro para mi vejez, a mis hijos apenas y les alcanza lo que ganan, me da pesar que ellos van por el mismo camino que yo, no tienen nada, más que para vivir el día”, dijo el anciano.

Señalando su brazo, Chávez Pérez dijo que ocupará el dinero que reciba en “inyectarse sueros” y en “comidita”, esos “cien dólares para mí sí cuentan aunque sean a los dos meses”.

Rubidia López, una anciana de vestido colorido, amarillo y flores color naranja y hojas verdes, con aretes muy coquetos, era de las primeras en la fila para recibir por primera vez el dinero que el programa les ofrece, las ansias de llegar podían más que el calor característico de San Miguel.

Al igual que Chávez Pérez  varios de los ancianos beneficiados aseguran que lo primordial para invertir esos cien dólares, 50 al mes, serán la comida y las medicina; y si se puede “tratar de ahorrar para poder contar con un poco de dinero”, dijo López.

Hernández, Chávez Pérez y López son del municipio de San Jorge, uno de los 22 municipios de Sn Miguel que se incorporan al programa del FISDL. Para ser beneficiados los adultos mayores deben ser mayores de 70 años. De los municipios de San Miguel serán beneficiados 10.650 ancianos y ancianas de las zonas rurales más pobres.

Estos ancianos se suman a los 16.662 que ya reciben este beneficio desde 2009. Según el FISDL esperan que cerca de 27.312 adultos mayores reciban la pensión en los 75 municipios de mayor pobreza rural.

La inversión del gobierno desde 2009 hasta 2012 ha sido de 17,9 millones de dólares. El programa del FISDL se lleva a cabo en el marco del Programa Nuestros Mayores Derechos y Comunidades Rurales Solidarias, ambos coordinados por la Secretaría de Inclusión Social y la Secretaría Técnica de la Presidencia.

Además de recibir el beneficio monetario, los adultos mayores reciben atención médica, son jornadas de salud coordinadas por el Ministerio de Salud (Minsal) y conllevan consultas generales, oftalmológicas, de nutrición, dentales, charlas sobre salud mental y educación ambiental.

Las palabras del presidente

En el municipio de San Jorge, de dónde son algunos beneficiados, fue el lugar donde se entregó por primera vez en San Miguel la pensión básica, al enveto asistieron autoridades gubernamentales, entre ellas el presidente Mauricio Funes y su esposa, Vanda Pignato.

Funes llegó con más de una hora de retraso, pero eso parecía no importarles a cientos de asistentes al evento, pues cuando oyeron el helicóptero que transportaba al presidente, la expectativa fue la que reinó.

Cuando hizo su aparición, una valla de alumnos le daba la bienvenida, al tiempo que los asistentes aplaudían al verlo pasar entre ellos. Funes hizo entrega simbólica  de la pensión a tres ancianos, dos mujeres y un hombre, a eso le siguió un emotivo discurso. “En nuestro país no todos nuestros abuelos y abuelas, a lo largo de los años, han cotizado en el Seguro Social o en una administradora de fondos de pensiones. Tenemos muchos abuelos y abuelas que han trabajado, pero que terminan de trabajar porque las energías ya no les permiten seguir trabajando y se retiran sin ningún dinero”, señaló Funes al caracterizar a las personas que reciben la pensión.

Continuó diciendo que “como no han trabajado con una empresa o como no han trabajado con el gobierno, al final no tienen derecho a una pensión, esa es una situación injusta, que nosotros hemos querido corregir y diseñamos este Programa de la Pensión Básica Universal, orientado a abuelos y abuelas, a adultos mayores que no tienen derecho a una pensión, pero que el Estado les reconoce una pensión”.

Funes dijo estar sabedor que los cien dólares bimensuales no es un ingreso que resuelve todo los problemas económicos de los ancianos, pero que es una contribución “es una ayuda básica para comenzar a resolver sus problemas”.  (Fuente: Gloria Morán, CONTRAPUNTO)