Quién y cómo se determinan los nombres de las tormentas

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TORMENTAS

A lo largo de la historia, las tormentas han sido nombradas en honor de novias, santos y ubicaciones, pero hoy se utiliza un método estable

 

¿En honor de quién bautizarías una tormenta; de tu novia, de tu mamá, de tu suegra? ¿Y en qué te basarías; en la fecha cuando ocurre; en el número de tormenta que le corresponde en el año, o en su intensidad?

En la historia, los estudiosos del clima se han basado en diversos métodos, como el nombre de santoral al que corresponde ese día, por números correspondientes a su latitud y longitud en el mapa, o nombres de mujeres al azar, para identificar a las tormentas en todo el mundo. Pero eventualmente lograron ponerse de acuerdo y establecer un método para nombrarlas. De hecho, si te suenan familiares los nombres es porque se repiten cada seis años, y se busca que sean cortos y sencillos.

El primer nombre de este método fue Alice, en 1953, cuando el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) originó una lista de nombres oficial. Actualmente esta lista la mantiene un comité internacional de la Organización Meteorológica Mundial.

Tradicionalmente los nombres eran femeninos, pero se incluyeron los masculinos en 1979 con Bob. Desde entonces, se alternan nombres de hombres y mujeres.

El método

Para los ciclones del Atlántico, que generalmente golpean más las costas de Estados Unidos y México, existen seis listas de nombres en orden alfabético, de la A a la Z. Estas listas tienen 24 nombres cada una. De esta manera, los nombres de los huracanes de 2012 fueron usados en 2006 y son los mismos que se usarán en 2018 y así sucesivamente.

Sin embargo, hay una excepción a esta regla. Por respeto a las víctimas, los nombres de los huracanes más violentos son retirados de las listas y sustituidos por otros nombres que inicien con la misma letra. En 2011 se retiró el nombre Irene y en 2010 los nombres Igor y Tomás.

Un año de ciclones particularmente violentos fue 2005, cuando se retiró la cifra récord de cinco nombres en 50 años: Dennis, Katrina, Rita, Stan y Wilma. Estos fueron sustituidos para 2011 y 2017 con Dora, Kenneth, Ramon, Selma y Wiley. Si quieres saber qué otros nombres se han retirado, consulta esta lista del NHC.

También se usan seis listas reciclables (distintas a las del Atlántico) para los ciclones en el Pacífico, desde 1960. Por ejemplo, en 2015 el nombre Sandra (del cual Sandy es diminutivo) será utilizado para ciclones en el Oeste del continente americano.

La historia

“El uso de nombres fácilmente recordables reduce la confusión cuando dos o más tormentas tropicales ocurren al mismo tiempo. Por ejemplo, un huracán puede estar moviéndose hacia el occidente en el Golfo de México, mientras que exactamente al mismo tiempo otro huracán puede estar moviéndose rápidamente hacia el norte sobre la costa del Atlántico.

“En el pasado, la confusión y rumores falsos surgían cuando se transmitía información sobre tormentas en estaciones de radio y se confundían las alertas para tormentas completamente distintas localizadas a cientos de kilómetros”, explica el NHC.

Durante muchos años, los huracanes eran nombrados en honor al santo cuya festividad coincidía con la fecha cuando ocurría el huracán.

Estados Unidos comenzó a nombrar las tormentas usando una designación de latitud/longitud de su origen. Los nombres eran difíciles de recordar y de transmitir al público, por lo que, posteriormente, los meteorólogos comenzaron a llamar a las tormentas con los nombres de sus esposas y novias durante la Segunda Guerra Mundial.

Este método de nomenclatura, que comenzó en el Pacífico, era tan fácil de recordar que los meteorólogos lo adoptaron para las tormentas del Atlántico. (Fuente: CNN)