WASHINGTON DC
Mitt Romney quien buscó la presidencia de EEUU por el Partido Republicano, llegó a la Casa Blanca el jueves, invitado para almorzar a solas con el Presidente Barack Obama. Es la primera vez que ambos que se encuentran después de las elecciones del 6 de noviembre. El exgobernador de Massachusetts llegó a la residencia presidencial a las 12.30, hora de Washington, y estuvo reunido con Obama en el Ala Oeste, sin presencia de reporteros o cámaras, hasta las 13.40.
“El gobernador Romney felicitó al Presidente por el éxito de su campaña y le deseó lo mejor en los próximos cuatro años”, dijo la Casa Blanca en un comunicado. “La conversación se centró en el liderazgo de América en el mundo, y en la importancia de mantener ese liderazgo en el futuro.
Se comprometieron a mantener el contacto, sobre todo si hay opciones de trabajar de forma conjunta y en intereses comunes en el futuro”. El menú: guiso de pavo y ensalada de pollo asado.
Romney ha mantenido un perfil muy bajo desde que perdiera los comicios. Ha pasado tiempo con su familia en California y este jueves ha visitó la capital federal por primera vez desde entonces. Se ha reunido, además de con el presidente, con el que fue su número dos, el legislador por Wisconsin Paul Ryan. La reunión del perdedor con el presidente es toda una tradición en la política norteamericana.
El encuentro se ha mantenido en secreto, y el portavoz de Obama, Jay Carney, ha dicho que Obama no tenía previsto hacerle ninguna oferta a Romney. La Casa Blanca había avanzado que ambos políticos hablarían de formas de mejorar la economía, dada la experiencia empresarial de Romney. Ambos hombres mantuvieron una relación poco cordial en las elecciones, con numerosos momentos de tensión.
En privado, tras su derrota, Romney se quejó de que la campaña de Obama le hubiera pintado como un despiadado hombre de negocios, un multimillonario ajeno a los problemas de los norteamericanos de a pie. En los debates se notaba la inquina entre los dos aspirantes a la presidencia, que ni siquiera pudieron fingir en muchos momentos una cordialidad que no nacía de forma natural.
Romney ha sido enterrado apresuradamente por su partido. No ha habido grandes recepciones en el Capitolio. Ha hecho sus visitas con discreción, pasando desapercibido en la capital federal del país. No ocupa cargo alguno, legislativo o ejecutivo. Y reflexiona sobre qué pasos dar, después de llevar siete años en campaña electoral y no haber ganado nada más que la nominación de su partido.
Romney, quien perdió por 126 votos electorales, dijo que el presidente había cortejado a los votantes al ofrecerles políticas que atrajeron a los principales grupos de votantes. “En cuanto a los jóvenes, por ejemplo, perdonarles los intereses de los préstamos universitarios fue un gran regalo”, dijo. Esos comentarios hicieron que algunos republicanos marcaran su distancia entre ellos y el ex abanderado de su partido. (Con datos de El País)