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El Real Madrid y el Barcelona empataron el miércoles a un gol en el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey de fútbol, dejando abierta la eliminatoria para la vuelta en el Camp Nou, partido a realizarse el 27 de febrero.
Cesc Fábregas marcó el gol de su equipo al cruzar un balón ante la salida de Diego López (51), pero a poco del final el joven francés Raphael Varane igualó de cabeza (81).
En un encuentro en el que ambos equipos tuvieron muchas imprecisiones, el Real Madrid salió muy decidido presionando muy adelantado y buscando dificultar la salida del Barsa.
Los azulgranas, vigentes campeones de la Copa del Rey, tuvieron dificultades para desplegar su juego, en un encuentro en el que los barcelonistas tuvieron que esperar al segundo tiempo para encontrar su toque.
Varane, el héroe anónimo
De nuevo Lionel Messi asomaba como la principal amenaza del Barça, pero este siempre hizo una de más y fue neutralizado. El abuso del regate del 10 culé contrastó con la solvencia de Raphaël Varane.
Ante las ausencias obligadas de Sergio Ramos y Pepe, José Mourinho se vio obligado a acudir al juvenil en la zaga y el francés, en definitiva, impidió que el Bernabéu se le fuera de nuevo encima al técnico portugués.
Primero, corrigió un error grosero de Ricardo Carvalho, el experimentado del fondo que devolvió mal un balón, y evitó en la raya que Xavi abriera el marcador en el primer tiempo. Luego, con esa misma determinación con que evacuó el balón en línea de gol, fue al área contraria y le ganó en el salto a Fábregas para el 1-1 que dejó abierta la serie de cara a la vuelta en el Camp Nou.
Varane mostró orden y personalidad, algo que no tuvieron varios de sus compañeros en el derbi, que se repetirá el próximo 27 de febrero. Partido en el que el Madrid podrá contar con varios de los ausentes de este miércoles.
Con Ramos, Pepe o Di María, ganará en peso el equipo blanco y también deberá hacerlo en determinación, ya que el 0-0 no le sirve y está obligado a marcar de visitante si quiere llegar a la final.
Obligado está el Madrid, como también Barcelona a traducir su habitual dominio en goles, los que en este primer encuentro pudieron convertir en trámite la vuelta y ahora dejan una lección hecha advertencia: al rival no se le puede perdonar y menos cuando la camiseta blanca está al frente.
