NUEVA YORK
El expresidente de Guatemala, Alfonso Portillo, se ha declarado inocente de los cargos por lavado de dinero en Estados Unidos de los que le acusa la fiscalía de Nueva York. Portillo, de 61 años, que estuvo al frente del gobierno guatemalteco entre 2000 y 2004, fue extraditado el pasado viernes a Estados Unidos y el martes 28 de mayo compareció por primera vez ante el tribunal neoyorquino que investiga el desvío de 80 millones de dólares que el mandatario habría trasladado desde Guatemala a través de cuentas bancarias en EE UU.
Los abogados de Portillo sostiene que el proceso es “una clara extralimitación” del Gobierno de EE UU. La acusación contra el expresidente fue presentada el 25 de enero 2010 por el fiscal Preet Bharara que indicó en su escrito que Portillo “convirtió el puesto de la presidencia de Guatemala en su cajero automático personal”.
Un día después, Portillo era detenido cuando trataba de abandonar Guatemala rumbo a Belize. Aunque la sentencia de extradición se dictó en 2012, hasta el viernes pasado no se ejecutó por las autoridades guatemaltecas. Desde que aterrizó en EE UU, el exmandatario permanece en el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York, donde seguirá recluido hasta que tenga lugar la audiencia para determinar su fianza, para la que el juzgado no ha puesto una fecha todavía.
En 2011, Portillo y dos de sus ministros fueron absueltos en su país de varios cargos de corrupción y malversación de fondos. Si el tribunal de Nueva York encuentra culpable al expresidente de los cargos por lavado de dinero, el mandatario se enfrentaría a una pena de hasta 20 años de prisión. La de EE UU no es la única cita con la justicia que el antiguo presidente tiene pendiente. Los tribunales franceses lo reclaman por el mismo delito que ahora se juzga en Nueva York.
En el escrito de acusación de Bharara se especifican tres casos concretos de desvío ilegal de fondos públicos. El primero se remonta al periodo comprendido entre 2000 y 2002 en el que, de acuerdo con el fiscal, Portillo malversó 2,5 millones de dólares donados por la Embajada de Taiwán en Guatemala para un programa de compra de libros escolares. El segundo data de 2001, cuando se apoderó de casi cuatro millones de dólares propiedad del Ministerio de Defensa. El tercero enumera episodios de lavado de cantidades no precisadas en EE UU y otros países obtenidas ilegalmente del banco público Crédito Hipotecario Nacional. (Con datos de Eva Saiz, El País)