EL EVANGELIO EN MARCHA
MENSAJE DE CONSAGRACIÓN
Los tres niveles de madurez espiritual
(1 CORINTIOS 2:14-16; 3:1-4)
Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor de Iglesia Bautista Hispana de Columbia, Falls Church, Virginia
INTRODUCCIÓN: Hay un paralelismo entre la vida física y la espiritual. Todas tienen su origen con el nacimiento. Ambas tienen en común la esperanza del crecimiento y la madurez, y si esto no es así, hay razones para preocuparse. De esta manera tenemos que así como un padre se preocuparía mucho al ver que si su hijo no crece, y sigue siendo niño todavía, de igual manera Pablo estaba preocupado por la inmadurez de los Corintios. Ellos habían creído en Cristo, pero tenían muy poco desarrollo espiritual. Tenían una pobre opinión de la vida cristiana, con un razonamiento infantil. De modo que Pablo se dirige a ellos como a niños espirituales, aunque su deseo era darles la doctrina que les corresponde a los cristianos maduros. La carnalidad los dominaba, y no había mejor evidencia de esto que las continuas divisiones en la congregación. El asunto era grave. Pablo se dio cuenta que la iglesia a los Corintios la habían dividido en cuatro partes, y entre ellos había un enfrentamiento al comparar cada uno al líder que seguía. Así que era necesario deshacer de ellos esa conducta infantil si habían de crecer y llegar a ser adultos espirituales. Dios quiere que seamos creyentes fuertes y maduros. Todo creyente al igual que un bebe necesita de cuidados especiales cuando comienza su vida. Pero su meta es llegar a la madurez espiritual como resultado de su nuevo nacimiento. Por otro lado, el hombre natural podrá ser una persona sabia, pero solo desde el punto de vista de los hombres, mas de Dios. Tendrá conocimiento, pero no tendrá ni discernimiento ni revelación bíblica. Un pastor predicó un sermón en este pasaje, con énfasis en los tres hombres que aquí aparecen, y una hermana se acercó, y le dijo: “Pastor, no me gustó para nada su sermón”. Y el pastor le respondió, diciendo: “Al diablo tampoco le gustó lo que prediqué”. Después le preguntó a la hermana: “¿Y en qué categoría está usted?”. Todos estamos de alguna manera u otra en estos tres niveles de madurez.
I.HAY UN NIVEL QUE HACE LO QUE SOLAMENTE ES NATURAL (1 Cor. 2:14)
1. Un hombre con un nacimiento natural (v. 14). El término griego para “el hombre natural: es “psyquico” y se refiere al hombre para quien el alma es todo, pero que su espíritu permanece como un aposento obscuro y vacío de Dios. El hombre natural solo ha nacido en el mundo natural. Es el hombre que solo ha nacido una vez. De esto se explica que quien nace una vez morirá dos veces, pero quien nace dos veces morirá una sola vez. El problema con este hombre es que todo lo que posee lo heredó en su nacimiento. Vea este ejemplo. Si usted tiene una manzana y ve que tiene un agujero, su deducción lógica indicará que por ese agujero entró un gusano. Pero el asunto es que él no entró por ese agujero, el salió por allí. Y usted a lo mejor seguirá preguntándose y cómo fue que el gusano entró allí… pues nació en la flor, empolló en la flor; y cuando la manzana se hizo grande y maduró, el estaba allí y salió por el agujero. La simiente del gusano estaba en la manzana; él no vino de afuera. Esto es lo que pasa con el hombre natural. ¿Qué dijo Jesús al respecto? Que todos los pecados del hombre vienen del interior del corazón (Mt. 15:10-19). El hombre natural está corrompido por naturaleza.
2. Un hombre sin percepción espiritual. El hombre natural nace en el mundo natural y por lo tanto está ciego al mundo espiritual. La palabra “no percibe” del versículo 14, quiere decir que no acepta las cosas espirituales. El mundo natural en el que vive le hace bloquear todo lo que es espiritual. Véalo de esta forma. Es posible que un hombre natural escuche esta palabra que estoy trayendo, pudiera apreciar todo el servicio con la buena música que se ejecuta y escuchar las oraciones. Pudiera entusiasmarse por lo que se le explica y por lo que ve en el seno de la iglesia. Es posible que muchas cosas le suenen bien, pero no puede entender las cosas del Espíritu. Esa fue la experiencia de Nicodemo. Hay gente que se les habla una y otra vez, pero no entienden porque todo su conocimiento se centra en el campo material.
3. Un hombre sin razonamiento espiritual. Hemos dicho que este es un hombre natural y vive de acuerdo con lo natural. Su intelecto y sus emociones lo gobiernan. Nunca ha nacido de nuevo, por lo tanto está perdido. El hombre natural no está despierto a las cosas espirituales, por lo que está muerto espiritualmente. No puede entender lo espiritual porque no le es racional. La palabra de Dios, sus promesas, su gracia y la fe son cosas incomprensibles para el hombre natural. El mundo del hombre natural es limitado por su entendimiento finito y sus sentimientos. El hombre natural no puede entrar en el reino de Dios porque en él no hay lugar para lo racional. Jesús dijo, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Jn 3:3). Por cuanto no mora el Espíritu de Dios en él, no puede discernir las cosas espirituales. Esta es la persona que está enojado contra el evangelio y sus seguidores. Es el esposo que injuria y reniega porque la esposa o los hijos ahora siguen al Señor. Es un hombre sin razonamiento espiritual, por lo tanto el evangelio para él es una locura, no lo puede entender.
II. HAY UN NIVEL QUE HACE LO QUE ES SOBRE NATURAL (1 Cor. 2:15-16)
1.Un hombre en quien vive el Espíritu de Dios. Si el hombre natural tiene un espíritu desierto, el hombre espiritual tiene un espíritu habitado por la tercera persona de la Trinidad. Cuando el texto dice: “En cambio el espiritual”, está describiendo a otro hombre. Aquí tenemos al hombre “espiritual”, al hombre cuyo espíritu está animado por el Espíritu de Dios, hablando, queriendo y viviendo bajo el impulso de ese mismo Santo Espíritu. El ha recibido el Espíritu de Dios que lo ha llevado a la salvación. Ese acto no consiste en sacar al hombre de la tierra y ponerlo en el cielo. Más bien ha sido bajar a Dios del cielo y ponerlo en el corazón del hombre. El hombre espiritual es alguien que vive de una manera radical como resultado de haber nacido otra vez. Ese Espíritu que mora en él es lo que lo ha hecho un hijo de Dios y le ha dado la esperanza que un día se levantará con un cuerpo glorificado (Ro. 8:11, 14).
2. Un hombre en quien vive un milagro. El hombre espiritual es un milagro, no hay otra explicación. Si no fuera así, ¿cómo se explica la transformación repentina de un hombre o una mujer dominada por un vicio convertirse en una vida totalmente nueva? La mejor definición de ese milagro es llegar a ser lo que nunca seriamos por naturaleza. Ese hombre que vive de esta manera sobre natural es porque vive en el Espíritu y aprende del Espíritu. La característica principal del hombre espiritual es que está siendo controlado por el Espíritu Santo y todos sus pasos son guiados por el Espíritu.
3. Un hombre con la mente de Cristo (v. 16). El hombre espiritual tiene la capacidad para juzgar todas las cosas, pero él no es juzgado por nadie (v.15). ¿Qué quiere decir esto? Que por poseer la mente de Cristo él puede discernir las situaciones que le vienen, pero no ser discernidos por los demás, por su vida transparente y de santidad que ahora tiene. Solo tiene que pensar que si él posee la mente de Cristo, en él se cumple lo que Pablo le pedía a los filipenses que pensaran: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Fil. 4:8).El hombre espiritual al tener la mente de Cristo ahora no está atado al mundo. Sus pensamientos no son conforme la corriente de este mundo. Su mente ahora está llena del amor y la bondad de Dios.
III.HAY UN NIVEL QUE HACE LO QUE NO ES NATURAL (1 Cor. 3:1-3)
1. El hombre carnal es un niño (v. 1). Un bebé en la etapa de su crecimiento es un caso único, tierno y hermoso. Nada da más placer que mimarlo y besarlo. Pero, ¿se imagina usted a ese mismo niño después de meses y hasta años sin haber crecido? Un padre estará feliz de tener a su bebé en sus brazos los primeros meses o años, pero estaría bien preocupado si tiene que seguir cargando con el “niño” después de años. El hombre carnal es un niño. Bien pudiera tener hasta cuarenta años de ser creyente y estar haciendo todavía las mismas cosas desde que creyó.
2. El hombre carnal necesita de leche (v. 2). Es el creyente que en lugar de estar comiendo su vianda compuesta de sopa, carne y verduras, hay que darle todavía el biberón de leche. Pablo tenía que interrumpir sus largos compromisos de dar el alimento de la doctrina sólida, para venir a darle la pacha porque no eran capaces todavía. Los pastores muchas veces somos como nodrizas que tenemos que ocuparnos de mecer en nuestros brazos a los convertidos, consolándolos, llevándolos a dormir, despertándolos y dándoles el alimento. Si no los alimentamos con varias cucharadas a la semana, nadie podría saber lo que acontecería. Si usted todo el tiempo requiere de otros para caminar como cristiano, usted lo que toma es leche en lugar de comida solida. Una persona que vive solo para beber leche espiritual es alguien que decidió no crecer más.
3. El hombre carnal está dividido (v. 3). El cristiano carnal no se lleva bien con todos. Ellos estaban peleando como niños. Al igual que los hermanos de corintios, ellos se la llevan bien solo con el grupo al que pertenece Pablo, Apolos, Pedro o el Señor Jesucristo. Son los creyentes que tienen sus predicadores favoritos, sus maestros favoritos y muchas cosas favoritas. Son creyentes que nada les gusta en la iglesia, que siempre están criticando y que toda su vida se quejan de todo, actuando con un espíritu cizañero. Son creyentes legalistas en quienes no hay un espíritu de amor y mansedumbre. Creyentes que no les hablan a otros.
CONCLUSIÓN: Todos estamos en una de estas tres categorías. Bien puede usted ser un hombre natural, que está perdido y va rumbo al infierno. O puede ser un hombre espiritual viviendo de victoria en victoria. O a lo mejor es un cristiano carnal, que es salvo, pero nadie jamás lo sabrá. La meta es que en estos niveles de madurez lleguemos al hombre espiritual. Que no nos conformemos con ser cristianos carnales que todo el tiempo somos los mismos, sin crecimiento y por lo tanto inmaduros. El cristiano carnal es una piedra de tropiezo para otros y es un desafío continuo para el ministerio de un pastor. Muchos de los hermanos de iglesia a los Corintios eran carnales. Esta fue la iglesia que más dolor de cabeza le dio a Pablo, todo lo contrario a la iglesia a los filipenses, quienes fueron un modelo de iglesia, cuya característica por excelencia fue la entrega y el dar generoso. ¿En cuál de ellas le gustaría ser miembro? ¿En qué categoría se ubica de estos tres niveles? Nuestra meta es llegar a ser cristianos espirituales. ¿Está dispuesto a serlo?
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