El maravilloso plan de Dios

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EL EVANGELIO EN MARCHA

PERLAS DEL ALMA

El maravilloso plan de Dios

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

 

Dios -para quien y por medio de quien todo fue hecho- eligió llevar a muchos hijos a la gloria. Convenía a Dios que, mediante el sufrimiento, hiciera a Jesús un líder perfecto, apto para llevarlos a la salvación. HEBREOS 2:10 (NTV)

 

No existe la casualidad en el trato de Dios con el ser humano, todo obedece a un plan creado antes de la fundación del mundo, en la eternidad pasada: “Eligió llevar a muchos hijos a la gloria”. De hecho, Dios predeterminó establecer un Reino sobre el cual la Segunda Persona de la Trinidad, el Hijo, habrá de gobernar para siempre, y le dio al Hijo el derecho de heredar todas las cosas que existen, visibles e invisibles: “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” (Romanos 11:36) Así todas las cosas son de JESÚS, son por medio de JESÚS y van a JESÚS. Ahora bien, como la revelación de Dios es progresiva, en el Antiguo Pacto, todo este plan no fue revelado en su totalidad, y por eso, en el Nuevo Pacto, el secreto de Dios, constituye el Mensaje de la Buena Nueva, del Evangelio. En esta sistematización de la teología, ninguno como el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, lo explica mejor. Sin duda, Dios usó al Apóstol para revelarnos la Buena Nueva a nosotros: “Fui elegido para explicarles a todos el misterioso plan que Dios, el Creador de todas las cosas, mantuvo oculto desde el comienzo.  El propósito de Dios con todo esto fue utilizar a la iglesia para mostrar la amplia variedad de su sabiduría a todos los gobernantes y autoridades invisibles que están en los lugares celestiales. Ése era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Efesios 3:9-11).

Me llena de gozo al saber que Dios utiliza a la “iglesia para mostrar la amplia variedad de su sabiduría a todos los gobernantes y autoridades invisibles que están en los lugares celestiales”. ¡Nunca olvidemos esto!, su iglesia y mi iglesia son agencias del reino de Dios en cualquier lugar. ¡No somos cualquier cosa en esta tierra! Por ello, la existencia de la iglesia a través de los siglos es parte del plan de Dios para iluminar a un mundo perdido. Ante el fracaso de todos los sistemas humanos para llevar a cabo la utopía de la felicidad total de los conciudadanos en esta tierra, las multitudes se volverán a la iglesia, porque allí es el lugar para encontrar y desarrollar el verdadero propósito para esta vida y la para la venidera, y al mismo tiempo, entrenarnos para la verdadera razón de nuestro breve transitar en este mundo: conocer y experimentar el maravilloso plan de Dios para nuestras vidas.

En la verdadera Iglesia del Señor, la familia de Dios siempre se levantará de toda treta del maligno porque su fundamento es esta verdad, dicha por el apóstol Pedro: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. ¡Esta es la verdad, la roca fundamental que sostiene a la Iglesia del Señor! Y por ello: “Y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. En la iglesia del Señor, siempre hay la esperanza de un mañana mejor porque “somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó” (Romanos 8:37).

Pues bien, ¿Cómo realiza la Trinidad este maravilloso plan de salvación para el ser humano? El Padre concibió el Plan conforme a su voluntad, y el Hijo lo aprobó -incluyendo su Encarnación, muerte y resurrección y hasta su nombre JESÚS, es decir, Salvador, es escogido antes de la fundación del mundo-, por eso se le dice a María “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS” (Lucas 1:31). La tercera Persona de la Trinidad es el Espíritu Santo, quien es el Administrador del regalo de la salvación hasta el final de los tiempos. Como lo dijera el doctor J. E. Orr, especialista en el Nuevo Testamento y las misiones: “El Espíritu Santo, es el Comandante en Jefe del Ejército de Jesucristo. Señor de la Siega, supremo en avivamiento, evangelización y estrategia misionera. Sin Él, todo está destinado al fracaso. Es nuestra responsabilidad, como cristianos, ajustar nuestros métodos y procedimientos a su estrategia, cuyo fin es despertar y dar vida a la iglesia y a la evangelización del mundo”, lo cual nos recuerda la promesa de JESÚS cuando dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). ¡Ese es el maravilloso Plan de Dios!

Perla de hoy: Confía con todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo, en el plan divino que Dios ha hecho posible a través de los tiempos, y prepárate para un fabuloso mañana.