Por qué debemos ser diferentes

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EL EVANGELIO EN MARCHA

MENSAJES ACERCA DE LA INVERSIÓN EN EL REINO

Por qué debemos ser diferentes

(ROMANOS 12:1,2)

 

Por: Rev. Julio Ruiz, pastor Iglesia Bautista Hispana Columbia, Falls  Church

INTRODUCCIÓN: Romanos 12:1, 2 es uno de los textos inagotables de las Escrituras. Cada frase pareciera estar escrita sobre un pergamino de oro de donde salen destellos que iluminan los verdaderos propósitos de la vida cristiana. Es el pasaje que viene después de los capítulos donde el apóstol escribió su más grande teología, al igual que los tres primeros capítulos de la carta a los efesios. En dos versículos tenemos una especie de “diez mandamientos” concentrados. Fue escrito para que cada frase dependiera de la otra. Es una especie de cadena con eslabones muy fuertes, todos dignos de ser mencionados para el más grande bien de la vida cristiana. Bien se puede decir que aquí tenemos el llamado más grande a la santidad que en ningún otro pasaje de las Escrituras. La demanda por excelencia es a “no os conforméis a este siglo”. ¿Por qué este llamado del apóstol? Porque el cristiano es el único ser, que aunque vive en el mundo, no pertenece a este mundo. La palabra “conforméis” tiene el sentido de acoplarse con exactitud a un molde. La idea viene de aquello donde algo llega a ser tan parecido en su ensambladura que no hay diferencia entre una cosa y la otra. Me tocó trabajar cuando era estudiante del seminario en una fábrica de cerámicas. Lo que más me llamó la atención fue la forma cómo había que llenar los moldes con un material con el que se formaría la figura. Me encantaba hacer un gato gigante, pero casi nunca pude sacarlo completo. Pero me quedó la imagen de los moldes donde se formaban diferentes diseños. Una vez que se echaba el recipiente en el embace, bien asegurado por los lados, la cerámica se endurecía y después de cierto tiempo se abrían las tapas y allí estaba el objeto, idéntico al molde en el que fue puesto. Amados hermanos, el mundo es un molde donde todos los que no aman al Señor encajan perfectamente. No hay problemas para ellos porque ya forman parte de sus vicios, placeres, tentaciones y estilo de vida. Más no así con el hijo de Dios. Para él, el mundo es el lugar de donde salió, por lo tanto regresar allí sería como el perro que vuelve a su vómito o el cerdo cuando vuelve a su lodo. La felicidad en la vida cristiana tiene que ver con la declaración: “No os conforméis a ese siglo…”.  Por qué ser diferentes.

 

I.DEBEMOS SER DIFERENTES PORQUE AHORA POSEEMOS UNA MOTIVACION DIFERENTE: “…las misericordias de Dios”.

 

Nos encontramos con personas, aún creyentes, que dicen no tener motivación para seguir viviendo; mientras que otros parecieran estar buscando siempre una motivación para sentirse bien. De allí que no es raro que algunos andan de eventos en eventos, de conciertos en conciertos, de conferencias en conferencias, para sentirse motivados. Pero una vez terminado aquello, la motivación se fue y la persona vuelve otra vez a un estado de desánimo y de falta de propósito. Pero, ¿cuál es la motivación a la que Pablo nos convoca acá? ¿Tiene el creyente una razón mayor que le impulse vivir bien motivado? ¡Sí la tiene! Su motivación está en “las misericordias de Dios”. En los primeros 11 capítulos Pablo nos ha hablado de un vasto mundo teológico y doctrinal. Ahora él ruega, no manda, por esas misericordias, a vivir lo próximo que va a exponer. Las misericordias de Dios se condensan en la persona y obra de Cristo. Su vida, su entrega, su muerte vergonzosa y la consumación de su victoria, conforman las misericordias de Dios. En estos tiempos pareciera estarse ofreciendo un “fuego extraño” en nuestros púlpitos. La motivación de mucha gente tiene que ver con la oferta del predicador de turno. Lo que más se está oyendo es acerca de un Cristo con mucho dinero para resolverle a la gente su situación con sus casas, sus enfermedades, darle fama y declararse en una continua prosperidad. La motivación para venir a él está muy lejos de la teología que Pablo enseñó. Cristo y su obra en la cruz son suficiente motivación. Usted no necesita otra. Las misericordias de Dios son el mayor bien.

 

II. DEBEMOS SER DIFERENTES PORQUE AHORA NUESTRO CUERPO TIENE UN PROPÓSITO DIFERENTE: “…que presentéis vuestros cuerpos”.

 

Para el tiempo de Pablo, el cuerpo era presentado para otros fines. La filosofía gnóstica lo consideraba malo. Pero el cristiano sabe que su cuerpo debe presentárselo al Señor (1 Cor.6:19, 20). ¿Por qué esta exigencia? Amados hermanos, y especialmente amados jóvenes, tu cuerpo llega a ser un problema muy grande si no le das el uso correcto y lo presentas al Señor. Uno de esos problemas serios es la concupiscencia, o esos deseos desordenados que combaten internamente. Comenzando con la parte externa, la vestimenta. Si te vistes para agradar a tu cuerpo, eres sensual; tu propósito es llamar la atención hacia ti, no para honrar al Señor. Si te vistes para mostrar cuántos músculos tienes, eso es pecado; tu cuerpo no es para ser exhibido sino para honrar al Señor con él. Otro asunto por el que hay que presentar el cuerpo al Señor es por los pecados sexuales. Joven tienes que recordar lo siguiente. Es imposible que dos personas de sexo opuesto que pasan tiempos a sola puedan mantenerse puros. Debes huir de la fornicación. La Biblia dice que podemos resistir al  diablo, pero cuando se trata del sexo, hay que huir (1 Cor. 6:18). No es fácil apagar ese fuego. Cuando caes en una inmoralidad sexual arrastras con todo lo que  está a tu lado. Tu dignidad y tus padres sufrirán por eso.

 

III. DEBEMOS SER DIFERENTES PORQUE AHORA TENEMOS UN SACRIFICIO DIFERENTE: “… vivo, santo, agradable a Dios”.

 

Desde que comenzó la creación, el sacrificio que servía como holocausto de animales fue traído a Dios para ser adorado. El olor grato que subía hasta su presencia confirmaba la aceptación divina. Pero todos esos sacrificios eran de animales muertos. Después que Cristo murió, ofreciéndose como el último y más grande de los sacrificios, ahora se nos ruega que nosotros mismos nos presentemos como los nuevos sacrificios, pero con la diferencia que este sacrificio deber ser vivo, santo y agradable a Dios. Como sacrificio vivo implica que ahora nos ofrecemos en vida y en novedad de vida por haber muerto al pecado y resucitado en Cristo (6:4, 11, 13). Si se ofrece vivo es porque ahora posee la vida que le fue dada por Cristo. Como sacrificio santo quiere decir que él ahora está dedicado y separado por y para Dios. De esto se desprende que la santidad no es una opción en la vida cristiana; ella, más bien, es el centro de todas nuestras acciones. Pero sobre todas las cosas, ese sacrificio debe ser “agradable a Dios”.

IV.DEBEMOS SER DIFERENTES PORQUE AHORA TENEMOS UNA ADORACION DIFERENTE: “… que es vuestro culto racional”.

 

Hay gente que sigue cultos irracionales que llevan a sus devotos hasta morir por sus líderes, aunque sus causas sean las menos dignas. Algunos siguen cultos motivados por un sentido emocional, donde impera la pasión de los sentidos, más que la parte racional. Sin embargo, el planteamiento de Pablo es que nuestro culto sea racional. ¿Qué significa esto para nosotros?  El culto racional involucra la mente e implica comprender el mensaje del evangelio y decidir conscientemente adorar a Dios. Hay muchos cultos en el mundo que están muy lejos de adorar a Dios. Terminamos de celebrar la fecha de Halloween y le aseguro que lo último que tuvo esa fiesta pagana fue la de adorar a Dios. Cuando hablamos de una adoración diferente estamos poniéndole a la emoción, la razón; a los movimientos del cuerpo, el entendimiento. Como dijo Pablo: “Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento” (1 Cor. 14:15).

 

V. DEBEMOS SER DIFERENTES PORQUE AHORA ESTAMOS EN UN PROCESO DE RENOVACIÓN DIFERENTE. “…sino transformados por medio de la renovación de vuestro entendimiento”.

 

En lugar de acoplarnos al molde del mundo debemos transformarnos. Pero esa transformación no se logra sino a través de  un proceso que se realiza mediante una constante renovación de la mente por el Espíritu, como indica 2 Corintios 3:18. La palabra renovación es la que más está de moda en este siglo veintiuno. Por ejemplo, el que no se renueve en materia de comunicación se queda solo en la era de la globalización. La renovación tecnológica ha traído una revolución social, económica y hasta política. Pero la renovación a la que apunta la Biblia va más allá de la tecnológica. Se trata de una renovación mental. La forma cómo pensamos determina lo que sentimos y la manera cómo sentimos determina la forma cómo actuamos. Así que si usted quiere determinar la forma de actuar, debe determinar la forma cómo piensa. La Biblia nos dice: Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él(Prov. 23:7).Todo comienza con el pensamiento.

 

VI. DEBEMOS SER DIFERENTES PORQUE AHORA HEMOS CONOCIDO UNA VOLUNTAD DIFERENTE: “… para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

El énfasis de lo anterior recae sobre toda esta oración. Creo que cada creyente estará de acuerdo en afirmar que el asunto que se le hace más difícil es conocer la voluntad de Dios. Hay muchas preguntas a la hora de mudarnos de un sitio a otro, de escoger una carrera, del trabajo a realizar, del compañero o compañero a elegir. Y si al tomar alguna de estas decisiones algo sale mal, debo descubrir que allí no estuvo presente la voluntad de Dios. Para algunos la voluntad de Dios pareciera estar siempre en contra de lo que anhelamos o buscamos. Pareciera que Dios siempre nos “echa a perder la fiesta”. Pero vea que la realidad de este texto es otra. En ninguna otra parte tenemos una revelación tan completa sobre lo que es la voluntad de Dios como en este texto. ¿Cómo saber entonces que lo que estoy haciendo es la voluntad de Dios? ¿Cómo comprobar tal voluntad? Una verdad queda claro en este texto: si no presento mi cuerpo con un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, no podré comprobarla. La voluntad de Dios es buena porque él es la esencia de todo bien y, en última instancia, es buena para nosotros mismos. Es agradable, como cuando le presentamos nuestro cuerpo en sacrificio vivo y santo; como los sacrificios de olor grato. No hay nada que Dios haga que no le agrade. Y es  perfecta porque Dios nunca se equivoca en lo que él hace en nuestra vida y en lo que permite que ocurra en la vida de su hijo. Diga  como el salmista: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Sal. 40:8). ¿Sabe cuál es la voluntad de Dios?

 

CONCLUSIÓN: Hemos expuesto las razones por las que somos diferentes. La gran pregunta a responder es, ¿soy diferente? ¿Me diferencio con el mundo en mi madera de vestir, pensar, hablar o actuar? El llamado del apóstol es: “No os conforméis a este siglo…”. ¿Cómo hacerlo? Siendo transformarnos “por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. ¿Cuál será el resultado? Para “que comprobéis la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Amado hermano, ¿puede usted pensar en algo mejor que esto? Y la única manera de ser diferente, de no acoplarme al molde, es que el Espíritu Santo esté continuamente renovando mi entendimiento. Si no es creyente  venga a Cristo hoy para ser diferente, si ya lo es, no se conforme a este mundo.

 

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