POLITICA EE.UU.
El candidato presidencial Rick Perry no anda precisamente predicando con el ejemplo. Si por un lado aboga por recortar las pensiones al mundo laboral estadounidense, por otro lleva un año recibiendo su pensión de jubilación, aunque sigue en siendo gobernador de Texas y recibiendo 150.000 dólares anuales por ello.
Por él todo bien, dice sin un ápice de vergüenza. “Es legal“, asegura. Al menos en Texas. Según cuenta, sus asesores le informaron de que por haber servido en las Fuerzas Aéreas, y tras más de 25 años en la vida civil pasando por diversos cargos gubernamentales en Texas, Perry tiene derecho a recibir su pensión de gobernador de Texas.
“Es una regla que existe hace décadas. Yo no lo sabía, pero mi gente me lo explicó y no creo que sea nada fuera de lo común”, dijo Perry.
Así es como, además de su sueldo anual de 150.000 dólares, desde hace 12 meses el gobernador percibe 7.896 dólares mensuales adicionales.
Lo interesante de todo esto es que Perry ha hecho del sueldo de los empleados públicos uno de los ejes de su campaña. En su opinión, reciben sueldos excesivos y el Gobierno federal debe rebajarlos, incluyendo las pensiones.
Sus críticas al sistema de pensiones
En su campaña por los recortes salariales, Perry ha llegado a afirmar que la reforma del sistema de seguridad social de los trabajadores estadounidenses es una estafa, un sistema piramidal al estilo ‘Ponzi’. “Hoy estamos pagando a los jubilados de ayer sin saber si tenemos dinero para mañana“, sostuvo en julio el gobernador de Texas, en una entrevista en televisión.
Los demócratas no han tardado en reaccionar indignados. Lo acusan de hacer todo a su alcance para inflar su salario, al mismo tiempo que impone millones de dólares en recortes a los fondos de pensiones del estado de Texas, con un presupuesto anual ‘draconiano’.
“Cuando se comienza a ganar más dinero de su empleador, al mismo tiempo que se recibe un salario, en mi idioma eso se llama un incremento de salario”, reaccionó el portavoz de los demócratas en Texas, Anthony Gutiérrez.
Para los demócratas, “parece que en el presupuesto de Texas no hay cabida para pagar a los profesores pero se puede dar a Perry un aumento anual de 100.000 dólares. Si el gobernador quiere beneficiarse de su jubilación, lo mejor que tiene que hacer es eso mismo, pasar a retiro”, dijo el portavoz. “Hay que tener una gran insensibilidad para concederse un aumento de sueldo mientras se reduce el de los profesores”, agregó.
Los republicanos siguen incólumes. Que está todo muy bien, y es parte del sistema, como explica el portavoz de la campaña de Perry, Ray Sullivan. “El gobernador no ha hecho más que acogerse a la ley que autoriza el cobro de pensiones originadas por una función que aún se está ejerciendo, al final de 25 años de empleado público”, dijo el portavoz.
Según los documentos entregados a la Comisión Federal de Elecciones, Perry tiene una fortuna personal que supera los 100 millones de dólares. (Fuente: Rui Ferreira, EL MUNDO)