EL EVANGELIO EN MARCHA
La disciplina en la iglesia
Por: Boris López, Tabernáculo Bíblico Bautista, Manassas, Virginia (borislopez986@yahoo.com)*
Uno de los asuntos mas polémicos en la iglesia, es la disciplina, digo que es polémico porque nadie está a la altura de poder aplicarla, nadie puede, en las iglesias aplicar la disciplina a los demás, nadie tiene esa autoridad, sin embargo es necesario que haya un código, una ley, una forma de resolver el problema. La palabra de Dios nos habla acerca de aquellas personas que llamándose cristianos mantienen una actitud diferente a lo que debería de ser, veamos:
“Porque os ordenamos hermanos, en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros” (2 Tesalonicenses 3:6). El Sentido que la palabra de Dios le da al problema es más bien de que deberíamos asumir una actitud de desconocimiento, es decir, apartarnos, dejar pasar de largo, que ya no se metan con nosotros y que nosotros ya no nos metamos con ellos. Porque algo que debe de quedar bien claro es que nosotros no somos jueces en este mundo, nadie nos ha puesto de jueces, ni Dios nos juzga, en eso debemos de tener mucho cuidado, porque el que juzga, será juzgado: “no juzguéis para que no seáis juzgados” Mateo 7:1.
Probablemente haya situaciones confusas en las que se acusa injustamente a alguien, la actitud de este alguien debe de ser, el esperar que Dios en su justicia limpie su nombre aunque por el momento tenga que soportar la infamia. Y el ser difamado injustamente.
No creo en la disciplina pero si creo en el testimonio y por no dañar a los demás a los débiles como lo señala la Biblia, es necesario que se tomen algunas medidas encaminadas a mantener el buen nombre de la iglesia y del testimonio de Jesucristo.
Mauricio era mi compañero de ministerio, éramos como él mismo lo decía, “el dúo dinámico en Cristo”, pero un día se encontró con unos amigos, y dañó su testimonio, a pesar de ser mi amigo y sentir un gran aprecio por él, le expliqué que debía tomarse un tiempo antes de regresar a servir a la iglesia, aceptó, estoy bien claro que no fue juzgarlo, fue proteger el testimonio del ministerio completo debido a las mentes débiles. Con el tiempo, Mauricio ganó crédito con la iglesia y volvió a servir, estudió teología en el seminario bíblico y se graduó como pastor, además fue ordenado al ministerio. Hoy es misionero en Centro América, un gran hombre de Dios.
Cuando resolvemos los problemas de la iglesia sin prejuicios y utilizamos las normas bíblicas, las cosas funcionan, el problema es que a veces queremos resolver los asuntos carnalmente o con sentimientos confusos, por eso no olvidemos que hay una forma correcta de hacer las cosas, es como Dios nos ha mandado, no sea que nos equivoquemos creyéndonos jueces: “Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quien quiera tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tu que juzgas, practicas las mismas cosas. (Romanos 2:3).
Reservémonos el juicio para nosotros mismos, no juzguemos solo defendamos el testimonio de Cristo. Así que apliquemos la disciplina según el testimonio, es la mejor forma para que todo vaya bien en la iglesia.
*El pastor Boris López, es graduado del Seminario de la Misión Bautista Internacional de El Salvador. ¿Desea Congregarse? Llámenos al 703-357- 2908. Tenemos servicio de transporte para todas las áreas