EL EVANGELIO EN MARCHA
Por: Boris López, Tabernáculo Bíblico Bautista, Manassas, Virginia (borislopez986@yahoo.com)*
Me contó Juan que conoció a un pastor venezolano en un centro comercial y que le ofreció una visita para hablar de la Palabra de Dios. Aquel hombre le había transmitido confianza pues además de ser un hombre mayor, como de sesenta, hablaba con seguridad la palabra de Dios. Decidió aceptar esa invitación, le dejó su número de teléfono para luego llamarle y ponerse se acuerdo acerca de la fecha y hora de la visita. Juan le dio la dirección de su casa, acordaron los detalles y llegado el día, su esposa preparó la cena, el pastor llegó acompañado de su esposa y juntos los cuatro, Juan y su esposa el pastor y su esposa compartieron del plan maravilloso de la salvación.
Al final de la reunión el pastor preguntó a los esposos si después de lo que habían hablado deseaban responder de alguna forma al mensaje de la palabra de Dios, y que la mejor forma era la de abrir el corazón a Jesucristo, confesándolo como Señor y Salvador de sus almas, a lo que accedieron. Aquel día Juan y su esposa habían entregado su vida a Jesús.
Un día hablando con Juan le pregunté sobre cuál era el mayor testimonio que había recibido de la realidad de Dios en su vida, mas que nada lo que quería saber era sobre qué estaba fundamentada la fe de mi amigo y qué era lo que lo mantenía con una fe viva. Su respuesta fue muy convincente, me dijo, -desde que decidí seguir a Jesús he experimentado un cambio-, esas palabras no me las estaba diciendo realmente a mí sino mas bien a si mismo, era como una reflexión- convencido de que Jesús era una realidad en su vida quien había permitido que él experimentara un cambio que se hacía evidente para testimonio personal.
Y es que así debe de ser, el cristiano, debe experimentar un cambio, si no, no hay evangelio en la vida del que cree tenerlo. La palabra de Dios en Juan 1:13 nos dice que en nuestro nuevo nacimiento nosotros hemos sido engendrados no por voluntad de carne ni por voluntad de sangre si no por voluntad de Dios, ha habido un elemento extraordinario, un elemento sobrenatural para que nuestra nueva naturaleza emerga de nuestra naturaleza pecaminosa.
La palabra bautismo, del griego baptizo, da la idea de un cambio de color, una transformación, como la oruga pasa a ser mariposa, en una metamorfosis, esa es la misma forma con la que nace un creyente a nueva vida, hay una nueva re-creación en su ser de forma espiritual en donde el Espíritu de Dios viene a morar en el ser humano (“No sabéis que sois templo de Dios y que El Espíritu de Dios habita en vosotros 1 Cor 3:16 ) y que sucede en el momento de creer. (Colosenses 2:12 …”sepultados en él en el bautismo, en el cual fuistes también resucitados con él mediante el poder de la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.)
Este es el detalle, que un creyente debe y rigurosamente debe experimentar un cambio que le sirva a él como testimonio y luego será testimonio de Dios para los demás en el tener una nueva vida. Juan el Bautista, predicaba “Haced frutos dignos de arrepentimiento”, no se refería a andar todo el tiempo con el ceño fruncido y criticando a media humanidad sino a cambiar de actitud a ver en el pecado ya no una situación de placer sino una ocasión para ser desobediente.
Probablemente al leer estas letras usted entre en la duda con respecto a si esto es cierto o no, déjeme decirle que nunca saldrá de esa interrogante hasta que usted entregue su vida a Jesucristo, Si no le funciona, le devolvemos sus pecados!.
Así que, si usted está ya cansado de vivir en el vicio del pecado y quisiera experimentar un cambio, la respuesta para su vida es Jesucristo, venga hoy a él, estoy seguro que Jesús le dará ese cambio que usted espera y que también necesita, solo el puede darle una nueva vida.
*El pastor Boris López, es graduado del Seminario de la Misión Bautista Internacional de El Salvador. ¿Desea Congregarse? Llámenos al 703-357- 2908. Tenemos servicio de transporte para todas las áreas