Aumenta desempleo por primera vez en 11 meses en EEUU

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ESTADOS UNIDOS

 EEUU parece seguir en 2012 la misma pauta que en 2011. Un crecimiento significativo en el primer trimestre, seguido de un frenazo en el segundo y casi de un estancamiento en el tercero. El mejor indicador de ello es el mercado laboral. En el periodo enero-marzo, generó en promedio 226.000 empleos. En mayo, apenas 69.000, la cifra más baja desde mayo del año pasado. La tasa de desempleo, que se mide con otro sistema estadístico, creció en ese mes una décima, hasta el 8,2%. Es el primer aumento desde junio de 2011.

Las dos estadísticas son diferentes. La creación de empleo refleja las nuevas contrataciones llevadas a cabo por una muestra de 486.000 establecimientos. La tasa de paro, el número de personas que están cobrando el seguro de desempleo y buscando activamente un empleo. Paradójicamente, la mejora de la economía puede hacer que la tasa de desempleo aumente, a medida que más trabajadores que habían dejado de buscar empleo se reincorporan al mercado laboral.

Sin embargo, las estadísticas revelan también que los estadounidenses trabajaron menos horas en mayo, lo que parece indicar que la ralentización es real. Si se suma la tasa oficial de paro a la de trabajadores ‘desanimados’—es decir, que han dejado de buscar empleo— y a los que trabajan a tiempo parcial, la cifra real de paro y subempleo en EEUU ronda el 16%.

Estos datos se deben a una combinación de factores. Uno es estadístico: la economía de EEUU se colapsó en el cuarto trimestre de 2008 y el primero de 2009, y desde entonces, las subidas interanuales en invierno son más pronunciadas, porque parten de bases más bajas.

Otro es climatológico: este invierno fue muy suave en el Este del país, lo que ha hecho que la construcción no se paralizara como suele ser habitual en esas fechas. Y el tercero tiene que ver con la economía fuera de EEUU. En 2011 fue Fukushima y la UE. Este año es sobre todo la UE. La crisis de la eurozona amenaza con dañar la confianza en EEUU y con transmitirse por canales financieros a Wall Street, lo que a su vez implicaría una mayor reducción del crédito.

 

Medidas

El mal dato vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de que la Reserva Federal lleve a cabo medidas excepcionales para reactivar la economía. A finales de este mes acaba la ‘operación twist’, en virtud de la cual el banco central compra bonos a corto y vende bonos a largo. Así, aumenta la oferta de los bonos a largo plazo, con lo que los intereses de éstos disminuyen, lo que facilita la financiación para las empresas e hipotecas (aunque a cambio hace la vida más difícil a los bancos pequeños, que viven de endeudarse a corto y de prestar a largo).

Al contrario que el BCE, la Fed no sólo tiene como misión la estabilidad de precios, sino el pleno empleo. De ahí que sea más proactiva para activar la economía. Una QE3 —es decir, una tercera ronda de compra de bonos, o ‘relajación cuantitativa’, en virtud de la cual la Fed crea dinero y lo inyecta en la economía comprando renta fija—ya ha sido debatida por el banco central.

El problema de esas medidas ‘heterodoxas’ es que estamos en un año electoral y los republicanos se tirarán al cuello del banco central—a pesar de que su presidente, Ben Bernanke, es de ese partido—si hace eso, porque le acusarán de tratar de ayudar a la reelección de Barack Obama. (Fuente: Pablo Pardo, EL MUNDO)