El incomparable JESÚS

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EL EVANGELIO EN MARCHA

El incomparable JESÚS

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

 

Para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. FILIPENSES 2:9-11 (NVI)

 

¿Qué hace tan especial al cristianismo? Ciertamente que como religión ha tenido sus fallas, aunque es innegable su aporte positivo al desarrollo de los individuos y de la humanidad. Lo que lo hace especial es JESÚS, su fundador. JESÚS es el Único Hijo de Dios en su carácter y obra; es Dios con nosotros; Él es poseedor de la naturaleza divina y de la humana; sujeto a sufrimientos, necesidades y muerte; además de ello, la eficacia de su muerte en la cruz, el poder de su resurrección de entre los muertos; el poder trascendente de su ascensión, y el triunfo final en la entronización, todos esos siete elementos reunidos, por decirlo en alguna manera, en JESÚS, hacen de Él un ser incomparable.

En efecto, los sesenta y seis libros de la Biblia proclaman a JESÚS. Su tipología arranca desde Génesis 3:15; se hace presente en forma maravillosa en más de 300 profecías del Antiguo Testamento que apuntan hacia Él. Llegamos al Nuevo Testamento y JESÚS abre las páginas con su nacimiento, y las cierra en Apocalipsis con su entronización en la Nueva Jerusalén. ¡JESÚS es incomparable!

Sin JESÚS no tuviéramos cristianismo; sin JESÚS no tuviéramos Iglesia; sin JESÚS no supiéramos quién es Dios como Padre; sin JESÚS nunca hubiéramos conocido de alguien que vivió una vida extraordinaria y es modelo de ser humano y de Dios; sin JESÚS no supiéramos lo que es el amor, el perdón, la fe y la esperanza; sin JESÚS no tuviéramos salvación y vida eterna; sin JESÚS no tendríamos respuestas a nuestras oraciones; sin JESÚS no hay buenas nuevas de salvación.

Sin JESÚS no conoceríamos la verdad que proclama que estamos en un período de transición entre su promesa de que Él mismo vendrá por su Iglesia en el rapto; sin JESÚS no tuviéramos la esperanza de su triunfo final en su Segunda Venida, cuando vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Debido a todas estas verdades bíblicas, el cristiano nacido de nuevo no es vencido por las circunstancias ni el pesimismo, vive seguro de cara a un fabuloso futuro que le espera; el verdadero cristiano sabe que aunque está en este mundo, no pertenece a este mundo, no cambia lo eterno por lo temporal.

El Apóstol lo describió con cuatro palabras, él dijo que en JESÚS: “Somos más que vencedores” (Romanos 8:37). Sí, el Día del SEÑOR vendrá, ese día en que toda la creación en el nombre de JESÚS doblará sus rodillas, y todo ser humano tendrá que confesar que JESÚS el incomparable: ¡Es el SEÑOR!

 

Oración: Padre eterno: ¡Gracias por enviarnos a JESÚS! Ayúdame a vivir para su honra y gloria. Amén

Perla de hoy: Nadie ha ejercido una influencia tan positiva sobre el individuo y la humanidad como JESÚS: ¡Síguelo!