EL EVANGELIO EN MARCHA
Los sentimientos que experimentamos mientras pasamos por situaciones dolorosas son difíciles de evitar, podemos intentar tomar fuerzas con amistades, con familia, con la pareja, pero en ocasiones parece que esos intentos no fueran suficientes, a veces pasa que ni con todas las palabras que nos dicen las personas cercanas a nosotros logran sacarnos de esa tristeza que estamos viviendo.
El sentimiento de derrota es uno de los primeros en aparecer cuando nos encontramos en una situación difícil de sobrellevar, donde por momentos parece que no hay solución, donde por mas paciencia que se intenta tener pareciera que no logramos conseguir estar tranquilos, donde a pesar que ponemos todo nuestro esfuerzo en confiar las cosas parecen no cambiar.
Tal vez hoy estas cansado de tu situación, con ganas de tirar la toalla y hasta has decidido rendirte ante eso que parece no tener fin, ese dolor grande que llevas en ocasiones hasta en silencio, porque crees que ni siquiera vale la pena contárselo a alguien, pero eso no es motivo para que pienses que estas derrotado, no hay una razón valida que te haga renunciar a tu fe, porque la fe es la seguridad de lo que hoy no ves, sea como sea el panorama, hasta la situación mas complicada en Dios tiene solución.
Siempre es dura una caída, duele verse un día golpeado por la vida y sufriendo por una vivencia inesperadamente dolorosa, pero eso no quiere decir que no podrás levantarte, tu dolor no es eterno, todo pasa, así como tuvo un comienzo también tiene un final, y ese final no es que te quedarás tirado para siempre, así como la noche llega y se va con el sol al amanecer, así mismo lo que hoy te provoca llanto pronto será alumbrado por un nuevo amanecer, un amanecer que Dios te regala por amor, y solo te pide algo a cambio, y eso es que tienes que seguir confiando.
Aun a pesar que de tu caída y el dolor que te ha provocado, tu lugar no es estar tirado en el suelo, tu lugar no es el del rincón de los derrotados, ni el de los que han perdido todo, a ti te queda tu fe, y esas ganas que aunque a veces parecen escasas todavía tienes para salir adelante, tu tienes algo mas que te hace mantenerte de pie aunque por momentos has sentido que no puedes mas, es la esperanza que vive en tu corazón, el aliento que Dios te ha dado para que veas que hay una gran diferencia entre lo que parece cuando miras por el cristal del dolor y lo que es cuando te acercas a pedir su ayuda.
Deja los sentimientos de derrota para otra persona, tu tienes un privilegio mas grande y ese es el ser hijo de aquel que todo lo puede, que jamás ha perdido una sola batalla, Él ha vencido el dolor, la enfermedad y la misma muerte, Dios no conoce la derrota porque nunca la ha vivido y no dejara que tu, su hijo amado lo haga. (Por: Maite Leija)