EL EVANGELIO EN MARCHA
La proyección de nuestro corazón
Por: Boris López, Tabernáculo Bíblico Bautista, Manassas, Virginia (borislopez986@yahoo.com)*
Al ser creada la iglesia, cambió en trato de Dios para con los hombres, ya no estamos mas sujetos a la ley, ahora la dispensación es otra, es la dispensación de la gracia. En la dispensación de la ley, el trato era mas bien externo, material, el hombre pagado con sacrificios externos sus pecados, ahora en la gracia la relación con el Señor es interna, es desde el corazón del hombre, La palabra de Dios nos enseña ahora que la todo aquello que ingrese al hombre no es lo que lo contamina sino lo que sale de él: “No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. Mateo 15:11. Es decir que no debemos preocuparnos como viven los demás, sino como vivimos cada uno de nosotros.
En Juan 13:31-. 35 leemos: “Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”Si notamos el contexto, Cristo ha marcado el tiempo en el cual sería glorificado por el Padre, y en un intento de resumir todo lo que nos deja encargado para poder vivir una vida cristiana, nos da el mandamiento nuevo, que nos amemos los unos a los otros. La urgencia del mensaje es como aquel padre que deja a sus hijos, a su esposa en su país y emprende la aventura de la migración hasta este nuevo país y trata de resumir en pocas palabras lo que siente o lo que quiere que recuerden: “Los Amo, no olviden que los amo” o como alguno de nosotros dejó aquellas palabras con un nudo en la garganta antes de partir. De la misma forma Cristo nos da todas las indicaciones de nuestro comportamiento de lo que nos servirá para que nuestra vida vaya mejor: Todo está resumido en el amor al prójimo. Si yo amo a mi prójimo, no le robo, no le levanto calumnias, no deseo asesinarlo, etc., de modo que el mandamiento nuevo de amor, es el resumen de todo lo que significa hoy el cristianismo.
De modo que nuestro cristianismo debe reflejar el corazón de Dios, que es el fundamento de nuestra fe, si no tenemos el corazón conforme a Dios, vano es nuestro cristianismo, de allí el hecho de que a muchos no se nos cree nuestro cristianismo, porque no tenemos amor para con el prójimo. Yo mismo no pretendo ser juez, ni nadie me ha puesto como juez, pero a muchos cristianos nos queda grande el nombre, porque nuestro corazón diariamente destila odio y resentimiento hacia los demás, eso está bien claro. Los mismos impíos encuentran en nosotros una piedra de tropiezo y por esa razón lo último que harán en sus vidas es visitar una iglesia.
Por esa razón, el consejo de la palabra de Dios es que debemos guardar nuestro corazón: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida” Proverbio 4:23. Esa es la situación, nosotros mismos tenemos hoy que calificarnos si pertenecemos o no a la fe, depende de cómo estemos en nuestro interior. Muchas personas creen que están en lo correcto cuando destruyen o cuando odian, de hecho así lo dice la palabra de Dios, muchos creen tener la razón pero al final Dios es el que tiene la respuesta: “Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones. (Prov. 21:2), Estimado amigo, no es lo que usted piense lo que está bien o no, es lo que Dios dice que está bien o no está bien, tómelo en cuenta.
El Rey Belsasar, en Daniel 5:22-30, recibió una revelación, en el día que hacia fiesta y la revelación era que su reino había sido pesado y había sido encontrado falto; aquella misma noche de fiesta murió ¿Porqué? Por las intenciones del Corazón. Tenemos que tener cuidado con nuestro corazón porque de allí probablemente dependen todas las situaciones desagradables que estamos pasando.
Por eso amigo, mi invitación es que dejemos pasar esos malos sentimientos y nos alejemos de ellos, por así y sólo así nuestro corazón encontrará paz y tranquilidad. Dice un adagio popular que podemos relacionar perfectamente a este artículo: “El que alimenta el odio, alienta el fuego de su propio corazón”. Medítelo y pídale ayuda a Jesucristo.
*El pastor Boris López, es graduado del seminario de la Misión Bautista Internacional de El Salvador.
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