¡Feliz Año 2013!

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EL EVANGELIO EN MARCHA

PERLAS DEL ALMA

¡Feliz Año 2013!

 

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

 

Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Éxodo 14:15 (La Biblia de las Américas)

 

En mis años de recién convertido al Evangelio, en las iglesias de mi denominación, teníamos una organización que se reunía todos los domingos por la tarde: La Unión Bautista de Preparación. ¡Allí formábamos a los líderes! Allí me formé. Un pensamiento que traía la revista guía de nuestros estudios, me impactó, decía: “Pasaré por esta vida una sola vez. Si hay alguna palabra amable que pueda decir, algún acto de bondad, o cualquier cosa buena que puede hacer por mis semejantes, diga yo esa palabra, haga yo esa acción. Pasaré por esta vida solamente una vez”. Esto es particularmente cierto si retrospectivamente miramos al año 2012, el cual acabamos de despedir, se nos fue para siempre. Vino, y pasó, ya es historia. Las palabras que no dije en el momento preciso, las acciones que no hice a favor de otros, ya son oportunidades perdidas.

De esta manera, ayer fue el último día, el último momento de la presentación de cuentas de lo que hicimos en ese año que se nos fue: ¿Cuál es el balance final? Al saber el resultado, sería muy bueno recordar lo que alguien dijo: “El ayer es un cheque cancelado; olvídalo. El mañana es una nota promisoria, no cuentes con ella. Pero la bendición de hoy está presente y es en efectivo, aprovéchala porque no durará”. En otras palabras, no vivas en el pasado, no desperdicies el presente, con San Pablo podemos afirmar: “(…) olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante” (Filipenses 3:13 RV60) En efecto,  frente al nuevo año tenemos que aprovechar el tiempo, no debemos desperdiciar ninguna oportunidad para ser útiles. Como alguien dijo: “el tiempo es un gran maestro para todos nosotros, el único problema es que este maestro acaba con sus discípulos”…

Frente al nuevo año y los años futuros que tendremos por delante con sus minutos y días que se irán desgranando uno tras otro y cuyo número disminuye implacablemente hasta el número cero, ¿cuántos años nos quedan por vivir? No lo sabemos. Lo que si sabemos es lo que nos dice la Palabra: “Nadie puede retener su espíritu y evitar que se marche. Nadie tiene el poder de impedir el día de su muerte. No hay forma de escapar de esa cita obligatoria: esa batalla oscura. Y al enfrentarse con la muerte, la maldad no rescatará al malvado.” (Eclesiastés 8: 8 NTV) La muerte es una realidad inevitable, así como de las pruebas que nos vienen en nuestro andar en este viaje que es la vida humana. Como Israel en su huída de Egipto, el lugar desde donde salían lo tenía detrás y delante de ellos, el desafío del mar. Nosotros tenemos la misma perspectiva que ellos: Dejar que el miedo a lo conocido o el miedo a lo desconocido, nos paralice, y nos robe el presente para siempre. En su búsqueda de dirección, Moisés, recibió de Dios una orden: “¡Di a los hijo de Israel que se pongan en marcha!” Nosotros, ya conocemos la historia, el pueblo de Israel marchó y cruzó el mar en seco y sus enemigos perecieron porque Dios, no les permitió llegar a la orilla. ¡Dios hace maravillas cuando Su pueblo se pone en marcha!

No niego que en nuestro mundo actual vivamos momentos angustiosos, pensemos un instante en todo aquello que nos perturba: amenazas del terrorismo mundial, tasas de criminalidad aterradora, los fenómenos naturales que nos asedian, los tsunamis financieros que se avecinan, el incremento de la corrupción humana en todos los niveles, nos gritan la terrible verdad de que nuestro mundo está en llamas. Ninguna orden divina es tan actual para nosotros en este momento en que contemplamos el primer día del año 2013, la orden divina es esta:¡Marchen!

En esta tierra nosotros los que vivimos estamos en una peregrinación hacia lo grande y lo hermoso. ¡No existen palabras para describir lo que el cielo es y será para nosotros! La única razón por la que un cristiano nacido de nuevo, todavía está en esta tierra es para explicarle a los millones que no conocen a JESÚS, quien es Él, y lo que Él, hizo por nosotros. ¡No existe un desafío más grande que el que tenemos los cristianos en esta hora, que anunciar el Evangelio, las buenas nuevas de salvación, a esta generación! Nada puede ser más grande que la cosecha espiritual que estamos a punto de ver en el mundo entero. ¡No podemos fallarle a Dios! ¡No podemos paralizarnos en esta hora crucial para la humanidad! Tenemos que proclamar en todas las formas, en todo lugar y a cualquier precio que: ¡Si hay esperanza en JESÚS! Desde hace muchos años, he tenido un lema al llegar mi casa, y el Señor me ha permitido evangelizar y cosechar un alma para Cristo: le digo a mi familia con todo mi corazón lleno de un gozo indescriptible: ¡Uno más para Cristo!

Perla de hoy: No tienes que temer a dónde vas ni lo que harás cuando JESÚS te ordena que marches y va contigo por dondequiera que vayas.