EL EVANGELIO EN MARCHA
Fe para un milagro
Por: Enrique Monterroza
A través de la Biblia conocemos historias en las que descubrimos que lo más importante para ser testigos de un milagro es tener FE. Y es que la fe tiene que ser lo más esencial para la vida del cristiano.
Abraham conocido como el padre de la fe, a una edad avanzada y en donde físicamente su esposa ya no podía darle hijos, decidió creer a la promesa que Dios le dio de que tendría descendencia. Abraham no se puso a ver los obstáculos que tenía enfrente, como su edad, cómo la edad de su esposa Sara y su esterilidad, en cambio tuvo FE y por su fe fue honrado por Dios: “Y así se cumplió lo que dicen las Escrituras: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe». Incluso lo llamaron «amigo de Dios»” Santiago 2:23 (Nueva Traducción Viviente).
Moisés al verse frente al Mar Rojo siendo perseguido por el ejército egipcio le creyó a Dios quien le dio instrucciones especificas, su fe salvo a su pueblo, pues todos conocemos que el Mar se abrió y los israelitas pasaron en seco al otro lado. Moisés no vio lo profundo del mar o lo ilógico o imposible que el hecho que se abriera fuera, sino que CREYÓ a Dios, tuvo FE y pudo entonces ver un milagro sorprendente que sería contado de generación en generación: “Luego Moisés extendió la mano sobre el mar y el Señor abrió un camino a través de las aguas mediante un fuerte viento oriental. El viento sopló durante toda la noche y transformó el lecho del mar en tierra seca. Entonces el pueblo de Israel cruzó por en medio del mar, caminando sobre tierra seca, con muros de agua a cada lado.” Éxodo 14:21-22 (Nueva Traducción Viviente).
Josué y el pueblo de Israel tenían que conquistar Jericó cuyas murallas eran imbatibles, impenetrables, puesto que median de ancho aproximadamente unos siete metros, eran muy fuertes y no había ejercito que pudiera derribarlas, hasta entonces Jericó se jactaba de sus fuertes murallas, sin embargo Dios le dio órdenes especificas de marchar alrededor de la ciudad varios días cantando y en el ultimo día un fuerte grito de todo el pueblo bastaría para derribar aquellas murallas impenetrables, un milagro sorprendente de Dios. Josué no se puso a pensar lo ilógico que sería dar vueltas alrededor de Jericó y simplemente gritar para que sus murallas cayeran, sino que tuvo FE: “Entonces los sacerdotes tocaron las trompetas, y la gente gritó a voz en cuello, ante lo cual las murallas de Jericó se derrumbaron. El pueblo avanzó, sin ceder ni un centímetro, y tomó la ciudad.” Josué 6:20 (Nueva Versión Internacional).
Una mujer que hacia doce años tenía una enfermedad, había gastado todo su dinero en médicos y ninguno había podía ayudarle en su enfermedad. Después de tantos años con flujo de sangre, esta mujer seguramente estaba debilitada físicamente, muy enferma, sin embargo tuvo la suficiente fe como para creer que si tan solo tocare el borde del manto de Jesús iba a ser sana de su enfermedad. Esta mujer no se puso a pensar en la dificultad de acercase a Jesús en medio de tanta gente, ni que la medicina no había podido hacer nada por ella, y es que cuando todos los recursos se terminan es cuando entendemos que hay soluciones que solo encontramos a través de la FE y ella lo comprendió entonces: “Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.” Marcos 5:25-29 (Reina-Valera 1960).
Lo único que necesitamos para recibir un milagro es FE, esa fe que me mueve a actuar no pensando en las circunstancias o en los obstáculos que tengo enfrente, sino en el Dios Todopoderoso capaz de hacer que lo imposible sea posible.
¿Qué es lo que te aqueja este día?, ¿Qué es lo que crees que no tiene solución?, ¿Qué es eso que por tanto tiempo has querido pero no lo has recibido?, ¿Qué es eso que te desanima al ver lo grande y fuerte que es?, hoy quiero recordarte que NO HAY IMPOSIBLES PARA DIOS, que lo único que necesitas es FE para poder creer en lo que Dios puede y quiere hacer en tu vida.
Hoy es día de activar nuestra FE, de comenzar a creer sin dudar, de ver las cosas que no son como que si fueran, porque Dios va a tomar control de lo que para ti hoy se ve imposible. Hoy Dios solo quiere de ti la FE suficiente para creer que Él puede hacer ese milagro en tu vida.
Hoy te invito a hacer esta humilde oración conmigo: “Padre nuestro que estás en los cielos, te agradecemos porque cada día nos renuevas tu misericordia y porque nos das una oportunidad más para ver tu poder en acción. Tú conoces hoy en día nuestras necesidades, tú sabes muy bien lo que nos está robando la paz, esas cosas que quisiéramos ver resueltas, hoy queremos creer sin dudar en lo que tú puedes y quieres hacer en nuestra vida, hoy confesamos que no importando las circunstancias ni los obstáculos que estén frente a nosotros creeremos firmemente en ti y en tu poder para actuar. Padre provee, sana, restaura, fortalece, libera, da paz, haz milagros sorprendentes sobre nosotros, hoy creemos en tu poder, en lo que eres capaz de hacer, en lo que has hecho por generaciones en generaciones y nosotros no seremos la excepción, hoy declaramos que creemos en lo que ya estás haciendo en nuestra vida y en la vida de las personas que nos rodean, te damos gracias desde ya por todo Señor, porque sabemos que Tú estás obrando, porque sabemos que nuestra FE este día se fortalece, porque sabemos que Tú nos vas a sorprender gratamente. Gracias mi Señor, gracias por todo lo que haces por nosotros tus hijos, en el Nombre de Jesús, Amén”. ¡Comienza a creer por FE que Dios está actuando desde ya!