EL EVANGELIO EN MARCHA
Por: Boris López, Tabernáculo Bíblico Bautista, Manassas, Virginia (borislopez986@yahoo.com)*
Hay un problema, hay personas que les gusta el milagro pero no les gusta el Santo. Y es que sin fe es imposible agradar a Dios. La fe no solamente es el motivo de creer que Dios puede hacer las cosas sino que también incluye la relación de intimidad con él, es decir, no podemos esperar de Dios toda la manifestación de su poder si nosotros no damos nada de nuestra parte.
En el libro de Samuel, se relata la historia de una mujer que necesitaba de Dios, tenía un esposo que se llamaba Elcana, que además tenía otra esposa que se llamaba Penina quien le había dado varios hijos a Elcana, Ana no tenía hijos, y por esta razón recibía burlas de parte de Penina. Entonces tomó la decisión de consagrar la vida del hijo que Dios le daría si se lo concedía, veamos el relato Bíblico: “Se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza. Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella. Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová. (1Samuel 1:9-20).
En el Relato bíblico reconocemos en primer lugar una necesidad, un problema, una angustia, que tiene solución a través de dar un paso adelante en nuestra relación con el Señor. El problema es que no estamos decididos a comprometernos con él, simplemente estamos esperando de Dios sin querer dar nada nuestro a cambio. Eso no funciona así, tenemos que entregar nuestro corazón y hacer un pacto para recibir el respaldo de Dios.
En situaciones críticas es cuando hacemos pacto con Dios. Probablemente en un cárcel, en un hospital, en una enfermedad terminal, en medio de problemas difíciles. Yo conozco personas que se han encontrado en situaciones como estas y como no hay otra alternativa, le han dicho al Señor: – Toma mi vida, te la entrego, que mi vida esté dirigida por ti de ahora en adelante, ya lo intenté solo y fracasé, te pido Dios que guíes cada paso que dé de ahora en adelante. – Esa clase de personas, que consagraron su vida a Cristo en medio de la necesidad, ahora tienen grandes resultados, han recibido el respaldo total de Dios gracias a que su compromiso ha sido total, dado que decidieron permanecer en los caminos de Dios para siempre y Dios aceptó el pacto.
De modo que si usted está buscando el respaldo de Dios, solo tiene una alternativa: Consagre su vida a Jesucristo y recibirá de Dios toda la ayuda que necesita hoy. Por favor no viva de las migajas, si puede tener todo el alimento espiritual. El Señor está esperando hacer un pacto con usted para rescatarle. Ese día es hoy.
*El pastor Boris López, es graduado del seminario de la Misión Bautista Internacional de El Salvador.
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