EL EVANGELIO EN MARCHA
LA HISTORIA DE FRANCISCO
La Máscara
Por: Enrique Monterroza
Oír cantar a Francisco un día de servicio en la Iglesia es como oír cantar a los mismos ángeles del cielo, y es que Francisco tiene un talento muy especial para el canto, con una voz increíble, pero sobre todo su interpretación lleva a todo el auditórium a un encuentro con Dios en cada adoración.
No solo eso, Francisco también puede ser visto los días que no canta en la Iglesia, sirviendo en diferentes áreas, todos admiran el espíritu de servicio que hay en él y nadie se atrevería a decir que Francisco anda mal espiritualmente.
Realmente Francisco tiene un problema, estando en la Iglesia se muestra como un excelente servidor y un casi perfecto cristiano, pero su problema llega cuando no está en la Iglesia, en su vida diaria en donde vive desordenadamente y en donde nadie creería que es el mismo Francisco que sirve o canta en aquella congregación.
Las noches que Francisco no va a la Iglesia sale con sus amigos, aquellos que no son cristianos y que solo andan en busca de acción y desorden. Salen a tomar licor, a fumar, a emborracharse, a buscar mujeres y si el dinero alcanza, probar una que otra droga barata.
Después de su noche de fiesta Francisco regresa a su casa con muchas lágrimas en sus ojos, preguntándose una y otra vez: “¿Qué estoy haciendo?”, sin embargo su reflexión queda solo en un momento de tristeza por hacer lo que no debería hacer, pues cada noche que sus amigos lo invitan a salir, él no pone ningún obstáculo para acompañarlos y repetir la triste historia.
En las noches de servicio en la Iglesia se puede ver a un Francisco servidor y entregado a Dios, pero nadie se imagina que detrás de ese personaje tan admirado en su congregación se encuentra un hombre con un problema serio de adicción y desordenes en su vida.
A veces Francisco tiene remordimientos por andar haciendo esas cosas que no debería hacer, sin embargo una vocecita le susurra al oído y le dice: “No te preocupes, nadie es perfecto, además, si le pides perdón a Dios, él te va a perdonar, de todas formas nadie te ve lo que haces”, entonces Francisco aconsejado por ese pensamiento real e irreal al mismo tiempo, se acomoda un poco y aprovechándose del perdón que Dios le puede otorgar más tarde, va y hace siempre lo que realmente no debería hacer.
Francisco piensa que mientras nadie en la Iglesia se entere de su doble vida, no hay ningún problema, por eso trata de ir con sus amigos a lugares en donde está seguro que no se topará con alguien que lo conozca. Así Francisco ha vivido los últimos cinco años de su vida “cristiana”, utilizando diferentes máscaras para cada ocasión.
La historia de Francisco es la historia que muchas personas viven hoy en día, utilizando diferentes máscaras para cada ocasión, poniendo una cara de santos y entregados en su Iglesia y al salir a la vida diaria vivir totalmente diferente a lo que se muestra en la Iglesia.
El mayor problema de estas personas es que piensan que nadie los ve y mientras nadie se de cuenta no hay problema, pero la Biblia dice: “Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando a los malos y a los buenos” Proverbios 15:3 (Reina-Valera 1960). Eso significa que aunque nadie humanamente se de cuenta de tu accionar, Dios está al tanto de lo que haces, pues también la Biblia dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” Gálatas 6:7 (Reina-Valera 1960). Aunque burles a la gente que te conoce, a Dios no lo puedes engañar; huir de la gente es querer vivir para la gente, pero Dios no te manda a vivir para la gente, para el que dirán, no puedes pasarte la vida viviendo solo para ellos, porque Dios quiere que vivas para Él, por eso lo más importante es lo que vea Dios en mi, no lo que vean los demás, por eso no puedes andar aprovechándote de Dios, pensando que como te va a perdonar, le vas andar fallando deliberadamente, la Biblia dice: “Ahora bien, ¿deberíamos seguir pecando para que Dios nos muestre más y más su gracia maravillosa? ¡Por supuesto que no! Nosotros hemos muerto al pecado, entonces, ¿cómo es posible que sigamos viviendo en pecado?” Romanos 6:1-2 (Nueva Traducción Viviente).
¿Qué clase de vida has estado llevando?, ¿Te identificas en algo con Francisco?, ¿O eres un Francisco?
Hoy quiero invitarte a reconocer tu error, a reconocer que no puedes vivir para el ojo humano porque hay un ojo Divino que todo lo ha visto, lo está viendo y lo seguirá observando, por tal razón arrepiéntete de tu accionar y confiesa delante de Dios tu pecado y entonces Él te perdonará, pero luego intenta con toda tu voluntad y en la fuerza de Dios no volver a cometer el mismo error.
Es hora de vivir para Dios, para aquel que te dio vida y vida eterna. Al que realmente tienes que intentar agradar es a Dios, y nuestro Señor está EN TODAS PARTES y su ojo todo lo ve, aun las intenciones de nuestro corazón.
Dios no está avergonzado de ti, pues pueda ser que muchos al reflexionar sobre la doble vida que han llevado por mucho tiempo piensen que Dios ya está cansado de ellos o que Dios está defraudado, pero más allá de lo que puedas pensar, hay un Dios tan Maravilloso lleno de amor, misericordia y gracia para tu vida y si en esta hora estás leyendo estas líneas es porque Él te está dando una nueva oportunidad para arrepentirte y volver a comenzar, eso habla de que ¡Te Ama! A tal punto que busca cualquier medio para hacerte saber lo importante que eres para Él y lo mucho que anhela ver tu vida restaurada.
¡Reconoce tu error, vuelve a Dios, arrepiéntete de corazón y pídele perdón y Él te lo concederá!
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. 1 Juan 2:1 (Reina-Valera 1960) (Fuente: www.enriquemonterroza.com)