EL EVANGELIO EN MARCHA
“Preparando el corazón para un avivamiento”
Por: Pastor, Claudio Freidzon
INTRODUCCIÓN
Jesús es la única respuesta a la necesidad del hombre. Él es el único camino al Padre, como así lo manifestó en San Juan 14:6. Dios quiere que te acerques a Él. El propósito de la bendición es que lo puedas compartir con otros. Así como David sirvió a su generación, con un corazón misericordioso y humilde, así hoy hablaremos acerca de cómo prepararnos para lo que se viene; de cómo elegir tener la mejor actitud y ser sorprendidos por las maravillas del Espíritu Santo.
DESARROLLO
La única espiritualidad es a través de Cristo. Estamos viviendo un tiempo donde muchas personas buscan ser espirituales pero sin conocer a Jesús. Esto es un error, puesto que nuestro espíritu se despierta cuando nacemos de nuevo. Claro que esto no se produce volviendo a ser un bebé. Es algo maravilloso y es lo que cautivó a Nicodemo (San Juan 3:3-5). Él fue a Jesús a pedirle que le enseñara los misterios del Reino, pues buscaba ser más espiritual. Fue allí que el Señor le respondió que para entender lo espiritual, era necesario nacer de nuevo. Esto ocurre cuando confesamos a Cristo como nuestro Redentor, que fue levantado de los muertos para darnos libertad eterna a través de la verdadera espiritualidad. Lo cual nos lleva a tener poder para conquistar y vivir una vida diferente.
La felicidad no depende de lo externo, sino que depende de nuestro corazón y de cuánto le permitamos al Espíritu Santo obrar en nuestra vida. Vimos el caso de David, que surgió de una familia que no lo tenía en cuenta, que consideraba que no aplicaba para nada. Sin embargo, Dios conocía su corazón y lo ungió para ser el monarca de Israel.
La mejor decisión es tener un buen corazón
El tener un buen corazón no es algo producto del azar, sino de una decisión. Así como en la parábola del sembrador (Mateo 13:3-9 y 18-23) habla de cuatro tipos de corazones:
Corazón endurecido, tal vez por las heridas y la falta de perdón. Que oye la Palabra pero al no permitir que obre y ablande su vida, termina por apagarse su fe.
Corazón impulsivo, que recibe la predicación con mucha alegría pero al tener algún problema desconfía de todo y decide apartarse de Dios.
Corazón manipulado, que recibe el mensaje de salvación, comienza a crecer pero por tantas preocupaciones o tentaciones, su fe comienza a enfriarse.
Corazón bueno, que no solo recibe la Palabra, sino que la cree y la aplica a su vida cotidiana y comienza a ver grandes cambios y experimentar maravillas a través de la fe y la obediencia al Señor.
Está en nosotros el tomar la decisión correcta y permitir que las Escrituras produzcan fruto en nuestra vida, o por el contrario dejar que las crisis manipulen nuestro destino. Donde hay fe en Jesús, hay victoria. Aunque en el momento sea muy difícil de verlo. Vale la pena, confiar y permanecer; David, a pesar de los grandes conflictos que vivió a lo largo de su vida, siempre buscaba restauración y perdón en Dios. A continuación veremos tres cualidades que tenía el hombre del cual Dios mismo dijo que tenía un corazón conforme al suyo:
David amaba la presencia de Dios y a su Palabra.
Es por eso que vemos en el Salmo 119 tantas expresiones de exaltación a las Escrituras. Es la composición más extensa acerca de la Palabra de Dios revelada. Así como hemos visto en la clase pasada el paralelismo entre un matrimonio y la relación con Dios, donde en la pareja es tan necesario buscar la buena comunicación; así también es necesario tomar tiempo para meditar y valorar en lo que Dios nos quiere transmitir. Es un amor que tenemos que procurar que crezca. La Palabra de Dios es para tenerla en cuenta y leerla. Pero no solo eso, sino también meditarla, analizarla, confesarla y memorizarla (si nos desafiamos a memorizar tan solo un versículo por semana, tendremos a lo largo de un año 50 versículos en nuestro depósito espiritual). El tener el Mensaje de Dios en nuestro corazón, es un arsenal de poder y autoridad contra la tentación. Cuando Jesús fue tentado en el desierto (Mateo 4:1-11) lo primero que le salió fueron las Escrituras de su propio depósito espiritual, eso mismo que había guardado a lo largo de su vida.
David tenía un corazón de servicio.
Habiendo sido un joven corriente, fue ungido para cosas extraordinarias por la sencillez de su actitud. David estaba siempre más presto a servir que a ordenar. El corazón que Dios ama es el corazón humilde y servicial. Cuando recibimos la transformación espiritual, viene el deseo de servir, de ser de bendición, de dar a los que más lo necesitan del amor de Dios que hemos recibido. El servicio hace bien aun cuando uno piensa que está haciendo algo insignificante. Cuando eres fiel en lo poco, luego vienen cosas mayores. Si quieres tener la doble porción del Espíritu Santo, es necesario que te brindes a quienes tienen una necesidad, en la familia, y también dentro y fuera de la iglesia.
David tenía la capacidad de reconocer sus errores.
Hoy no es tan común oír frases tales como: “No es culpa de nadie más que mía”, “No hay excusa”, “Reconozco mi error”, etc… En el Salmo 51, especialmente del versículo 1 al 3, David se muestra sincero y totalmente arrepentido. No está buscando culpables o argumentos que minimicen su error, sino que buscaba el perdón y la restauración. Las excusas o las culpas a otros solo demuestran inmadurez y orgullo. En cambio el reconocer los errores hablan de crecimiento, sinceridad y sobre todo le permiten a Dios poder obrar un cambio profundo. No busquemos compararnos con otros sino con Jesús e intentemos imitarlo, pues ese es el verdadero camino al desarrollo espiritual.
CONCLUSIÓN
Por tanto, busquemos tener un corazón que ame a Dios y a su Palabra, un espíritu de servicio, de disposición y la humildad para reconocer sus errores. David demostraba perdón, compromiso, sacrificio y pasión por Dios. Cuando menguamos, el Espíritu Santo puede crecer en nosotros y también hacernos avanzar enormemente. Hoy es tiempo de reflexionar acerca de las actitudes que nos alejan de tener un buen corazón y cómo buscar el cambio y prepararnos para el avivamiento que ya se está desatando! (Fuente: www.claudiofreidzon.com)