EL EVANGELIO EN MARCHA
Por: Pastor, Claudio Freidzon
INTRODUCCION
Hoy hablaremos acerca de la vida del profeta Ezequiel. En un momento de su ministerio, Dios lo confrontó y lo llevó a ser un canal de milagros. Aún frente a una situación deprimente, su fe fue desafiada y su respuesta fue la confianza. Dios puede cambiar el curso de lo que ven nuestros ojos. Solo debemos ponernos en sus manos y dejarnos llevar por su Palabra.
DESARROLLO
El profeta tuvo que atravesar tres experiencias muy significativas en medio del valle de los huesos secos:
Oyó la voz de Dios. Sus ojos veían la destrucción, la derrota, la muerte, pero sus oídos eran envueltos por la Palabra de Dios. Era un valle que representaba lo que había quedado entre dos poderosos ejércitos pero que ante sus ojos, solo eran estorbos en el campo. Fue justo allí donde el Señor le preguntó: “¿Habrá esperanza?”. Ezequiel no se aventuró a responder en lo natural, sino que le dejó la conclusión a Dios. Todo es posible para Él. Al igual que con el profeta, Dios hoy te está confrontando y te pregunta: “¿Tienes esperanza?”. Dios puede revertir el fracaso, puede transformar la debilidad en fortaleza. Solo debes disponerte a oír su voz, creerle y dejar que comience a poner orden en tu vida.
Declaró la Palabra de Dios. Ezequiel profetizó con fe sobre esos huesos y se oyó un temblor y un movimiento tremendamente lejos de lo natural. ¡Los huesos habían oído y estaban obedeciendo una orden espiritual! Si lo crees, entonces declara vida. Aunque veas destrucción en tu hogar, declara unión y paz. Aunque todo sea caos en el trabajo, en la economía o en otra área, declara prosperidad y orden. El Señor puede cambiar corazones y sanar heridas. Si bien el lamento es necesario cuando uno es sorprendido por una situación difícil, es un recurso momentáneo. Hay un tiempo para lamentarse por lo que ha ocurrido y otro para levantarse y declarar victoria sobre lo que va a venir. En el Salmo 30:5b la Biblia habla de que los tiempos de llanto, sin duda van a venir, pero que luego aparece la alegría. Este es tu tiempo de dejar el pasado atrás y animarte a confiar en el mismo Dios que levantó un ejército del polvo! ¿No lo podría hacer con tu vida?
Vio el milagro suceder. ¡Dios puede crear un milagro de la nada! En San Juan 5:2-9 también vemos el relato de los tiempos de Jesús donde las leyes naturales ya no eran límites para el amor de Dios. Podemos extraer de aquí dos lecciones espirituales que también se pueden aplicar a nuestra vida de hoy en día:
Dios te conoce. Cuando Jesús vio tendido a este hombre, supo que le estaba costando creer en un milagro. Era totalmente lógico, pues habían pasado 38 años desde que ya no se había podido levantar más de su lecho. Estaba postrado, esperando un cambio. Sin embargo, Jesús se detuvo delante de él sabiendo claramente su situación interna. Hoy también se detiene delante de ti y aunque seas la persona con menos oportunidades, Él te busca y te pregunta: “¿Quieres ser sano?”. Dios ya conoce todo lo que has vivido este año y sabe cómo ayudarte.
Podemos tener actitudes que son de tropiezo en nuestro desarrollo espiritual.
¿Cuáles son las cosas que limitan nuestro potencial?
La duda. Sin fe es imposible agradar a Dios. Él es poderoso para revertir cualquier circunstancia, pero nuestra fe es la llave que abre la dimensión de milagros.
Las comparaciones. Esto nos puede hacer sentir superiores y perder el rumbo del plan de Dios para nosotros, o nos puede hacer sentir menos que los demás. Lo que el Señor está haciendo contigo es solo para ti, por lo tanto no pierdas tiempo comparándote con alguien más. Si estás en el camino de Dios, entonces estás en el lugar correcto, sigue adelante!!
Los conflictos sin resolver. En Isaías 43:18-19 las Escrituras hablan de dejar el pasado atrás y prepararse para lo nuevo. Si bien hay un tiempo para recordar, también hay un tiempo para olvidar y perdonar. El resentimiento perpetúa el dolor. Algo que debiera haber quedado en el pasado, sigue siendo parte del presente. Hasta que no cortes con lo que ha quedado atrás, no podrás comenzar libremente a vivir tu futuro. Como Pablo decía en Hechos 20:24, que lo más preciado es completar el ministerio que había recibido de parte de Dios. Levántate a ser testigo de las cosas que Dios está por hacer en este tiempo y cumple tu ministerio!!
CONCLUSIÓN
Has nacido con una misión. Y es compartir el mensaje de la esperanza. Ser testigos y contar lo que vemos y oímos. Dios no espera que lo defiendas ni que rifes la fe (pues la misma requiere cambio y compromiso).
Dios espera que compartas de lo que has vivido en lo espiritual, de lo que has descubierto de parte del Espíritu Santo. Tú también puedes testificar de lo que has experimentado en tu propia vida.
Hoy puedes volver a levantarte. Eres parte de un nuevo ejército que se levanta en los últimos tiempos a ganar la batalla. Algo nuevo viene a tu vida y pronto lo vas a ver! Puedes continuar con el lamento, las dudas y las quejas o puedes terminar este año olvidándote del pasado y sólo trayendo a la memoria las promesas de Dios. Esta puede ser una nueva etapa de victoria, si así lo decides. El Señor te tiene esculpido en la palma de tu mano, tu nombre está en su corazón. ¡Prepárate para ver los cielos abiertos en tu vida! La noche del llanto ha terminado y comienza un día nuevo. Aunque veas un valle de huesos secos, deja que el Espíritu Santo te envuelva con poder y te lleve a una nueva etapa. ¡Anímate a atravesar los valles!
(Fuente: www.claudiofreidzon.com)