Descubre la singularidad de la Biblia

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EL EVANGELIO EN MARCHA

PERLAS DEL ALMA

Descubre la singularidad de la Biblia

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

 

La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. ISAÍAS 40:8 (NVI)

 

  Mi profesor de química en mis días de bachillerato se confesó libre pensador, cuando le di mi testimonio de estudiante de la Biblia. Así que un día, aconsejándonos que hiciéramos el máximo esfuerzo para estudiar su materia, dijo con cierto aire de grandeza como lector: “La Biblia dice, “¡ayúdate que yo te ayudaré!, ¿verdad Aular?”, pero, nosotros sabemos que tal afirmación no está en la Biblia, sin embargo, algunas personas ignoran que la Biblia es un libro singular, único.

¿Cómo nos llegó la Biblia a nuestras manos? Obviamente, la pregunta exige una respuesta que no podré abarcar en toda su extensión en una página como ésta, sin embargo, aquí va un intento:

La Biblia es el manual vivo que Dios nos dejó para que lo conozcamos en esta vida, crezcamos a su estatura y nos preparemos para un mayor nivel en el más allá. Sin esta revelación especial que hace Dios de Sí mismo a través del Libro de los libros, andaríamos a la deriva en los asuntos espirituales. Este sagrado libro fue escrito en un período de 1600 años; escrito a lo largo de 60 generaciones del pueblo hebreo, a quienes Dios hizo guardianes de sus Sagradas Escrituras, y ellos lo han cumplido; escrito por más de 40 autores de todas las clases sociales, incluyendo reyes, campesinos, filósofos, pescadores, poetas, estadistas, eruditos, cobradores de impuesto, médicos, militares y por supuesto, rabinos; escrito en distintos lugares y en diferentes momentos de la vida de los autores: Asia, África y Europa; en el desierto, en una celda carcelaria, en palacios, en medio de una campaña militar, en remansos, de noche, de día, en medio de sufrimientos y bajo amenazas constantes; escrito bajo diferentes estado de ánimo, ya que algunos estaban en la cumbre del gozo espiritual, pero otros desde la tristeza y la desesperación; y, escrito en tres idiomas: Hebreo, el idioma del Antiguo Testamento, arameo, el lenguaje familiar, y  griego, el idioma del Nuevo Testamento, puesto que era el idioma internacional en los tiempos de JESÚS.

La Biblia ha sido mi compañera inseparable, desde hace casi 50 años –no tengo ninguna jactancia en esto, en cuanto a su enseñanza infinita, todavía estoy por la empastadura- soy sincero en decir que mi vida hubiera sido un desperdicio si Dios no me hubiera conducido hacia sus páginas doradas, en aquellos, los días apasionados de mi juventud. Puedo afirmar, que he sido influenciado por aquellos hombres y mujeres que aparecen en la Biblia, algunos de ellos, no debieran aparecer allí, por lo que hicieron; algunos cayeron y se levantaron, como todo ser humano: No existe la infalibilidad en sus personajes centrales -excepto en JESÚS-. Son tan humanos como yo, que puedo sentir sus lágrimas,  sufrimientos y alegrías, sus subidas y bajadas.

Contrario a lo que algunos dicen, este libro no es para santos impecables, sino para gente ordinaria y pecadores como yo que tiene la bendición de ser usados por el Dios extraordinario que se nos revela en sus páginas. La Biblia es santa porque es la Palabra de un Dios santo. Santo significa apartado. Este libro fue apartado de los demás libros que podamos leer, para que nosotros, a su vez, podamos ser apartados de la contaminación de este mundo y separados para Dios.

Más aún, en esta hora sé que saldré de este mundo, sin dejarle a los míos otra herencia que no sea la incorruptible verdad que se encuentra en la Palabra de Dios. Mi esposa y yo hemos encaminado a nuestros hijos por los senderos de la Biblia, y ellos tomaron sus propias decisiones, ¡Dios tiene hijos solamente, no tiene nietos!, sin embargo, en su gracia, ha enriquecido nuestras vidas dándonos nueve nietos, hasta ahora… ¡Ellos seguirán la senda trazada aquel día en que tuve el privilegio de tener en mis manos el primer ejemplar de la Palabra de Dios! Como todos los hombres y mujeres que han venido y se han ido, yo me iré también, pero las voces de mis nietos estarán allí, cuando se calle la mía. ¡Oro para que el Dios de sus abuelos y sus padres, los guíe en esta única fuente verdadera de los recursos de Dios que es su Palabra! Confío en su promesa: “Nuestros hijos y nuestros nietos estarán a tu servicio, como lo estamos nosotros, y vivirán contigo para siempre” (Salmo 102:28; LBLA). ¡Por la Palabra de Dios vivo y por esa Palabra muero! Así ocurre en esta vida a quien descubre la singularidad de la Biblia.

Perla de hoy: La Palabra de Dios tiene como propósito, no meramente informarnos, sino transformarnos.