EL EVANGELIO EN MARCHA
Por: Enrique Monterroza
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”
Colosenses 4:6
Es normal que en todo matrimonio hallan ciertas diferencias, ya que el convivir con una persona que se ha criado de forma diferente a la tuya hará que ciertos hábitos de dicha persona no sean quizá compatibles con lo que a ti te enseñaron. Pero lo que si no es normal es que las peleas sean diarias y por situaciones que muchas veces no valen la pena.
Un dicho dice: “para pelear se necesitan dos”, la pregunta sería: ¿Estas tu en la disposición de pelear?, de eso se trata, hay cosas insignificantes en nuestro diario vivir como pareja que quieren estorbar nuestra relación, y es ahí en donde cada uno de nosotros debemos poner de nuestra parte para poder sobrellevarnos el uno al otro, nadie es perfecto, es mas cada uno que conforman la pareja tienen defectos diferentes o similares, pero el mismo amor que sintieron antes de casarse es el que tiene que perdurar en la relación ahora de casados.
¿POR QUÉ PELEAR HASTA POR LO MÍNIMO?
Lastimosamente muchas veces la pareja puede estar influenciada por lo que de niño vivió, es decir que si de niño viste como tu padre le hablaba fuerte a tu madre como a una esclava quizá, entonces muchas veces el hombre quiere inconscientemente imitar lo que en su casa observo. Igualmente la mujer, muchas veces es influenciada por lo que vio de niña, al ver que su madre peleaba por cualquier cosa con su padre, ahora en el matrimonio también inconscientemente hace lo mismo.
Todo eso son situaciones hereditarias que inconscientemente muchas veces estamos cometiendo, errores que lo que hacen es desgastar la relación y llevarla a una posible ruptura.
Yo creo que cuando decidiste casarte, no pensaste en que pronto te ibas a separar de esa persona, al contrario el día que te casaste prometiste estar con ella o con él hasta que la muerte los separe. Y es que el amor antes del matrimonio es de en sueño, pero personalmente creo que el verdadero amor se demuestra en el matrimonio y no antes del matrimonio. Amar y comprender a una persona que solo vez por momentos en el día es fácil y eso es lo que pasa en el noviazgo, pero en el matrimonio tienes que amar y comprender a una personas que pasara a tu lado los 365 días del año, ahí conoces a esa personas a totalidad, facetas de él o ella que no conocías o por lo menos no te había mostrado, y en cuanto a eso tienes que saber anteponer tu amor por esa persona, antes de la crítica o el juicio descabellado.
Hay parejas que pelean hasta por lo más mínimo, porque quizá no apago la luz de la habitación, porque quizá no cerró la puerta del baño, quizá porque hizo desaparecer la pasta de dientes o porque deja tirada la ropa en cualquier lugar y no en la canasta de la ropa sucia. Todo eso son cosas insignificantes que no tendrían que provocar una pelea, pero muchas veces nuestra poca tolerancia hace que estallemos y digamos cosas que no teníamos que decir y todo por algo tan simple y sencillo como los ejemplos que anteriormente señale.
Matrimonios que me leen en esta hora, a conciencia respóndanse esta pregunta: ¿Crees que vale la pena pelear por cosas insignificantes?, ¿Crees que ayudara levantar tu voz y decir palabras discriminativas hacia tu pareja?, Sinceramente dime tu: ¿Crees que te traerá algún beneficio pelear recurridamente?, personalmente creo que lejos de traer un beneficio a trae un ambiente negativo en el hogar, tu esposo o esposa por mucho que te ame no soportará vivir todo el tiempo en continuas discusiones, por tal razón es necesario muchas veces autoevaluarse como pareja y hablar pasivamente de las cosas que no nos parecen o de las cuales deberíamos mejorar.
La Biblia dice en Proverbios 10: 19 “En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente”. Sin lugar a dudas muchas veces necesitamos frenas nuestros labios para no decir muchas palabras que luego nos causaran roces y conflictos matrimoniales.
¿CÓMO EVITAR PELEAR POR CUALQUIER COSA?
No hay nada que justifique el hecho de pelear o discutir de mala manera en una relación de matrimonio. Las discusiones aunque no las podemos evitar, si podemos evitar llegar a extremos que puedan causar daño emocional. Por tal razón quiero darte algunas recomendaciones que te pueden ayudar a no enojarte y pelear por cualquier cosa en tu matrimonio:
1. Que tu enojo no dure demasiado: Es inevitable no enojarse, además también es algo normal como humanos que somos, la pregunta sería: ¿Es malo enojarse?, la verdad es que no es malo y es una reacción humana como cualquier otra, pero motivada por un descontento, la Biblia dice en Efesios 4:26: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”. Lo cual es obvio que enojarse no es malo, pero las reacciones que ese enojo puede provocar si pueden ser perjudiciales para tu matrimonio. Por lo que Pablo recomienda a los de Efeso: “no se ponga el sol sobre vuestro enojo”, en pocas palabras y traducido a nuestro lenguaje cotidiano sería: “enójense pero no cometan locuras, también que su enojo no perdure mucho tiempo”. Si algo debemos estar consientes es que no podemos evitar enojarnos en algún momento, pero si tienes que tener el control de ese enojo como para evitar llegar a límites dañinos.
2. Desarrolla paciencia en tu vida: Si lo sé, como que la palabra paciencia no es muy compatible con nuestro carácter, pero no lo digo yo, lo dice la Biblia. Efesios 4:2 dice: “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”. Y es que esa es la palabra perfecta para tener paciencia: AMOR. Mientras en tu vida no exista el amor es difícil soportar con paciencia las acciones que no te agradan. Como pareja debemos amarnos y aceptarnos con nuestras virtudes y defectos, tenemos que aprender a vivir con las imperfecciones de nuestra pareja y nuestra pareja con las nuestras, por tal razón el amor es muy importante para desarrollar paciencia en nuestra vida.
3. Aprende a quedarte callado (a): Hay momentos en donde es mejor no hablar, por tal razón es necesario aprender a quedarse callado cuando vas a pronunciar un comentario que sabes muy bien que desatara una discusión. A veces el evitarnos de decir algo puede ser más provechoso que decir lo que pensamos sin analizarlo. Proverbios 17:27 y 28 nos da una lección sobre este punto: “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido”. Creo que más claro no puede estar, no tengo más que decir después de leer esos versos de Proverbios.
4. Por último, Pon en práctica el amor que un día le declaraste: Es difícil de asimilar, pero el problema de las discusiones o peleas constantes no existiera si el amor que un día se juraron estuviera presente constantemente en su relación. Y es que se nos olvida que el amor todo lo soporta, no hace nada indebido, no se irrita (1 Corintios 13), pues lastimosamente muchas veces hacemos lo contrario.
Las Peleas continuas no tienen ningún beneficio, por tal razón ¡Evítalas a toda costa!