ECONOMIA
El Tesoro asegura que legalmente puede aguantar hasta el 17 de octubre
El Gobierno ha cerrado en 17 ocasiones desde 1976, aunque durante pocos días
En los últimos dos años, Estados Unidos ha estado varias veces paralizado por el conflicto continuo entre el presidente Barack Obama y el dividido Congreso. Este último capítulo no es el más grave, pero aumenta la tensión camino de la próxima crisis a mediados de octubre.
¿Qué es el cierre del Gobierno?
Es la suspensión de todos los servicios no esenciales que dependen del Estado federal ya que el Gobierno está obligado a mandar a casa sin sueldo a la mayoría de sus funcionarios. Sucede cuando el Congreso no aprueba la legislación para financiar el Gobierno central como suele hacer doce veces al año. El Gobierno ha cerrado en 17 ocasiones desde 1976, aunque la mayoría durante pocos días. El enfrentamiento más duro (y el último) sucedió con Bill Clinton, cuando sus desacuerdos con el Congreso le llevaron a suspender servicios estatales 21 días en diciembre de 1995 después de otros cinco días de congelación de servicios en noviembre.
¿Qué supone?
Desde las 00.01 del 1 de octubre, con el comienzo del nuevo año fiscal en Estados Unidos, unos 800.000 funcionarios están sin empleo y sueldo hasta que el Congreso vuelva a financiar el Gobierno. Se mantienen en sus puestos los empleados esenciales, como los controladores aéreos o los militares y también quienes trabajan para agencias especiales, como los carteros. La Casa Blanca funciona con un cuarto de empleados, la mayoría los más cercanos a Obama y los encargados de los servicios de limpieza.
La mayoría de los museos de Washington, los parques nacionales o algunos servicios para veteranos estarán cerrados. La NASA cierra casi al completo. Los efectos se pueden sentir fuera de Estados Unidos, ya que puede haber retrasos en la emisión de visados, que no se considera un servicio esencial. Los turistas no podrán visitar la estatua de la Libertad, el parque de Yellowstone o el Capitolio.
¿Por qué el Congreso se niega a financiar al Gobierno?
Como ha sucedido otras veces, el partido de la oposición aprovecha su poder para presionar al presidente sobre otros asuntos. En este caso, un grupo del partido republicano intenta retrasar la entrada en vigor de la reforma sanitaria, que comenzó a aplicarse en parte el martes.
La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, ha aprobado así varias versiones de la misma ley para continuar con la financiación del Gobierno federal con una enmienda para retrasar la entrada en vigor del plan de Obama aprobado en 2010 por las dos cámaras del Congreso y legitimado por una sentencia del Tribunal Supremo en 2012. El Senado, de mayoría demócrata, ha aprobado otras tantas veces una versión legislativa sin la enmienda sobre la sanidad. Mientras las dos cámaras no se pongan de acuerdo, la legislación no se aprueba.
¿Por qué es tan automático el cierre?
Las disputas entre el presidente y el Congreso por la financiación del Gobierno se han producido desde el nacimiento del país. Pero el cierre automático de los servicios sucede desde que al presidente Jimmy Carter se le ocurrió preguntar a su fiscal general, Benjamin Civiletti, si debería mandar a casa a los funcionarios y el Departamento de Justicia dijo que legalmente así era y que incluso sería delito mantenerlos en sus puestos de trabajo según una ley de 1884.
Así las opiniones del fiscal general de 1980 y 1981 cambiaron la práctica. Hasta entonces, el Estado federal seguía funcionando con el retraso de algunos pagos y el ahorro de dinero en viajes y otros gastos, pero no mandaba a su personal a casa ni cerraba oficinas. Carter quería escenificar el cierre como medida de presión y su estrategia le funcionó. Después de cinco congelaciones del presupuesto, no tuvo que pasar por una sexta cuando el Congreso asumió que su decisión supondría un cierre real y muy visible de servicios.
¿Qué tiene que ver con la suspensión de pagos?
Éste es un problema aparte, pero que casi se solapa con el cierre del Gobierno. El Estado ya ha superado el techo legal de deuda autorizado por el Congreso. Hasta que las dos cámaras no lo eleven, el Gobierno no puede gastar más. El Tesoro asegura que legalmente puede aguantar hasta el 17 de octubre. Después de ese día, si el Congreso no eleva el umbral, Estados Unidos podría verse obligado a suspender pagos, algo que sería inédito, que estuvo a punto de suceder en agosto de 2011 y podría desatar una nueva crisis global. (Tomado de El Mundo, por María Ramírez)