INMIGRACION
Obama insiste en llamado a republicanos para que aprueben reforma migratoria este año
El presidente espera que el proyecto que está retenido en la Cámara de Representantes sea votado antes de que concluya el 2013
El presidente Barack Obama relanzó este jueves 24 de octubre un impulso a favor de una reforma inmigratoria, por lo que pidió a los republicanos trabajar con los demócratas para aprobar la iniciativa antes de que concluya este año. “Esta reforma es lo más cercano a todo lo que tenemos a una ley que beneficiará a todo el mundo ahora y en el futuro. Vamos a ver si podemos lograr que se haga, y vamos a ver si podemos lograr que se haga este año”, dijo Obama en declaraciones desde la Casa Blanca.
“Es tiempo de una reforma inmigratoria, este es el momento en el que debemos ser capaces de hacer el trabajo”, afirmó.
“No tiene sentido tener 11 millones de personas que están en este país ilegalmente y sin ninguna manera de salir de las sombras, estar bien con la ley, cumplir con su responsabilidad y permitir que ellos y sus familias puedan seguir adelante”, dijo.
La reforma “es buena para la economía, para nuestra seguridad nacional, para nuestra gente, y debemos lograrla este año”, afirmó.
El Senado, dominado por los demócratas del presidente Barack Obama, aprobó en junio un proyecto que contempla una vía para otorgar, bajo condiciones estrictas y al final de un período transitorio de por lo menos 13 años, la nacionalidad estadounidense a millones de inmigrantes ilegales, en su gran mayoría de origen latino.
Demócratas de la Cámara de Representantes presentaron su propia versión de la reforma a principios de mes, la cual no incluye el incremento del número de efectivos de la Patrulla Fronteriza, como lo propone el proyecto del Senado.
Una de las partes más polémicas de la versión del Senado fue un camino para que los inmigrantes indocumentados consigan la ciudadanía en un año. Muchos republicanos han rechazado cualquier vía a la legalización, lo que califican como una amnistía para quienes violaron la ley.
Una encuesta de CBS News publicada el miércoles encontró que existe apoyo público a la reforma migratoria, siempre y cuando los migrantes cumplan con ciertos requisitos, como someterse a un período de espera, el pago de multas e impuestos atrasados, pasar la verificación de antecedentes penales y aprender inglés, según el sondeo.
La misma encuesta, sin embargo, encontró que más gente piensa que la seguridad de las fronteras del país debe ser una prioridad sobre el resolver los problemas de quienes ya se encuentran actualmente en Estados Unidos de forma ilegal.
Obama dio estas declaraciones en un evento este jueves en la Casa Blanca y sirvió para subrayar también el apoyo de diferentes sectores sociales al mandatario, desde los sindicatos a la comunidad religiosa o los líderes hispanos a favor de la reforma. Todos ellos estaban presentes en la Sala Este y, con aplausos que recordaron más a un acto electoral que a un discurso presidencial, recibieron el agradecimiento directo de un presidente que les decepcionó en el primer mandato -cuando la reforma también era una prioridad- pero que es ahora mismo su principal aliado para sacar adelante una legislación pendiente desde hace décadas.
En las manos de John Boehner
El futuro de la reforma migratoria está en manos del presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU, el republicano John Boehner, quien afronta nuevas presiones de la Casa Blanca y la comunidad inmigrante para someterla a voto este año, y los expertos consideran que, pese a la discordia actual, es una meta alcanzable.
Aunque el panorama actual en el Congreso ha quedado envenenado tras la pugna presupuestaria entre demócratas y republicanos, algunos expertos coincidieron en que los legisladores están a tiempo de aprobar la reforma migratoria en lo que resta de la sesión legislativa.
Pese a que ambos partidos defienden su propia estrategia para lograrla –los demócratas exigen un solo paquete integral, y los republicanos optan por medidas parciales votadas por separado- los expertos creen que hay incentivos políticos para aprobarla.
Para Larry Sabato, director del Centro para Políticas de la Universidad de Virginia, el renovado impulso por la reforma migratoria no es una “distracción” de la Casa Blanca ante los tropiezos en la aplicación de la reforma sanitaria – como argumentan algunos conservadores- porque no es una meta nueva de Obama, pero sí es un imperativo político para los republicanos.
“Es difícil ver cómo se benefician los republicanos políticamente al oponerse a una reforma migratoria sustancial. El Partido Republicano necesita desesperadamente ganarse a una mayor proporción del voto hispano, y no lo va a lograr si se opone a la reforma”, observó.
Debido a las presiones del movimiento conservador “Tea Party”, no está claro que los republicanos vayan a ceder a Obama otra victoria política para un segundo mandato que, en términos de logros legislativos, se perfila como uno de los “más vacíos en la historia de EEUU”, señaló el experto.
Marshall Fitz, del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, en ingles), expresó optimismo de que los legisladores al menos se aproximen a una negociación bicameral. Esas negociaciones “podrían durar meses y entrar al próximo año, pero si la Cámara Baja no hace nada este año, los republicanos seguirán sintiendo la presión de los demócratas y los activistas hasta que se vean obligados a actuar”, vaticinó Fitz.
Según el experto, la reforma se ha politizado al grado que los republicanos “casi de forma patológica” sospechan de las motivaciones y propuestas de Obama. A su juicio, el punto muerto en este debate se debe a que los republicanos “extremistas” del Tea Party buscan sofocar las voces de los de corte moderado que apuestan por el pragmatismo, y “ahora mismo, los ideólogos están ganando”.
“Es una cuestión existencial para el Partido Republicano pero tal es el caos interno que algunos republicanos prefieren llevar al partido al abismo para aplacar a la facción radical de su bancada”, opinó Fitz.
Muzaffar Chishti, director en Nueva York del Instituto para Política Migratoria (MPI, en ingles) consideró que aunque la ventana de oportunidad se va cerrando este año, “la reforma se puede lograr porque la historia de EEUU sugiere que el Congreso ha aprobado leyes migratorias en años electorales”.
Según un cronograma del MPI en su página web, entre 1790 y 2006 –incluyendo años electorales- el Congreso aprobó importantes leyes migratorias, entre éstas la “amnistía” de 1986 bajo Ronald Reagan, y la “ley del muro” de 2006.
Este año, las propuestas separadas que voten los republicanos podrían armonizarse con la versión del Senado, pero eso dependerá del contenido de esas medidas, dijo Chishti. (Con datos de CNN y La Opinión)