Hambre y Pan

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EVANGELIO EN MARCHA

PERLAS DEL ALMA

Hambre y Pan

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

 

El diablo entonces le dijo:—Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan. Jesús le contestó:- La Escritura dice: “No sólo de pan vivirá el hombre. Lucas 4:3,4 (DHH)

 

 Tres tentaciones o pruebas vinieron  sobre JESÚS, sin duda, Él oyó lo que el tentador le presentó y vio las opciones, pero no cayó en la seducción, como lo hizo el primer Adán. Recordemos que el Señor había sido bautizado por Juan el Bautista, y delante de él, allí mismo, en el río Jordán, la gloria de Dios se manifestó desde el cielo; luego el Señor, al inicio de su Ministerio, entró en comunión con su Padre y hasta la necesidad de alimentos fue hecha a un lado para no distraerse en la verdadera nutrición de nuestras almas y espíritus, la comunión con el Eterno. Allí JESÚS estuvo completamente solo. Detrás, habían quedado el tiempo en que había sido niño y joven, sus padres humanos, el trabajo en la carpintería, todo eso lo hizo a un lado. JESÚS había entendido su Misión: “Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). El Evangelio nos dice que después de esta experiencia de inicio en la obra que había venido a realizar, “tuvo hambre”.

“¿Que es tener hambre? De los siete mil millones de seres humanos que habitamos este planeta en este momento, mil millones viven en condiciones infrahumanas por la pobreza y su hermana natural, el hambre. Esto es un desafío para el resto de la humanidad. ¿Cómo llegamos allí? La sequía que impide la siembra y la cosecha es una de las causas; la inestabilidad política es otra, ya que sistemas ideológicos llegan al poder producen pobreza y mantienen al ser humano en pobreza para poder gobernarlos con sus limosnas lanzadas muy de vez en cuando.

¿Cómo podemos ayudar? Dos grandes tendencias para que no haya hambre han estado en boga desde el inicio de nuestra civilización, dar comida a la gente o enseñarlos a producirla. Siglos antes de Cristo, un filósofo chino dijo: “Dadle a un hombre un pescado y comerá por un día; enséñalo a pescar y tendrá comida todos los días de su vida”. ¿Darle o enseñarle? He ahí nuestro dilema desde que el mundo es mundo.

Pues bien, allí en aquel desierto de Judea, JESÚS estuvo solo y hambriento. Él era consciente de su propósito al venir a este mundo, también sabía que tenía todo el poder como Todopoderoso que es, sin embargo, Él no usaría su poder para su propio beneficio, y mucho menos, para complacer a Satanás, la Biblia nos dice: “Porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe  en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16; NTV).

¿Cuál método utilizaría JESÚS para cumplir la tarea que el Padre le había encomendado? ¿Cómo hacer realidad aquel plan de salvación que la Trinidad había hecho desde la eternidad pasada para el ser humano? Un camino para conseguir seguidores era producir pan y darles, es decir las cosas materiales. Más adelante, en el desarrollo de su Ministerio, Él lo hace cuando alimenta a más de cinco mil personas a partir de dos peces y cinco panes. Pero también les reclamó, cuando aquellos hambrientos volvieron a Él para que los siguiera alimentando: “Jesús les contestó: -Les digo la verdad, ustedes quieren estar conmigo porque les di de comer, no porque hayan entendido las señales milagrosas. No se preocupen tanto por las cosas que se echan a perder, tal como la comida. Pongan su energía en buscar la vida eterna que puede darles el Hijo del Hombre. Pues Dios Padre me ha dado su sello de aprobación” (Juan 6:26,27; NTV).

¡Nosotros no debemos sobornar a nadie para que crea en JESÚS, predicándoles un evangelio de ofertas! JESÚS nos enseñó por sus palabras, sus hechos y ejemplo que la recompensa por seguirlo es una Cruz. Nos enseñó que “más grande cosa es dar que recibir”. Hoy, millones de personas van a los templos buscando lo que les dan, y viven sus vidas sin comprender la verdad, que esta vida es la antesala del cielo; estoy seguro que allá en la eternidad futura, Dios tendrá muchas cosas que debemos hacer, y el darse aquí, simplemente, es una prueba de si somos o no sus discípulos. La Palabra de Dios y JESÚS son nuestra verdadera razón de ser y hacer, ¡frente al hambre y pan simplemente materiales!

 

Perla de hoy: JESÚS rechazó al maligno con la Palabra de Dios. Hagamos nosotros lo mismo.