NUEVA YORK
El expresidente de Guatemala Alfonso Portillo fue sentenciado este jueves 22 de mayo, en Estados Unidos a cinco años y 10 meses de prisión por lavado de dinero.
La condena fue impuesta después de que el exmandatario se hubiera declarado culpable de conspiración para lavar dinero y de haber aceptado un soborno de US$2,5 millones del gobierno de Taiwán por mantener el reconocimiento diplomático de la isla asiática.
La fiscalía lo acusaba de lavar decenas de millones, pero el expresidente había rechazado todos los cargos hasta que llegó a un acuerdo con para declararse culpable de uno de ellos y reducir la pena del máximo de 20 años a los 71 meses que recibió este jueves.
En el juicio, el fiscal del distrito sur de Nueva York lo llegó a acusar de haber convertido la presidencia de Guatemala en un “cajero automático personal”. El juez también le ordenó entregar los US$2,5 millones por haberlos obtenido abusando de su posición.
“No fue un error, fueron cinco errores por un largo período de tiempo”, indicó el juez, al referirse a los cinco cheques por US$500 mil cada uno recibidos por Portillo de parte de Taiwán entre 1999 y el 2002, y la posterior conspiración para lavar ese dinero.
Portillo, de 62 años y presente en la audiencia en los tribunales del sur de Manhattan, está detenido desde enero del 2010 y suma 52 meses, por lo que deberá permanecer en prisión durante un año y medio más después de la sentencia dictada por el magistrado Patterson.
Dinero recibido de Taiwán
Los sobornos fueron recibidos en cinco cheques entre diciembre de 1999, antes de asumir el cargo, y agosto de 2002.
Tres cheques, por US$1,5 millones, endosados por el propio Portillo, fueron depositados en una cuenta bancaria en Miami. Otros dos, por un millón, fueron emitidos a favor de la empresa Oxxy Financial y también depositados en Miami. Luego, de ese dinero, US$1,5 millones fueron a parar a una cuenta familiar en el banco español BBVA en París, antes de proceder a su lavado en Suiza, Luxemburgo y otros lugares.
Los abogados de Portillo alegaron que su defendido no ha sido el único político de su país o de Centroamérica en aceptar dinero de Taiwán.
Para China, Taiwán es parte de su territorio y no tiene derecho a ser reconocido como estado independiente, algo que sólo han hecho 22 países, entre ellos los latinoamericanos República Dominicana, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, El Salvador y, por supuesto, Guatemala.
Este es el primer exgobernante latinoamericano en ser entregado por su propio país a la justicia de Estados Unidos.
En 2011, Portillo fue absuelto en tribunales guatemaltecos por el supuesto desfalco de unos 15 millones de dólares en el Ministerio de la Defensa en 2001, pero no recobró su libertad por la petición estadounidense de extradición. Su extradición a Estados Unidos fue aprobada en noviembre de 2011 por el expresidente Álvaro Colom (2008-2012).
Gran dolor
Durante la audiencia, el exgobernante expresó: “Los cuatro años y medio encarcelado han sido de gran enseñanza para mí, pero también de grande dolor para mi familia”, aclarando que no buscaba “justificar” su “delito”, sino otra “oportunidad”. Su declaración la hizo en español.
También refirió: “Siento un gran remordimiento y vergüenza por los delitos que cometí, por las consecuencias para otras personas e instituciones… No estoy tratando de justificar mi error o delito. Dios y la historia sabrán si fui un hombre bueno o malo”.
La Fiscalía, presidida por Preet Bharara, recordó al magistrado el “impacto de esta sentencia” para el mundo, por tratarse de un “presidente corrupto”, y le pidió adoptar la máxima condena prevista en las directrices para el cargo de “conspiración para cometer lavado de dinero”.