MINISTERIO MOUNTAINTOP ESPAÑOL
Por: Pastor Boris López (borislopez986@yahoo.com)
Para nadie es un secreto, los pastores que están ministrando hoy en día, en su mayoría, carecen de una preparación adecuada para realizar las funciones de Ministros del Evangelio. Nos enfrentamos a varios factores en el área hispana, en primer lugar el fenómeno de la migración y no de menor importancia la educación. Ya es un hecho común el encontrar personas que han migrado desde sus países natales, acostumbrados a ser ministrados por pastores preparados en Institutos o Colegios teológicos o propiamente universidades que tienen su propia facultad de Teología y vienen al área y se encuentran con un estilo de predicación en la cual se disfraza la ignorancia con ataques al testimonio del prójimo o queriendo hacer llegar el mensaje al corazón del feligrés por medio de la gritería. Se trata de pastores que sencillamente “sintieron el llamado” al ministerio Cristiano e irresponsablemente no aceptaron el reto de prepararse para tan importante labor, esto lanza al creyente directamente a la deserción de las congregaciones y se conforman únicamente con una nueva forma de adorar: la de los medios tecnológicos, conectándose a Internet para escuchar alguna que otra predicación, perdiendo así el fruto del Espíritu Santo. (Gálatas 5:22-23).
Lamentablemente es una realidad, algunas predicaciones, incluso las que se escuchan en la radio son un insulto al sistema de vida eclesiástico porque no solamente dejan ver su pobreza de vocabulario sino también es evidente la falta de conocimiento. Así no podemos llegar a las naciones y cumplir nuestra Gran Comisión de Mateo 28:19-20. Debemos emplear todo nuestro esfuerzo para que la palabra de Dios sea difundida y sea a la vez recibida y captada basados en la sana doctrina y el entendimiento que da la Escritura.
El apóstol San Pedro en su primera epístola universal en el capítulo tercero manda a la iglesia en todo el mundo a estar preparados para defender la fe : … “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;…” (v15), de aquí surge la necesidad de que el ministro esté preparado en todas las áreas, ya no se trata solamente de atacar a las otras denominaciones o de ocupar el púlpito como instrumento de revanchismo, sino de cumplir el papel al cual se nos ha mandado: “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. 1 Cor. 14:3.
La defensa a la que se refiere el apóstol Pedro corresponde a la palabra que proviene del griego apología (απολογία), que designa la posición de defensa militar contra un ataque. Significa que debemos de estar preparados con todo el conocimiento y entendimiento necesario para poder dignificar nuestro llamado de Dios.
Versarnos en materias propiamente como la apologética, defendiendo nuestra fe con estudios Arqueológicos, Sociales, Antropológicos, Históricos y meramente principios Doctrinales, métodos de interpretación hermenéuticos y por consiguiente formar parte de una Organización legalmente establecida aprobada por las leyes y reglamentos civiles.
No faltará quien diga que no es necesario prepararse y que basta con la presencia del Espíritu Santo en nosotros. Cierto es que el Espíritu Santo nos da el discernimiento, pero ¿Debemos de conformarnos simplemente con el mover del Espíritu Santo o debemos de saber qué es lo que estamos predicando desde los púlpitos?
El consejo del Maestro fue el siguiente: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;..” Juan 5:39
Ahora bien, no estamos en contra de la predicación del evangelio, sino de aquellos que diciéndose pastores, mutilan en cuerpo de Cristo por su falta de preparación y que valiéndose de su posición destruyen vidas y más bien alejan a las personas de una relación íntima con Jesús, más que ayudarles a crecer en la fe, ajenos a lo que nos manda la escritura en cuanto al objetivo primordial del Sistema eclesiástico: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Hebreos 10:24-25.
La Solución no es nada sencilla, hay renuencia al estudio por parte de los pastores que se consideran “formados” y mandarlos a comenzar un estudio teológico a partir de cero parecería una humillación, y seguramente las barreras que pondrían sería orgullo y soberbia, bastaría con preguntarles cuáles son las principales doctrinas fundamentales de la fe Cristiana para saber dónde están parados y a partir de allí, tomar la decisión de, o bien el pastor se prepara o busco una congregación donde el pastor tenga algo que transmitirme que me haga crecer en la fe.
Existen en el área, verdaderos centros de capacitación para aquellos que reconocen que mientras el siervo de Dios más se prepara, Dios más le usa. Sirva este artículo para exhortar a aquellos que sea necesario.