EL EVANGELIO EN MARCHA
Por: Pastor Boris López, (borislopez986@yahoo.com)
Una de las más tristes realidades es la separación de la familia, desde cualquier lado que se vea, si de aquí para allá o de allá para acá. Hoy el tema es sobre papá. Aquel padre que un día pensó en salir de la pobreza para dar un mejor futuro a sus hijos y emprender el camino hacia la aventura del Norte, la última alternativa, la única hay que decirlo.
La parte más difícil no fue el camino, aunque está llena de historias de tristeza, de maltrato y de sangre, la parte difícil fue la salida, la salida fue a escondidas, para no dar explicaciones, para no enfrentar la despedida, para no sufrir por la partida, ni siquiera fue un “hasta luego”, sin siquiera un “ya voy a regresar”, a hurtadillas como diría el poeta.
Porque los niños no soportarían la separación. Fue hasta pasados los días cuando mamá ya no pudo con los argumentos, tampoco ella encontró la forma de mantener en secreto el paradero de papá. –Se fue para el Norte – les dijo, y corrieron las lágrimas. Fue difícil asimilar el que se haya ido sin despedirse, todo por un mejor mañana, todo porque las cosas van mejor en aquel país.
Ya pasaron los años desde aquella primera llamada, llena de amor, de dolor, de lágrimas, de negación, pero ya estamos en el norte, trabajando duro para poder mandar el sustento, tratando de mitigar la ausencia supliendo las necesidades, esa es la vida del padre, del que ama, del hombre de verdad, el que se aventura por lo que mas ama, sus hijos.
Esa es la historia de muchos, de miles, que en el día a día no cargan en su mente otra cosa más que la idea del reencuentro, ¿Cuándo será? ¿Cuándo ocurrirá? ¿Cuándo darán papeles? ¿Cuándo nos volveremos a ver?,. A pesar de los años de aquel llanto ahogado en una mueca de sonrisa, que solo vió mama, todavía toca el corazón por regresar, por volver a ver a aquellos seres que Dios le permitió traer al mundo para que le llamen: Papá!
La mitigación del dolor se resume en ver una fotografía que la lleva a todas partes, que la han visto varias veces sus compañeros de trabajo, a los que ha mencionado por nombre, por edades y por las travesuras que hacen. La distancia es el enemigo, el tiempo es el enemigo. ¿Habrá valido la pena, dejarlos; Perdernos sus días de escuela, perdernos el que ya aprendieron a leer; Que no tengan un papá para poder sufrir juntos el primer desamor? Esa es la historia de papá.
En eso nos parecemos a Jesús. No importa el calor, el frío, si los nuestros están bien y tienen lo necesario, un plato de comida caliente, un par de zapatos y un lugar digno donde vivir, no importa.
Así pensaba Jesús sobre nosotros que somos sus hijos cuando arrastraba aquella pesada cruz y sufría aquel tormento, no lloraba, solo se esforzaba, porque había en él el gozo de nuestro bienestar:
….. “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:2
Somos padres, los mejores, luchamos todo el tiempo, un café del “seven” nos amortigua el hambre, somos hombres de verdad, y los más importante, somos padres de verdad, dignos de ser llamados: Papá!!!
A esos padres, dignos, queremos celebrarles su día, es este domingo el 15 de Junio, en el Tabernáculo de Manassas, llámame seamos amigos y hablemos de nuestros hijos. Boris López (571) 331-6828.